La diáspora se sube a la ola de las start-ups africanas
Emprendedores con raíces en el continente africano vuelven a sus países de origen para contribuir a la revolución digital. La experiencia en entornos poco regulados y estructurados les otorga una ventaja competitiva en mercados del Sur Global

Claudia Makadristo, fundadora de TNXT10, una consultora para entornos digitales con sede en Kenia, nació en Angola de padre holandés y madre angoleña. A los pocos meses marchó a Ámsterdam con su familia y, con 21 años, decidió volver. Había estudiado administración de negocios internacionales y quería contribuir a que África despegara sirviéndose de la tecnología como palanca, pero sus inicios no fueron fáciles. “Pequé de arrogancia inconsciente”, confesó a este periódico, durante la GITEX Africa, la mayor feria sobre tecnología al sur del Mediterráneo, celebrada en abril en Marrakech, donde se congregaron estrategas tecnológicos y emprendedores, muchos de ellos como esta angoleña, retornados al continente para crear start-ups.
“Di por hecho que las empresas iban a pelearse por mí, por haber estudiado en Europa, pero envié un montón de currículums y nadie respondió”, agregó Makadristo, que desde entonces se ha buscado la vida en 30 países africanos.
Ha tenido éxito y esta emprendedora está orgullosa de participar hoy en una revolución tecnológica a la africana. “Es increíble lo que hemos conseguido en la última década. Están fructificando potentes nodos de innovación en Nigeria, Sudáfrica, Kenia, Egipto o Ruanda, y las incubadoras y aceleradoras de start-ups han crecido como la espuma” resumió, haciendo referencia a que entre 2015 y 2022, el número de start-ups tecnológicas que recibieron financiación cada año se multiplicó por siete.
Las inversiones en empresas emergentes africanas han despegado en estos últimos años y las personas que regresan se suben a esa ola desde las distintas disciplinas que aprendieron en el exterior.
“Está, por una parte, la gente local, educada en África y que conoce el contexto, y luego la diáspora, que aporta otras miradas. La convergencia de ambos mundos está dando lugar a una explosión de creatividad”, explicó Makadristo.
Proyectos puramente africanos
La nigeriana Ifeoluwa Ogunbufunmi que, a través de su empresa SWIF, asesora a 10 gobiernos africanos para crear condiciones en las que florezcan start-ups, opina que los que un día partieron y los foráneos con orígenes en el continente suelen compartir una motivación que trasciende el mero fin de ganar dinero. “Tienen un propósito de mejorar las cosas, de contribuir a un África más boyante”, dice. Para ella, esta intención no se diluye en la retórica vacua del marketing o la creación de una marca que suene socialmente comprometida. “Se trata de haber aprendido a hacer las cosas de forma diferente y de iniciar proyectos puramente africanos que se inserten en la cultura propia, que la pongan en valor”, agrega.
Ogunbufunmi, que estudió un MBA en Oxford y hoy vive a caballo entre Londres y sus múltiples destinos africanos, confía en que el efecto contagio produzca más virtuosas corrientes de ida y vuelta. “Personas como yo podemos inspirar a otros africanos que viven fuera al mostrarles cuánto impacto se puede crear”, resume. Ogunbufunmi podría haber sido parte de la fuga de cerebros, pero prefirió aprovechar su talento para galvanizar el desarrollo en casa. Ante la sangría de capital humano que padece África, la vía digital ofrece un atractivo camino para propiciar un cambio de rumbo.
Se trata de haber aprendido a hacer las cosas de forma diferente y de iniciar proyectos puramente africanos que se inserten en la cultura propia, que la pongan en valorIfeoluwa Ogunbufunmi, emprendedora nigeriana
El universo digital africano no solo recibe aportaciones del exterior; también mira fuera con afán expansivo. En su informe de 2024, la plataforma online TechCabal, que desde 2013 analiza los ecosistemas digitales africanos, contabilizó nueve compañías tecnológicas que el pasado año se aventuraron en otros mercados. Por ejemplo, la nigeriana Moove, una aplicación de alquiler de vehículos con derecho a compra que saltó a EE UU y México (antes ya operaba en India). O Grey, también nigeriana, que empezó a facilitar las transacciones financieras de trabajadores extranjeros en países de Latinoamérica y el sudeste asiático. Makadristo sostiene que los emprendedores africanos tienen “un filón para sus negocios” en otras regiones del Sur Global, ya que su experiencia al operar en entornos poco organizados y regulados les otorga una “ventaja competitiva”.
Puentes culturales
Hay además emprendedores que están conectando directamente África con otras zonas geográficas. El marroquí Driss Jabar estudió en la Escuela Nacional Superior de Artes y Oficios de París y trabajó en Europa más de 10 años antes de volver a su país y fundar Cloudfret, que optimiza el transporte de camiones entre Marruecos y países como España o Francia. Hijo de un camionero, a Jabar siempre le sorprendió que en muchas de estas operaciones de comercio transcontinental por carretera (sus cálculos hablan del 30%) los camiones volvieran vacíos tras descargar. “Supone una aberración desde el punto de vista ecológico y económico”, comenta. La app de Cloudfret ayuda, con información en tiempo real, a que empresas de transporte y proveedores no desperdicien miles de kilómetros de viaje. De nuevo, los puentes culturales y la experiencia personal dotan de personalidad al proyecto. “Como africano que ha vivido tanto tiempo en Europa, me pareció bonito contribuir a unir aún más a ambos continentes”, concluye.
¿Existen, entre la diáspora techie africana, actitudes de salvador blanco? Makadristo admite que se ha vuelto “más humilde” tras sucesivos “choques de realidad”, al darse cuenta de que buena parte de lo que había aprendido en Europa no le iba a servir “en contextos menos estructurados”. De todas formas, la directora de TNXT10 agrega que ahora se glorifica “menos que antes” al que vuelve de fuera. “Simplemente, se muestra curiosidad ante nuevos enfoques”, dice.
Zanyiwe Azare, nacida en Zambia y vicepresidenta de Yango (aplicación de transporte de personas, similar a Uber o Cabify, muy popular en África), no niega que persistan, generalizando, residuos colonialistas en la mentalidad africana. Pero celebra que “vaya enraizando entre las nuevas generaciones una fuerte conciencia sobre la enorme riqueza humana” que atesora el continente. En todos los ámbitos, también el digital.
Están fructificando potentes nodos de innovación en Nigeria, Sudáfrica, Kenia, Egipto o Ruanda, y las incubadoras y aceleradoras de start-ups han crecido como la espumaClaudia Makadristo, emprendedora angoleña
Al sintetizar la historia de Augustine Weah, el tópico del hombre hecho a sí mismo se queda corto. Con tres años, huyó de la guerra civil en Liberia y se instaló con su familia en un campo de refugiados de Ghana, donde vivió hasta los 16 años, cuando emigró a EE UU. Hoy es inversor de capital riesgo. “Estoy reconectando con el continente en busca de nuevas oportunidades”, afirma, con confianza. Weah vislumbra un horizonte de prosperidad digital en África y no quiere quedarse al margen. “Estoy convencido de que muchos de los nuevos unicornios [start-ups valoradas en más de 1.000 millones de dólares] van a nacer en África, ya que otros mercados están muy saturados. Quiero formar parte de esta fiebre de innovación exponencial y contribuir a hacer grandes cosas por el continente”, concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.