“De mica en mica, cada día més marika”: la marca de las camisetas con mensaje queer que ha conquistado a Rosalía
The Valid Club, firma de camisetas fundada por un veinteañero trans, ha multiplicado sus ventas

“De mica en mica, cada dia més marika”, o traducido al castellano: “Poco a poco cada día más marica”. Eso dice la camiseta que Rosalía eligió durante su viaje a Marrakech el pasado junio y que, sin esperarlo, colocó en el radar a The Valid Club, una pequeña marca independiente nacida del activismo queer. “No se la enviamos y tampoco conocemos a nadie de su entorno, quizás la vio en TikTok”, cuenta aún perplejo su fundador, Pat Garrido. Desde entonces, lo que hasta entonces era un proyecto de autoafirmación, multiplicó su demanda por tres. “Ha sido algo muy chulo y estoy muy agradecido, pero también tuvimos que plantearnos hacia dónde va a evolucionar el proyecto, porque esto es más que nada una afición”.
Pat, de 24 años, es fotógrafo y creador de contenido, y habla con el aplomo de quien ha compartido gran parte de su vida en las redes. Fundó The Valid Club en 2023, sin grandes aspiraciones comerciales. “Nace de una necesidad propia. Yo soy una persona trans que creció sin apenas referentes”, explica. “No encontraba nada que encajase con mi estilo para llevar durante el Orgullo. Así que empecé haciendo camisetas para mí, y a mi círculo le gustaron. Iba lanzando tiradas de veinte camisetas, a medida que recibía pedidos iba subiendo la producción”.
La marca se ha dado a conocer por sus frases en clave de resistencia y humor: Lo mejor de ser hetero es que ya pasó o Tú y yo, Chelo, hemos tenido una noche de amor, en referencia a la legendaria confesión que Bárbara Rey dirigió a Chelo García-Cortés en televisión. Garrido admite que muchas de estas frases vienen de conversaciones sobre cultura pop, pancartas callejeras, fiestas y espacios de activismo. Otras, sin embargo, emergen de la introspección: “Lo que habría gustado oír cuando me sentía más perdido”.

En sus redes, Pat ha documentado su proceso de transición de género. Ha publicado la conversación explicándole a su abuela que era trans y registrado su proceso de tratamiento de testosterona. Ahora, quiere ir más allá: “Me gustaría contar historias de otras personas, otras realidades”. Esa es quizá la clave del proyecto, que no se trata solo de una marca, y funciona tanto como propuesta estética como punto de encuentro para la comunidad queer. Un lugar donde reconocerse y sentir validez. “Me llegan mensajes diciendo que las camisetas les hacen sentir comodidad y seguridad. O me comentan que tras escuchar mi experiencia se han sentido con fuerzas de abrirse a su familia. Ven The Valid Club como un refugio. Estamos acostumbrados a percibir las cosas en blanco o negro, pero yo intento salirme de la norma. A mí me contaban que había una manera de ser y yo no quería vivir así, porque hay muchas experiencias distintas, tantas como personas hay en el mundo”.
Ese gesto, el de encontrar fortaleza fuera de lo normativo atraviesa toda la filosofía de The Valid Club. “Al final es un proyecto autogestionado con la gente como base. En este sentido nos acercamos más a las asociaciones que a marcas de moda tradicionales”, cuenta. Por eso, todo en la estructura de esta pequeña empresa responde a una serie de valores muy definidos. Garrido solo trabaja con personas queer, dona el 5% de los beneficios a asociaciones LGTBI, se asegura de que la serigrafía se hace de manera local y la producción es bajo demanda para evitar excedentes. “Intento cuidar el proyecto porque no quiero repetir patrones que me han afectado”, reflexiona. “Trabajando como fotógrafo veía que algunas marcas no pagaban, y eso he querido evitar. El colectivo está ya precarizado de por sí, y no voy a seguir con esta dinámica”.
Pese a la juventud de Garrido y al creciente grupo de figuras influyentes que se han sumado al club, aquí no hay rastro de esa narrativa de superación y autoayuda tan manoseada entre los emprendedores veinteañeros. En The Valid Club se busca otra cosa, una incomodidad necesaria y hasta revolucionaria. “Moda queer que molesta”, reza su biografía en redes, rematando con la consigna de que “existir ya es revolución”.
Desde esa posición Garrido se pronuncia sobre su manera de entender lo revolucionario: “Lo queer no encaja, y tampoco quiere hacerlo. Incomoda porque no pide permiso para existir, ni para amar, ni para ocupar espacios. Porque señala lo que el sistema ha intentado borrar: cuerpos diversos, amores, identidades… Es incómodo porque es verdad, y la verdad, cuando ha sido silenciada durante tanto tiempo, duele. Pero también libera.”
¿Y qué futuro le espera al club? Por ahora ha conseguido generar comunidad, el santo grial de las estrategias de marcas de moda “Ahora necesito salir un poco de mi cajita”, responde. Por el momento Garrido se prepara para dar el salto a las tiendas físicas, primero en Madrid y Barcelona. “No tengo recursos para abrir un espacio propio, pero hemos buscado establecimientos para tenerlas de manera presencial”. También se ha reservado el verano para pensar a largo plazo. “Tengo muchas ideas. Estas vacaciones me centraré en replantear el proyecto”. Cambios que como todo en The Valid Club, llegarán poco a poco. De mica en mica.
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