Sanidad pide “aclaraciones” a Novo Nordisk por su polémica campaña sobre obesidad y los científicos se desmarcan del resultado

La controvertida campaña de la farmacéutica Novo Nordisk para hablar “sin filtros” de la obesidad, que cosechó en los últimos días fuertes críticas en redes sociales y agitó el debate sobre la visión social de esta dolencia, sigue generando polémica. El Ministerio de Sanidad ha pedido “aclaraciones” a la compañía, fabricante de fármacos antiobesidad como Ozempic, ante la sospecha de que la iniciativa haya incurrido en una infracción por publicidad encubierta. La ministra Mónica García ha admitido este viernes que están “preocupados” por la campaña. Y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), que había apoyado inicialmente la estrategia, se ha desmarcado de la elaboración de los contenidos de la campaña y ha trasladado que, aunque está de acuerdo con el fondo de la iniciativa —visibilizar que la obesidad es una enfermedad—, era mejor no seguir con la campaña. Novo Nordisk, por su parte, señala que la iniciativa terminará en los próximos días, pero matiza expresamente que no lo hace porque se lo haya pedido ninguna de las sociedades científicas que la avalaron, sino porque se han “alcanzado los objetivos”. En concreto, los de “generar conversación en torno a la obesidad como un tema de salud y no de estética”.

La polémica explotó hace unos días en redes por los carteles que empapelaban las marquesinas de 13 ciudades españolas, en las que se podía leer, en letras mayúsculas, que la obesidad es “una enfermedad” y “podía matar”. Acompañaba a los anuncios en papel un vídeo que simulaba un concurso donde la participante, una mujer con obesidad, respondía a preguntas sobre el significado de la dolencia para acabar reconociendo las limitaciones que le generaba: “No poder jugar con mis hijos”, “sentir vergüenza cuando como delante de los demás”, enumeraba. Los usuarios en redes tildaron todo el proyecto de gordófobo, “indecente” y “de mal gusto”; e incluso salió alguna voz crítica dentro de las sociedades científicas que lo habían avalado, como Andreea Ciudin, de la junta directiva de la SEEDO: “La idea inicial no era mala, pero verlo así finalmente como ha salido, a mí me ha generado inquietud. Añadimos un poco de estigmatización y la idea no era esta”, explicó a este diario.

La controversia fue escalando y este jueves, Sanidad anunció en un comunicado que había pedido “aclaraciones” a la compañía farmacéutica “tras detectar indicios de que uno de sus portales informativos podría estar contraviniendo la normativa en materia de publicidad de medicamentos”. “Desde el Ministerio de Sanidad estamos preocupados por esa publicidad y por esa campaña”, ha insistido este viernes la ministra Mónica García en declaraciones recogidas por Europa Press durante el Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores (ESPSCO), celebrado en Luxemburgo.

El Ministerio apunta sus dudas a una página web a la que redirige la campaña, La verdad de su peso: en ella no hay mención directa a ninguno de los fármacos que comercializa Novo Nordisk, pero sí, por ejemplo, una aplicación para calcular el índice de masa corporal (IMC), un parámetro desfasado para muchos especialistas, pero a partir del cual se basa la indicación de los medicamentos antiobesidad. Sobre cómo combatir la obesidad, eso sí, este portal solo recoge recomendaciones y consejos de dieta y hábitos de vida saludables. “El Ministerio ha llamado la atención sobre otro enlace de la misma web que contiene una serie de preguntas recomendadas para formular al médico. Aunque no se menciona de manera explícita ningún tratamiento farmacológico, el Ministerio considera que el conjunto del contenido podría constituir una forma de publicidad indirecta de medicamentos sujetos a prescripción médica, cuya promoción pública está prohibida conforme a la legislación vigente”, explica Sanidad en un comunicado.

El Ministerio ha solicitado también formalmente a la compañía que aporte documentación relativa al respaldo de las organizaciones científicas que mostraron su aval a la campaña. En un comunicado emitido este viernes tras el anuncio del ministerio, la SEEDO ha subrayado que “no participa ni ha participado en campañas de promoción encubierta de tratamientos farmacológicos”. Asimismo, ha matizado que ellos no han “diseñado ni gestionado la página web objeto de revisión por parte del Ministerio”, así como tampoco han intervenido “en la elaboración de los contenidos, ni en la política editorial del sitio web, ni en ninguna acción relacionada con la promoción de medicamentos”. “Nuestra participación consistió en apoyar el enfoque divulgativo de la iniciativa, al considerar que visibilizar la obesidad como problema de salud pública es una prioridad para cualquier sociedad científica comprometida con el bienestar de la población”, ha remarcado.

Por su parte, Novo Nordisk ha recalcado que la campaña “trata de desmontar los filtros que se aplican en la conversación sobre obesidad y que ofrecen una realidad distorsionada”. “La obesidad no necesita protección, sino conocimiento para actuar frente a ella”, ha insistido. A propósito de las aclaraciones solicitadas por el Ministerio, ha apuntado: “Estamos preparando toda la documentación requerida con el fin de evidenciar nuestro compromiso con el cumplimiento de la normativa en materia de información y publicidad sanitaria”.

El futuro de la campaña

Sobre las repercusiones de la polémica y el futuro de la campaña, una portavoz de la compañía ha defendido que siguen contando con el aval de todas las sociedades científicas que la apoyaron en el principio y ha indicado que la cartelería en las marquesinas ya se retiró hace unos días, según los planes previstos. Sobre el spot de televisión, ha asegurado que se mantendrá hasta el lunes y la rueda de prensa prevista para presentar la campaña la semana que viene ya no se celebrará porque, a raíz de la polémica, ya se han ido dando las explicaciones a los medios a medida que las pedían, ha justificado.

Diego Bellido, presidente electo de la SEEDO, ha reiterado a este diario el posicionamiento de su sociedad científica tras las suspicacias que ha levantado la campaña: “No estamos en contra de la campaña. Apoyamos el fondo. Estamos de acuerdo con el mensaje de que la obesidad es una enfermedad. Pero cuando hay matices que dispersan la información, se distorsiona el mensaje básico y perjudicamos. Por eso pensamos que era mejor no seguir con la campaña, pero a estas alturas [según la compañía, la campaña terminará el lunes], que finalice y luego sacaremos las conclusiones sobre cómo trabajar mejor estos mensajes. Probablemente, esto nos enseñe, tanto a la industria como a las sociedades científicas, a matizar muy bien los mensajes”.