Pickleball, el deporte que está en auge en España y que apunta a destronar al baloncesto en Estados Unidos
Este verano se ha inaugurado el primer Circuito Nacional de Pickleball en España, donde ya lo practican cerca de 20.000 personas, mientras en el país estadounidense son casi 50 millones de aficionados


Cerca de 20.000 personas en España se han sumado a la moda del pickleball, un deporte que combina elementos del tenis, pádel y bádminton, y que causa furor en Estados Unidos, con cerca de 50 millones de jugadores a finales de 2024. “Se dice que el año que viene será el deporte más practicado allí, superando al baloncesto, y en España se prevé un crecimiento bastante significativo, aunque no sé si como en Estados Unidos porque es difícil”, comenta Miguel Díaz, presidente de la Real Federación Española de Tenis (RFET).
Según el informe Sports Participation in the U.S. 2025, elaborado por la National Sporting Goods Association (NSGA), el pickleball ha aumentado en un 56% su base de jugadores, siendo el tercer año consecutivo que este deporte crece más de un 50% anual en el país norteamericano. Cada vez son más las personas que lo prueban y, aunque parezca un deporte recién nacido, su origen data de 1965, según la Federación Profesional de Pickleball. Joel Pritchard, excongresista en Washington, y Bill Bell, empresario, buscaban algo con lo que entretener a sus hijos y decidieron ponerles a jugar en una pista de bádminton con unas palas de tenis de mesa y una pelota de plástico perforada. Establecieron sus propias normas (bajaron la red para que fuese más accesible) y diez años más tarde construyeron la primera pista de pickleball.
Sin llegar a imaginárselo, crearon un deporte que actualmente cuenta con su propio circuito en Estados Unidos, al nivel del tenis o del pádel, y mundialmente se estima que lo practican cerca de 100 millones de personas. De hecho, ya se ha podido ver a varias figuras muy conocidas del mundo del tenis que han hecho sus pinitos en este deporte. Iconos como Andre Agassi, Steffi Graf y John McEnroe han participado en el Pickleball Slam, un evento que ya va por su tercera edición en el que compiten dos parejas por un bote de un millón de dólares. También se pudo ver a Novak Djokovic, Carlos Alcaraz, Jannik Sinner, Yelena Rybakina y Madison Keys cambiar la raqueta por una pala de pickleball en el evento con patrocinadores previo al US Open de 2024. El serbio, después de probarlo, dijo que le pareció “sorprendentemente desafiante y divertido”.
Esta “locura” por el pickleball también la experimentó Francisco Javier Garrido. A sus 50 años, un amigo que descubrió este deporte en un viaje a Estados Unidos le propuso jugar una pachanga al aire libre y, desde entonces, confiesa que se enganchó. Tanto, que se está preparando para ser juez. “Al principio me parecía como un juego de niños, hasta que te pones a jugar y te das cuenta de que hay mucha más técnica detrás de todo eso. A través de uno de los múltiples grupos que existen de WhatsApp dijeron ‘que sepáis que han salido las pruebas de juez’, me interesó, aprobé el teórico y ahora me falta hacer las prácticas regladas con la Federación Española de Tenis”, asegura Garrido.
Él se entrena actualmente en el Hub más grande de toda Europa, que está ubicado en Villaverde (Madrid). A pesar de que a España ha llegado este deporte en la última década, el país puede presumir de tener el mayor centro indoor de todo el continente, el Lafuente Pickleball Hub. “Desde que la Federación empieza a expandir este deporte, cogimos la ola y dijimos: ‘Bueno, vamos a montarlo”, dice Antonio Oporto, CEO del Hub. El espacio cuenta con diez pistas cubiertas y, aunque se inauguró a finales de febrero, ya cuentan con casi 300 jugadores activos, como Garrido.
Un deporte intergeneracional
Los que lo practican aseguran que el pickleball engancha porque es un deporte intergeneracional. “Nosotros decimos que es trigeneracional. El mismo partido lo puede jugar un hijo con su padre y con su abuelo, porque es un deporte que aprendes en diez minutos y que te exige físicamente lo que tú quieras”, comenta Oporto.
Como aseguran desde el Hub, es un deporte sencillo de aprender. Se juega en una pista del tamaño de una de bádminton (13,5m x 6m) y con una red similar a la del tenis, pero ligeramente más baja. Se empuña una pala similar a la del pádel, sólida y pequeña, aunque sin perforar. Lo que sí tiene agujeros es la pelota de plástico que los jugadores golpean. Se suele jugar en pareja y el método de puntuación es más sencillo que el del tenis y el pádel, eliminando el concepto de ventaja y con una regla única: solo puntúa el equipo que saca. Lo único a lo que se debe prestar una mayor atención es a no “entrar en la cocina”. Un espacio de 2,13m pegado a la red en la que está prohibido volear.

Otra característica es que apenas existe distinción entre hombres y mujeres. Al no ser un deporte que se centra en la fuerza del jugador, el pickleball puede practicarse de manera igualitaria. “Es muy de ambos géneros, tanto hombres como mujeres están más o menos equiparados”, explica Díaz, el presidente de la RFET.
Todo esto explica el boom que está experimentando el pickleball tras su descubrimiento. Un deporte que puede practicarse a cualquier edad y contra cualquier persona. Los números de participantes no dejan de crecer y, aunque en España aún no es un deporte profesional, este verano se ha inaugurado el primer circuito nacional de pickleball. La primera parada fue en Málaga el pasado mes de julio y el torneo viajará por hasta ocho ciudades de todo el país. La próxima es en septiembre en Madrid. “Será uno de los deportes más practicados a medio plazo en España, ya lo verás”, augura Díaz. En Estados Unidos ya lo es.
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