Olivier Polge: “En Chanel nos gustan las notas florales. Hay una complejidad en ellas que nos atrae”
El nariz celebra una década al frente de las fragancias de Chanel con una nueva creación para la familia superventas de Chance


Olivier Polge (Grasse, Francia, 50 años), creador de los perfumes Chanel, no lee los comentarios sobre su trabajo que a diario se vierten en los numerosos foros y redes sociales en las que se comparten impresiones olfativas. Y eso que la recepción de sus composiciones es tremendamente positiva entre las crecientes comunidades de aficionados. “No los leo, pero tengo mucha gente alrededor y al final me acaban llegando”, cuenta desde un edificio parisino con vistas a toda la ciudad. Acaba de cumplir 10 años en uno de los puestos más codiciados de la industria, donde llegó en 2015 para sustituir a Jacques Polge (sí, su padre) y tras haber demostrado valía propia al imaginar algunos de los jugos más influyentes de los primeros años 2000. ¿De qué se siente más orgulloso? “¡De las fragancias!”, exclama sin dudar, “el tiempo vuela y parece que han sido un par de años. Sin ser pretencioso, creo que cuanto más pasas con la marca, más la vives, mejor te sientes. Mejor me siento”.

Con la confianza que le da un porfolio de éxitos y la libertad creativa que le otorga su puesto, ahora acaba de desarrollar Chance Eau Splendide, la quinta integrante de la familia Chance. Quizá la línea más accesible de la casa y punto de entrada al universo Chanel para algunos de esos miles de comentaristas digitales amantes de la perfumería. A diferencia de otras sagas, en esta no existe un corazón olfativo común, sino que todos los títulos están entrelazados por las emociones: “Comparten espíritu porque son coloridos y brillantes. Tienen algo muy directo que capta la atención. Así fue como empecé a pensar en este nuevo aroma”. De ahí la nota de salida, una peculiar frambuesa dulce pero delicada, que atrapa. Tras el primer vistazo, el perfume se desarrolla hacia un corazón floral atípico, en torno a la delicadeza de la violeta y al verdor casi picante del geranio. “En Chanel nos gustan las notas florales desde N°5. Hay una complejidad en ellas que nos atrae”, prosigue el experto, “y en este caso teníamos la intención de afinar una calidad muy específica del Geranio Rosat”. Lo consiguieron explorando destilaciones de los campos que la casa posee en Grasse. La composición se redondea con un fondo almizclado y de madera: “Quería evitar que se oscureciera, con una madera de cedro concreta, ligeramente redestilada y purificada”. Notas en simbiosis olfativa que para un resultado luminoso.

El color, el púrpura que tiñe el jugo, se decidió con él terminado. “A veces se empieza con un color, puede ser parte de la inspiración. Pero como perfumista tienes que batallar con las imágenes, porque todos somos visuales y el sentido del olfato es complejo. Es muy potente al estar conectado con el inconsciente, pero también es muy débil y fácilmente influenciable”. Polge sabe que cada consumidor llegará a su fragancia desde un ángulo distinto, así que todos deben alinearse: “Se tiene que establecer una conexión. Para algunos estará en las violetas, otros se acercarán porque les ha gustado la campaña, otros porque lo han olido en alguien…”.
Las redes han acelerado el ritmo al que late esta industria, pero en la maison se toman su tiempo. Chance Eau Splendide requirió dos años de trabajo con vocación de perdurar: “Los gustos y la estética cambian constantemente. Lo dice esa frase célebre de Gabrielle Chanel, ‘la moda pasa, pero el estilo permanece’. Por eso creo que es importante ver que hemos hecho algo relevante para el mundo actual. Aunque su significado pueda evolucionar con el tiempo, como lo ha hecho el propio N°5”. El nariz no dispone de una bola para predecir el futuro, pero sí domina cierta intuición a la hora de dar vida a aromas sin fecha de caducidad que resisten a la implacable velocidad del mercado. “Siempre hay que tener cuidado de no secundar demasiado una tendencia, incluso si tienes que considerarlas porque no vivimos aislados. No hay que seguirlas al pie de la letra, porque tras unos años recordarán demasiado a una época determinada. Siempre hay que ver más allá para no crear algo que pase de moda demasiado pronto”. Alejarse del ruido, elevar la mirada y disponer de tiempo, seguramente algunas de las claves que marcan qué es el verdadero lujo hoy.

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