“Gerontotecnologías” y otros proyectos tecnológicos para mejorar la calidad de vida de los mayores
Los asistentes virtuales, la inteligencia artificial y las redes interconectadas de objetos, conocidas como internet de las cosas, plantean soluciones para problemas como la soledad no deseada o la accesibilidad


La transición digital no es sencilla para todos. Las personas mayores, sobre todo aquellas por encima de los 65 años, a menudo tienen dificultades para adaptarse a una sociedad hiperdigitalizada, donde cada vez más actividades y gestiones ― trámites bancarios bancos, relaciones con la Administración o pedir cita con el médico― requieren de conocimientos tecnológicos. No obstante, un enfoque distinto está surgiendo en ciertos entornos: científicos, ingenieros y empresas están desarrollando herramientas adaptadas para las personas de los grupos de edad más avanzados. Estos proyectos no solamente buscan adaptar los servicios para estos segmentos demográficos, sino que plantean soluciones para problemas tan extendidos como la soledad no deseada y la accesibilidad.
La brecha tecnológica es una realidad. Los datos del INE revelan que, en 2024, el 50,2% de la población española mayor de 75 años había utilizado internet alguna vez en su vida, mientras que en el segmento de 65 a 74 esta cifra sube a 86,5%. En casi todos los demás grupos esta cifra supera el 95%. “Al momento histórico del cambio demográfico que estamos viviendo, se suma que vivimos en un mundo cada vez más tecnológico. La brecha tecnológica surge porque mientras la tecnología se vuelve cada vez más compleja, la inteligencia adaptativa de las personas disminuye con la edad”, explica Alejandro Barroso, consejero delegado de Seniority AI, una start up enfocada en adaptar las plataformas digitales a la población mayor.
Algunas tecnologías como los asistentes virtuales, la inteligencia artificial y las redes interconectadas de objetos ―conocidas como internet de las cosas― tienen un gran potencial para ayudar a los mayores a mejorar la calidad de vida y fortalecer la participación activa en la sociedad. “Los asistentes de voz pueden ofrecer compañía y apoyo emocional, creando un entorno más interactivo y conectado para las personas mayores, especialmente en situaciones de aislamiento. Además, tecnologías como la IA pueden personalizar la experiencia de los usuarios, adaptando los dispositivos a sus necesidades específicas y proporcionando apoyo más efectivo en tareas diarias”, señala Elena Castro, psicóloga sanitaria y doctoranda del programa de Salud y Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya.
Gerontotecnologías
Francisco Flórez-Revuelta, Catedrático del Departamento de Tecnología de Computadores de la Universidad de Alicante, resalta el papel de las llamadas “gerontotecnologías”, que se enmarcan dentro de la iniciativa para un envejecimiento saludable (Active Assisted Living en inglés o AAL) financiado por la Unión Europea. Estas herramientas buscan mejorar la calidad de vida de las personas mayores mediante soluciones innovadoras, contribuyendo especialmente en la prevención, el apoyo, el mantenimiento de la independencia y la participación social.
“Las tecnologías AAL pueden ayudar a retrasar o reducir los problemas de salud antes de que se agraven. A diferencia de los sistemas tradicionales, que suelen ser reactivos, las soluciones AAL apuestan por un enfoque proactivo: monitorizan constantemente parámetros de salud y condiciones del entorno para anticiparse a posibles riesgos y actuar antes de que ocurran incidentes”, indica Flórez-Revuelta.
En concreto, el trabajo de Florez-Revuelta se centra en utilizar los sistemas de videovigilancia y la inteligencia artificial para reconocer actividades o detección de caídas. Aun así, el catedrático comenta que existen muchas otras formas en que las tecnologías innovadoras pueden ayudar a los adultos mayores con otros problemas, como la movilidad. “Sistemas robóticos como los exoesqueletos ligeros pueden ayudar con la movilidad y con tareas cotidianas, como vestirse o preparar alimentos. Estas tecnologías buscan reducir la dependencia de otras personas y dar tranquilidad a los cuidadores mediante alertas o actualizaciones automáticas”, añade.
Asistentes de voz y hogares inteligentes
Los dispositivos más sencillos también pueden contribuir a elevar la calidad de vida de los mayores, incluso los que ya están presentes en los hogares. “En una investigación reciente, encontramos que los asistentes de voz pueden tener un impacto positivo al reducir los sentimientos de soledad, pero también al potenciar su autonomía. Estos dispositivos permiten que los mayores se sientan acompañados y apoyados en tareas diarias, como los recordatorios de medicación, y abren la puerta a la interacción, incluso cuando la comunicación física con otras personas es limitada”, asegura Castro.
