Médicos Sin Fronteras apunta a que el asesinato de tres de sus trabajadores en Etiopía fue “intencionado”: “Les dispararon a quemarropa”
La española María Hernández Matas y los etíopes Tedros Gebremariam Gebremichael y Yohannes Halefom Reda fueron tiroteados en junio de 2021. La ONG denuncia que el Gobierno etíope no ha dado respuesta sobre el ataque ocurrido en Tigray


El asesinato de tres trabajadores humanitarios de Médicos Sin Fronteras (MSF), la española María Hernández Matas y los etíopes Tedros Gebremariam Gebremichael y Yohannes Halefom Reda, en la región de Tigray Central el 24 de junio de 2021 ocurrió en medio de un ataque “intencionado y selectivo”. Esta es la demoledora conclusión a la que ha llegado la organización internacional en una investigación publicada este martes tras cuatro años de pesquisas que han tratado de aclarar qué pasó con su personal en medio de uno de los conflictos más mortíferos de la historia.
“Les dispararon a quemarropa, mirando en dirección a sus agresores, y todos llevaban chalecos blancos claramente identificados con el logotipo de MSF, lo que significa que eran claramente identificables y reconocibles como trabajadores humanitarios y civiles en el momento de su muerte”, dice el documento que MSF ha decidido difundir por “obligación moral” con las víctimas y sus familias porque, hasta la fecha, el Gobierno etíope no ha dado respuestas.
El día del ataque, los tres trabajadores de la organización, que prestaban servicios médicos, se desplazaban en un vehículo de MSF “claramente identificado” hacia un pueblo cercano a la ciudad de Abi Adi para derivar pacientes heridos desde esta zona, en la que había intensos combates, hacia lugares más seguros. Durante el trayecto, la camioneta fue interceptada e incendiada y sus ocupantes, asesinados.
La madrileña María Hernández Matas, de 35 años, trabajaba como coordinadora de Emergencias de MSF en Tigray; Yohannes Halefom Reda, que tenía formación médica, se desempeñaba como coordinador asistente; y Tedros Gebremariam Gebremichael era el conductor. Hernández tenía una amplia experiencia en misiones de emergencia en países como Nigeria, Sudán del Sur, República Centroafricana y Yemen.
La investigación de MSF corrobora que los tres cooperantes “recibieron múltiples disparos a corta distancia mientras se encontraban frente a su atacante”. “Sus cuerpos fueron encontrados a 400 metros del vehículo, que estaba acribillado a balazos y había sido quemado”, informa la ONG en un comunicado. El hallazgo de los cuerpos ocurrió el 25 de junio de 2021 en la carretera principal al sur de Abi Adi, en dirección a Yechila, justo al sur del puente de Gerebgiba.
Sus cuerpos [de los tres cooperantes] fueron encontrados a 400 metros del vehículo, que estaba acribillado a balazos y había sido quemadoMSF
Inmediatamente, MSF inició una investigación, adelantada este martes por la Cadena Ser, y, simultáneamente, pidió colaboración del Gobierno y del Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT), la organización política y paramilitar que se enfrentaba al Estado. Las pesquisas son una práctica habitual en MSF tras un incidente crítico. Aunque suele ser un documento interno, en esta ocasión se ha hecho público con el objetivo de presionar al Gobierno etíope para dar explicaciones.
“A pesar de las repetidas garantías del Ministerio de Justicia de que la República Democrática Federal de Etiopía estaba llevando a cabo una investigación creíble e imparcial sobre las circunstancias que rodearon el asesinato de nuestros colegas, hasta la fecha, ni MSF ni las familias de las víctimas han recibido ninguna comunicación oficial ni respuestas fundamentadas de las autoridades etíopes sobre lo que ocurrió ese día”, afirma MSF.
Uno de los elementos más graves de la investigación es que hay “numerosas pruebas” que corroboran que un convoy de las Fuerzas Nacionales de Defensa de Etiopía (FNDE), el ejército oficial de ese país, estaban en la misma carretera en el momento del atentado, según MSF. Un testigo declaró haber escuchado un intercambio de radio en el que un comandante de las FNDE daba órdenes de “disparar” a un coche blanco que se acercaba y de “eliminarlos”.
La responsabilidad del Gobierno de Etiopía
Paula Gil, presidenta de MSF España, sostiene que su organización “puede confirmar con evidencias” que el ejército etíope estaba presente en la carretera. “Evidentemente, no podemos confirmar la autoría de estos crímenes. Pero [sabemos que] nuestros compañeros fueron asesinados, estaban identificados claramente como trabajadores humanitarios, eran civiles. Se les disparó de cerca de forma intencionada. Esto es algo que merece una clarificación”, afirma Gil, en una entrevista telefónica con EL PAÍS.
