Dos años sin ir a la escuela en Gaza: “Por la noche, uso la linterna del móvil para estudiar. El hambre me impide concentrarme”
El Gobierno palestino, la ONU y ONG ofrecen clases en refugios y campos de desplazados y cursos online, pero un 60% de los alumnos no ha podido seguir ningún tipo de aprendizaje desde octubre de 2023, en un territorio en el que el analfabetismo era casi inexistente


Cuarenta niños de entre seis y diez años escuchan sentados en el suelo en cuatro tiendas de campaña desgastadas por meses de viento, lluvia y sol, cerca del campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza. Jóvenes profesores voluntarios de una asociación local les enseñan las asignaturas básicas: gramática, matemáticas, ciencias y un poco de inglés. También les intentan inculcar el gusto por la lectura. Casi todo oralmente, sin pizarras ni libros y sin apenas cuadernos ni lápices, convertidos en un verdadero lujo en esta Gaza devastada por dos años de guerra. Dania tiene siete años, vive en el campo y cada mañana acude a estas clases, sonriente y con sus trenzas recién peinadas.
“Nos gustaría mucho verla sentada en un pupitre, en una escuela de verdad... pero es esto o nada”, suspira Talal Abu Majd, su abuelo, un veterano profesor de Gaza, que era director de un centro educativo hasta que empezaron los bombardeos israelíes en octubre de 2023.
Abu Majd explica por teléfono a este diario que la familia tiene miedo de dejar a la niña en esa escuela improvisada “por si ocurriera algo” durante esas horas, pero son conscientes de que para ella es el momento más feliz del día. “Está contentísima cuando se prepara. Esa rutina le hace mucho bien, psicológicamente. Para nosotros es muy importante que no olvide el hábito de ir a clase, escuchar en silencio y aplicarse, aunque sea de esta manera”, explica su abuelo.
Unos 660.000 niños gazatíes tendrían que estar en la escuela en este momento, pero por tercer octubre consecutivo no lo están. En realidad, puede que algunos sí estén físicamente en algún colegio, pero junto a su familia y rodeados de centenares de desplazados como ellos, ya que los centros educativos de la Franja, si están aún mínimamente en pie, son usados como refugio.
Según la ONU, más del 91% de las escuelas de Gaza (518 de un total de 564) necesitarán ser reconstruidas para poder usarse de nuevo. UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, afirma que 432 centros educativos han sido un blanco directo desde el 7 de octubre de 2023.
Según la ONU, más del 91% de las escuelas de Gaza necesitarán ser reconstruidas para poder usarse de nuevo
“Mientras los niños sigan yendo a la escuela, aunque sea a una tienda de campaña, habrá menos riesgos de que se conviertan en una generación perdida. Lo vemos en todos los conflictos y Gaza no es diferente”, explica a este periódico Juliette Touma, directora de Comunicación de UNRWA.
Un arma para la vida
Dina, de 40 años, es madre de cuatro hijos. Los dos menores, de nueve y 12 años, han intentado acudir a clases desde octubre de 2023, pero las dificultades han hecho que solo hayan podido estudiar unos dos o tres meses por año. La familia se ha desplazado varias veces y ahora vive en una tienda de campaña en la zona de Al Mawasi, en el sur de la Franja, donde acuden a un espacio comunitario en el que hay varios profesores voluntarios. “No sé realmente qué aprenden, porque no hay método y tampoco ningún tipo de evaluación o seguimiento. Esto no tiene nada que ver con lo que una madre quiere para sus hijos. Yo quería que la educación fuera su gran arma para la vida”, afirma.
“Podrían tomar clases a distancia, pero a veces no puedo cargar la batería de mi teléfono e internet funciona muy mal. Tengo miedo de que mis hijos hayan perdido su futuro”, dice, con angustia, esta mujer, confiando en que haya pronto un acuerdo que ponga fin a los bombardeos y permita recuperar un mínimo de normalidad.
Esto no tiene nada que ver con lo que una madre quiere para sus hijos. Yo quería que la educación fuera su gran arma para la vidaDina, madre gazatí
Según la ONU, solo un 38% de los gazatíes en edad escolar ha podido acceder a algún tipo de aprendizaje en los últimos dos años. Cuando el pasado enero se decretó un alto el fuego en Gaza que duró casi dos meses, los palestinos de la Franja quisieron reconstruir rápidamente sus casas y sus vidas. En el norte y en el sur de este territorio, uno de los primeros gestos de ese empeño por recuperarse fue que los niños volvieran a estudiar. Donde fuera: en tiendas, entre las ruinas de las escuelas, al aire libre...
“La educación en Gaza es una prioridad desde hace generaciones, independientemente del nivel social de las personas. Es un derecho al que dan mucho valor, por eso las clases se retomaron rápidamente”, recuerda Touma.
