Las etiquetas de los alimentos deberán especificar si llevan componentes transgénicos

A partir del próximo domingo entra en vigor la nueva normativa europea sobre etiquetado por la que todos los alimentos y pienos elaborados con organismos modificados genéticamente (los OMG) deberán especificarlo en sus etiquetas para garantizar los derechos de los consumidores. También será necesario etiquetar los aditivos alimentarios elaborados a partir de microorganismos modificados genéticamente y los piensos deberán especificar si contienen o proceden de transgénicos.

También será necesario etiquetar los aditivos alimentarios elaborados a partir de microorganismos modificados genéticamente y los piensos deberán especificar si contienen o proceden de transgénicos. El umbral a partir del cual es obligatorio etiquetar estos alimentos baja del 1 al 0,9% y al 0,5% durante tres años si se trata de organismos modificados genéticamente que no han sido aprobados pero que cuentan con el visto bueno de los comités científicos.

Bajan los porcentajes

Sin embargo, los llamados productos de segunda o tercera generación como la leche de vacas alimentadas con piensos transgénicos o el cuajo modificado genéticamente para elaborar quesos no tendrán etiquetas que lo especifiquen, así como aquellos que contengan porcentajes inferiores al 0,9 y 0,5% "siempre que se demuestre que su presencia es accidental o inevitable". La excusa de los expertos para mantener esta excepción es que algunos ingredientes que participan en el proceso de producción no quedan en el alimento final.

Aún así, se ha incluido una cláusula de revisión con la que se prevé disminuir estos porcentajes en cuanto sea técnicamente posible, según ha informado el jefe de gabinete de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA), José Ignacio Arranz. Durante cinco años, los operadores de la cadena alimentaria deberán guardar toda la información para que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria pueda supervisarla en cualquier momento. En esa información, los fabricantes deberán demostrar de dónde proceden y a quién transmiten los OMG.

Las semillas de colza para producción de semilla, la soja A 5403 para importación y procesado, el maíz CG-176 y el T25 para todos los usos, el MON 810 y el Bt-11 para importación y procesado, y la colza MS1xRF1, MS1xRF2 para cultivo y la Topas 19/2 para importación y procesado son algunos ejemplos de cultivos transgénicos comercializados en la Unión Europea para uso alimentario, según datos de la Fundación Antama.