De acuerdo con la presidenta de MSF España, este mismo documento y toda la información que han recopilado han sido compartidos con el Gobierno de Etiopía para facilitar el esclarecimiento del ataque. “Sabemos que ellos empezaron una investigación, pero nunca compartieron los resultados de manera oficial. Sí que hubo un momento, en julio de 2022, en el que representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores etíope nos dijeron que la investigación había acabado y que confirmaba que no había presencia del ejército en la zona y que acusaba al FLPT del asesinato”, detalla Gil. La cooperante resalta que esto no concuerda con la investigación de MSF, que se hizo con más de 85 documentos, imágenes satelitales, datos de GPS, más de 30 entrevistas con personal de MSF y expertos y testimonios de civiles que, voluntariamente, compartieron información. Esto les ha permitido tener un minuto a minuto de la ruta del equipo y las llamadas que hicieron ese día entre las 7.00 y las 16.00, hora en que se perdió contacto con la unidad.
“Nosotros tenemos que agotar todas las vías posibles. Esperamos que el Gobierno de Etiopía reaccione a esta publicación y que compartan con las familias [de las víctimas] y con nosotros el resultado de la investigación que en teoría han hecho. Y si no la han completado, pues que la completen”, afirma Gil.
Los hechos ocurrieron en el marco de la guerra del Tigray (2020-2022), que provocó la muerte de cerca de 600.000 civiles —en un país con seis millones de habitantes— y que es considerada la más sangrienta del siglo XXI. El conflicto comenzó en noviembre de 2020 cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, declaró la guerra al FLPT, que había desafiado el poder del Gobierno federal desde esa región norteña del país. En la guerra también participaron milicias amharas y el ejército eritreo en apoyo de las Fuerzas Armadas etíopes. Hubo batallas encarnizadas, bombardeos, masacres documentadas por Naciones Unidas y, sobre todo, un bloqueo de la región de Tigray que impidió la entrada de ayuda humanitaria a la población civil y la salida de toda información.
España llevaba décadas trabajando en Etiopía. Pero ante la falta de clarificación y de garantías de seguridad, decidimos cerrar nuestra misiónPaula Gil, presidenta de MSF España
De acuerdo con la investigación de MSF, en las semanas previas al ataque no solo se habían intensificado los combates, sino también la hostilidad del ejército regular con el personal humanitario que operaba en el Tigray. “Los equipos de MSF sufrieron un acoso creciente por parte de los soldados de las FNDE y las FDE, que incluyó registros frecuentes, acusaciones de falta de neutralidad, violencia física y acoso, incluso en Abi Adi y sus alrededores”, sostiene la organización. De acuerdo con Gil, a distintas ONG, entre ellas MSF, se les acusó de traficar armas en favor del FLPT.
Abi Adi, por ese entonces, se había convertido en una ubicación estratégica para los bandos en conflictos. MSF se hallaba en la zona desde enero de 2021, después de que, en diciembre de 2020, el Gobierno les hubiera autorizado a realizar actividades humanitarias en Tigray.
El 26 de junio de 2021, tras el mortal ataque, el equipo de MSF y otras agencias humanitarias evacuaron el personal de Abi Adi y suspendieron operaciones. Finalmente, en agosto de 2022, la seccional de MSF España cerró definitivamente en Etiopía. Gil, cuatro años después, lamenta ese resultado. “España llevaba décadas trabajando en Etiopía y teníamos una intervención que era no solo pertinente sino además era masiva. Pero ante la falta de clarificación y de garantías de seguridad, decidimos cerrar nuestra misión”, recuerda. Actualmente, aún operan en el país africano tres secciones: África del Oeste, Bélgica y Holanda.
El llamado de MSF se da en medio de un momento crítico para la seguridad de los trabajadores humanitarios. En 2024, 379 murieron mientras ejercían su trabajo en distintos lugares del mundo. Este año, solo en Gaza, han muerto otros 107, alerta Gil. Esto sucede pese a que, en 2024, el Consejo de Seguridad de las ONU aprobó una resolución que exige a los Estados proteger al personal humanitario y garantizar la rendición de cuentas cuando se produce un ataque. “Este caso es emblemático por su impunidad”, señala Gil, “si nosotros no exigimos que este caso se clarifique, se sienta un precedente muy peligroso. No podemos permitir que se olvide”.
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