Merkel vuelve por Semana Santa

La canciller alemana, Angela Merkel, vuelve a mostrar su fidelidad a La Gomera. Por sexta vez regresa a la isla canaria para pasar sus vacaciones de Semana Santa, después de haberlo hecho por primera vez en 2008. Su llegada está prevista para el viernes —probablemente acompañada por su marido, Joachim Sauer—, en una estancia que prolongará durante una semana.

Hace 50 años que los primeros viajeros alemanes descubrieron La Gomera para el turismo. Hallaron lo que para ellos era un paraíso: un lugar recóndito y alejado del continente, de impactante naturaleza y de una tranquilidad inmensa. Desde entonces, la isla ha enamorado a miles de turistas germanos, unos 350.000 cada año según datos del Cabildo insular. Y entre ellos, Angela Merkel, quien descubrió La Gomera en los años setenta del siglo pasado en unas vacaciones que pasó acompañada de su padre.

La mandataria se alojará en el hotel Jardín Tecina de la localidad de Playa Santiago, su refugio habitual en sus escapadas a La Gomera. Un resort con edificaciones de estilo canario situado sobre un acantilado con vistas al océano y rodeado de zonas verdes. El hermetismo en el establecimiento hotelero es total, y nadie quiere dar la más mínima pista. “No le puedo decir”, contestan. Tampoco dan muchos detalles en la Guardia Civil (cuerpo de seguridad con competencias en La Gomera) sobre las medidas de seguridad adoptadas. “Se trata de una visita privada y hemos desplegado un dispositivo acorde a la autoridad y a las circunstancias”, se limitan a indicar. A los efectivos de refuerzo de la Guardia Civil se sumarán los propios de la canciller que llegarán con ella desde Alemania.

Senderismo

Merkel aprovechará su estancia para practicar senderismo, una de sus actividades favoritas. Le gusta realizar recorridos desde el nivel del mar hasta lo alto del parque nacional del Garajonay, el tesoro natural de la isla por su frondoso bosque de laurisilva, cuenta el presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo. “Viene a disfrutar de la naturaleza y de los paisajes, y suele hacer una excusión en barco a Los Órganos”, unas espectaculares columnas de basalto de 200 metros de ancho y 80 de alto. Curbelo no oculta la satisfacción que le produce esta nueva visita por la proyección y dimensión de la canciller, a la que han hecho saber “la suerte que para la isla supone la fidelidad que ha demostrado”. Es lo que le lleva a pedir que nadie la moleste, “que la dejen disfrutar con tranquilidad”.

Aparte del senderismo, Angela Merkel siempre aprovecha cualquier ocasión en la isla para probar la comida típica. En 2016 comió en La Montaña-Casa Efigenia, un restaurante de cocina tradicional con medio siglo de historia en el Valle Gran Rey. A Efigenia Borges nadie le avisó con antelación de que Merkel viajaba en el autobús del hotel que traía a los clientes que habían ido a practicar senderismo esa mañana. Relata que solo cuando estaba ya sentada a la mesa, “como uno más”, fue cuando los guías del grupo le advirtieron de su presencia.