La opinión de Castro se alinea con los resultados de una campaña que la Cruz Roja y Amazon están realizando en España desde el año 2020, a través de que 10.000 dispositivos Alexa se han posicionado en hogares de personas mayores. “Esto empezó durante la pandemia. Pensamos que la información se podría hacer más accesible para las personas mayores a través de interacciones de voz. Descubrimos que estas herramientas pueden ayudar a que personas muy lejanas a la tecnología descubran internet e incluso crear una conexión con lo que está ocurriendo en la sociedad”, explica Andrés Pazos, jefe nacional de Amazon Alexa en España a EL PAÍS.
Pazos resalta que, entre los aprendizajes de la campaña, descubrieron que las tecnologías de voz son especialmente accesibles para este segmento poblacional: “Uno aprende a usar un teclado, un ratón o un smartphone, pero la manera más natural es interactuar por la voz. Por eso funciona con las personas mayores”. En este contexto, el ejecutivo de Amazon indica que el objetivo este año es seguir extendiendo su programa, para alcanzar las 26.000 personas. “No se trata solamente de incluir tecnología, dispositivos o inteligencia artificial, sino que ayude a las personas a mantenerse comunicadas”, asevera.
Castro concuerda en que estos dispositivos pueden facilitar la realización de actividades cotidianas. “Pueden ser herramientas clave para acceder a entretenimiento, mantenerse informados o realizar tareas de gestión diaria. Esto es especialmente valioso para quienes tienen dificultades con la movilidad o la interacción física, ya que pueden promover la independencia, favoreciendo una vida más activa y autónoma”, comenta.
Los expertos también consideran que una mayor digitalización de los espacios puede mejorar la calidad de vida de los adultos mayores. “El internet de las cosas puede jugar un papel crucial al mejorar la seguridad en el hogar, mediante dispositivos que monitorean la salud, las alertas de caídas, y otros mecanismos que permiten a los mayores sentirse más seguros y respaldados. Nuestra investigación también señala que, con una mejor personalización y formación, estas tecnologías tienen el potencial de integrarse de manera relevante en la vida cotidiana de los mayores”, explica Castro.
Por su parte, Florez-Revuelta concuerda que los hogares también pueden volverse más seguros y cómodos gracias a la automatización y la monitorización, con luces que se encienden automáticamente por la noche para evitar caídas, muebles que se adaptan a las necesidades del usuario o sistemas de alerta que detectan condiciones peligrosas. “De forma similar, la movilidad exterior puede facilitarse mediante herramientas que ayudan a planificar rutas, ofrecen asistencia de navegación o avisan a cuidadores si se necesita ayuda fuera de casa”, agrega.
La importancia del diseño
Los expertos consultados coinciden en que uno de los mayores obstáculos es la complejidad de algunos de estos entornos. Castro detalla que la introducción de la tecnología puede ser percibida de diferentes maneras, y esto a menudo afecta la forma en que los adultos mayores responden. “Si se presenta como una imposición, como es el caso de herramientas como la carpeta de salud digital o trámites administrativos en línea, los adultos mayores pueden resistirse más. Por el contrario, cuando la tecnología se introduce de manera voluntaria, como para comunicarse con familiares, ver fotos o escuchar audiolibros, la aceptación suele ser mayor”, indica la experta de la UOC.
El diseño puede ser una de las principales barreras para las personas mayores. “Interfaces diseñadas para ser fáciles de usar permiten mantenerse en contacto con familiares y amistades a través de videollamadas, mensajes o actividades comunitarias en línea. Algunas plataformas están pensadas para apoyar hobbies compartidos o actividades grupales, lo que permite disfrutar de pasatiempos desde casa. En algunos casos, estas herramientas también incluyen funciones de accesibilidad para personas con pérdida de audición o visión”, explica Flórez-Revuelta.
Según datos del INE, en 2023, el 37,5% de las personas entre 65 y 74 años han tenido algún tipo de interacción con la administración electrónica. En esta línea, Barroso explica que las barreras para las personas mayores pueden deberse a sus capacidades cognitivas o físicas, pero también a la desconfianza, la frustración o las barreras culturales. Por esto, aspectos como el diseño visual o la experiencia del usuario son imprescindibles para diseñar plataformas accesibles.
“Es posible obtener información sobre cómo las personas interactúan con un producto o servicio, qué problemas enfrentan o qué necesidades tienen, qué características valoran más, y cómo se sienten sobre la experiencia en general. Poner a las personas en el centro nos va a permitir crear productos intuitivos y fáciles de usar, que sirvan para completar de manera efectiva cualquier acción que se desee realizar”, concluye Flórez-Revuelta.
Tendencias es un proyecto de EL PAÍS, con el que el diario aspira a abrir una conversación permanente sobre los grandes retos de futuro que afronta nuestra sociedad. La iniciativa está patrocinada por Abertis, Enagás, EY, Iberdrola, Iberia, Mapfre, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Redeia, y Santander, WPP Media y el partner estratégico Oliver Wyman.
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