Maestras de la glíptica: el hipnótico universo de las talladoras de piedras
Visitamos el atelier de alta joyería de Cartier en París, donde escultoras experimentadas protegen con mimo un oficio único

El sol entra tímidamente por las ventanas del atelier de alta joyería de Cartier en el centro de París. En el interior, en una de las salas del majestuoso edificio, trabaja con mimo y concentración un grupo de mujeres escultoras especializadas en la glíptica, el arte de grabar y esculpir piedras duras, finas o preciosas. Al frente del equipo está Emilie Marques, alumna aventajada de Philippe Nicolas, Maître d’art, un título único que concede el ministro de Cultura francés a los profesionales de las artes y los oficios que poseen una pericia poco común. Nicolas llevó el arte ancestral de la glíptica a Cartier en el año 2010. Trece años después, antes de retirarse, se aseguró de que traspasaba sus conocimientos a Marques, que ahora hace lo mismo con el resto de escultoras que trabajan en crear piezas de alta joyería con esta técnica ancestral. La glíptica es otra apuesta de Cartier por la riqueza de los oficios manuales: poner la tradición al servicio de la innovación siempre ha sido la consigna de la casa, pero en tiempos de producción seriada e imitaciones la especialización cobra un sentido más especial que nunca.
“Ahora me toca a mí transmitir al resto del equipo todo lo aprendido. No solo sobre el arte de esculpir, también trato de inculcar la pericia para saber escoger una buena piedra. Viajamos a dos grandes ferias anuales, una en Tucson (Arizona) y otra en Francia, y ahí compramos los materiales con los que vamos a trabajar. Además, estoy muy centrada en transmitir la responsabilidad de los códigos y los estándares de calidad de Cartier”, explica Marques.
Hoy en el taller se respira una mezcla de orgullo y nostalgia. Después de dos años trabajando en la pieza Hathiyon, compuesta por dos elefantes tallados sobre madera de magnolio petrificada, el collar parte para Singapur donde se encontrará con su compradora. Se trata de una pieza realizada en oro blanco, en la que los colmillos se tallaron en madera de cacahuete petrificada. La composición muestra dos cabezas de elefante rodeadas de cuentas de espinela y diamantes talla brillante. “La idea en la que me inspiré fue el vínculo entre dos elefantes que se convierten en uno. Con la madera petrificada he podido plasmar las arrugas típicas de la piel de este animal. Hay un poco de ilusión óptica con esta pieza. La primera vez que la ves piensas que se trata de un solo elefante, pero una vez que te acercas puedes ver que las dos trompas están unidas. Las espinelas que los rodean quieren expresar cómo los elefantes se pueden comunicar con una distancia de 100 kilómetros y a través de ellas se vuelven a encontrar”, detalla Laurianne, una de las discípulas de Marques, y la autora de este collar de alta joyería.
Detrás de cada pieza hay una idea y una historia que contar. Los animales, la flora y la naturaleza más salvaje inspiran las joyas que salen de este atelier. “El arte de esculpir existe desde siempre en la humanidad. La particularidad de nuestro modo de trabajar es que partimos de la piedra. Es la materia la que nos transmite lo que podemos tallar en ella. Nos fijamos mucho en los colores, en su dureza, en cómo refleja la luz. Todas las piedras son diferentes. Es importante tener muy clara la idea antes de ponerse a trabajar en ella porque ninguna piedra se comporta igual. El gran desafío al que nos enfrentamos es que una vez que empiezas a tallar ya no hay vuelta atrás”.
El valor estético de otro tipo de piedras
Las piedras preciosas siempre han sido las más deseadas. Pero tienen ciertas limitaciones a la hora de jugar con sus formas y tallados. Es por eso que en el taller de glíptica de Cartier valoran mucho lo que cada piedra es capaz de ofrecer como lienzo para esculpir. “En nuestro trabajo tenemos la oportunidad de testear la emoción que desprenden las piedras que han estado aquí desde hace millones de años y que permiten una talla excepcional. Sobre todo las petrificadas, que resultan de madera fósil que conserva su apariencia aunque hayan pasado cientos de años, son completamente únicas. Es el tiempo el que ha hecho que se petrifique así y no habrá nunca una igual”, explica Marques.
Cartier no ha querido instalarse en la zona de confort y ha apostado por conservar la tradición del oficio del escultor de piedras al mismo tiempo que tallar materiales que nunca antes se habían usado en la industria de la joyería. Para Marques, “es el caso de las maderas petrificadas. Cartier ha sido pionera en el uso de este material. Nunca antes lo habíamos visto en alta joyería. Gracias a ellas hemos podido darle textura a nuestras tallas. La primera vez que tallamos una pantera pudimos replicar su pelaje. También podemos esculpir la piel de los reptiles e incluso la edad del animal. El cuarzo rosa, por ejemplo, nos aporta unas propiedades muy especiales para tallar los pétalos de las flores”. Las cinco expertas en glíptica de Cartier continúan trabajando. El collar Hathiyon parte a su destino, pero las siguientes creaciones, seguirán siendo talladas con mimo durante horas hasta conseguir ser un reflejo perfecto de la naturaleza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