Según cifras de la Unesco publicadas por organismos oficiales palestinos, un 2% de la población de la Franja mayor de 15 años era analfabeta antes de octubre de 2023, uno de los porcentajes más bajos del mundo árabe. La juventud gazatí era educada y culta, aunque viera el mundo a través de una pantalla del móvil debido al bloqueo israelí, en vigor desde 2007.
Antes del inicio de los bombardeos israelíes, un total de 300.000 niños de Gaza iban a las escuelas de UNRWA. Desde hace dos años, la ONU ofrece “espacios temporales de aprendizaje”, es decir, lugares situados frecuentemente dentro de las escuelas convertidas en refugios, donde profesores de la ONU enseñan a los alumnos nociones básicas para que no pierdan el hábito de estudiar y aprender. Según Unicef, unos 50.000 niños y niñas asistieron a estos espacios educativos informales en el precedente año escolar.
“Durante el alto el fuego, el número de estudiantes en estos lugares aumentaba cada día. Pero cuando la tregua terminó, muchos de estos puntos desaparecieron”, lamenta Touma.
Hoy, más del 80% de los 365 kilómetros cuadrados de superficie de la Franja son zonas militares o áreas que han recibido una orden de evacuación del ejército. Por ello, decenas de estas escuelas informales han cerrado o han sido destruidas.
Hala es madre de ocho hijos y solo uno de ellos, Ahmed, de ocho años, va a una tienda de campaña a estudiar tres días por semana. “Le han dado un cuaderno y un bolígrafo. Cuando vuelve a la tienda de campaña, su hermana mayor le ayuda con la tarea”, explica. “Ojalá haya pronto más puntos de aprendizaje a los que puedan acudir mis otros hijos”, pide esta madre.

Estudiar con la linterna del móvil
Touma recuerda que más de 360 trabajadores de la organización han muerto violentamente desde el 7 de octubre de 2023. “Un número importante eran profesores. Pero no vamos a parar de trabajar, aunque estemos bajo ataque y siempre habrá alguna escuela abierta”.
En este momento, miles de estudiantes gazatíes de todas las edades estudian online, acudiendo a puntos donde organizaciones intentan poner a su disposición una conexión a internet o simplemente utilizando la señal de su teléfono móvil.
“Debo caminar bastante para encontrar una conexión a internet que me permita descargar los videos que necesito. Por la noche, uso la linterna del móvil para estudiar porque no hay electricidad en Gaza. Las bombas y el miedo me distraen mucho. El hambre también me impide concentrarme”, dice Sham Ammar, estudiante de instituto en Nuseirat, en declaraciones transmitidas por la ONG palestina Al Mezan, que intenta facilitar la conexión a internet de los estudiantes.
Nada reemplaza a una escuela. Va más allá del aprendizaje en sí. Hablo de los amigos y de desarrollar habilidades sociales. Todo eso se está perdiendo.Juliette Touma, UNRWA
Pese a las dificultades, difíciles de imaginar a distancia, Touma se felicita porque cada vez hay más opciones de enseñanza online y posibilidad de realizar exámenes a distancia en Gaza. “Pero nada reemplaza a una escuela. Va más allá del aprendizaje en sí. Hablo de los amigos y de desarrollar habilidades sociales. Todo eso se está perdiendo”, lamenta la responsable, refiriéndose al trauma que golpea a prácticamente todos los niños de Gaza desde hace meses.
En septiembre, el ministro palestino de Educación, Amjad Barham, se felicitó porque 26.000 estudiantes de Gaza pudieron examinarse a distancia de las pruebas de acceso a la universidad, el llamado tawjihi. "A pesar de la destrucción, el desplazamiento y el hambre, los estudiantes de Gaza reafirman que la educación es un derecho esencial", dijo en una rueda de prensa.
Pero desde octubre de 2023, un total de 71.000 alumnos gazatíes no pudieron presentarse estos exámenes, según cifras del ministerio. La ONU calcula además que al menos 18.000 estudiantes han muerto violentamente en Gaza desde hace dos años.
La educación online es también la única que tienen los gazatíes que pudieron marcharse a Egipto en los primeros meses de esta guerra. El país vecino veta su ingreso en las escuelas públicas y deben seguir estudiando a distancia siguiendo el programa de los centros palestinos.
Además de Gaza, en el inicio de este año escolar, UNRWA tampoco pudo abrir 10 escuelas en el norte de Cisjordania, debido a las redadas israelíes de los últimos meses, lo cual dejó sin clases a 4.000 niños y niñas. Lo mismo ocurrió en seis escuelas de Jerusalén Este tras su cierre forzado por Israel, lo que afectó a casi 800 niños. Solo algunos de estos estudiantes han podido matricularse en otras escuelas. “Otros no han encontrado alternativas”, lamenta Touma.
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