Ir al contenido
_
_
_
_

Monica Musenero, ministra de Uganda: “La ciencia no ha funcionado para África”

La referente global en estrategias de contención del ébola quiere convertir a su país en un polo de innovación científica que inspire a todo el continente

Monica Musenero, ministra de Uganda

Cuando Monica Musenero (Butebo, Uganda, 58 años) se puso en 2020 al frente de la gestión de la covid-19 en su país, ya acumulaba una amplia experiencia en el control de epidemias. Entre 2014 y 2017, esta veterinaria, microbióloga y epidemióloga había sido coordinadora sobre el terreno de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Sierra Leona, desempeñando un papel capital en el control del mayor brote de ébola registrado hasta la fecha: más de 11.000 muertos en África occidental, la mayoría en Liberia, Guinea y la propia Sierra Leona. Su labor en aquellos años le granjeó una sólida reputación como una de las grandes expertas en la temida enfermedad. A finales de la pasada década, países como Ruanda o República Democrática del Congo la contrataron como consultora para que los preparase ante eventuales brotes.

Por eso, con la llegada de la covid, Musenero no esperó a que el virus se expandiera por Uganda antes de actuar. Como asesora presidencial, decidió tomar estrictas medidas preventivas para que la pandemia no abrumara a un sistema de salud que ya era frágil. “Éramos conscientes de que teníamos pocos recursos, así que el objetivo fue prepararse antes de que llegara el virus y lograr que los números fueran lo más bajos posible”, cuenta Musenero. Uganda tuvo, entre 2020 y 2023, 171.888 casos y 3.632 muertes confirmadas.

La hoy ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación en el país de África oriental —asumió el cargo en 2021— cuenta que concibió aquella época como una oportunidad para que Uganda desarrollara un sector emergente que aglutina como “economía de patógenos”. Empezaron a fabricarse internamente mascarillas y geles desinfectantes, pero sobre todo se apostó por un polémico remedio anticoronavirus: el Covidex. Musenero lo define como “una medicina herbaria basada en el conocimiento tradicional ugandés que fue monitorizada antes de comercializarse”. Sin datos científicos que lo sustenten, la ministra asegura que el medicamento se ha mostrado efectivo a la hora de atajar síntomas de la covid-19 y ha sido un “éxito de ventas” en Uganda y otros países africanos. En su visión, existe margen para descolonizar la ciencia.

Entrevistada durante la feria sobre tecnología GITEX en África, que se celebró en Marrakech entre el 14 y el 16 de abril, Musenero expresa su propósito de convertir a Uganda en referente continental de un nuevo paradigma de desarrollo africano. En su opinión, la ciencia debe cocinarse en casa y servir para mejorar la vida de los ciudadanos.

Pregunta. ¿Fue determinante su gestión de la covid para que el presidente Yoweri Museveni la nombrara ministra de Ciencia de Uganda?

Respuesta. No estoy segura (ríe), pero supongo que sí. Me vio en acción, fomentando el desarrollo de nuevos medicamentos y la economía de patógenos. Creo que vio que mi gestión se alineaba con su pasión: aprovechar el conocimiento originado en África para hacer que crezca nuestra economía.

P. ¿Cuál ha sido su enfoque como ministra?

R. Procurar dar soluciones científicas creadas en Uganda para el sector sanitario o la economía digital que, al tiempo que mejoran la calidad del servicio, creen empleos locales y contribuyan al desarrollo económico del país. A nivel estratégico, estamos tratando de identificar por qué la ciencia no ha funcionado para África y marcar una serie de desafíos prioritarios con el objetivo a largo plazo de que esta situación no se perpetúe.

P. ¿Por qué dice que la ciencia no ha funcionado para África?

R. Si hubiera funcionado, no estaríamos en la situación actual y nuestro nivel de desarrollo sería parejo al de otros continentes. Seguimos siendo altamente dependientes de la ciencia y la tecnología que llega de fuera. Exportamos materias primas e importamos casi todo lo demás: la fórmula perfecta para la pobreza. Queremos posicionar a Uganda como un referente que inspire el pensamiento científico africano y ayude a cambiar el relato con un planteamiento audaz. Solo así será posible que empiecen a ocurrir cosas que la gente hoy quizá considere imposibles.

Si hubiera funcionado [la ciencia en África] no estaríamos en la situación actual y nuestro nivel de desarrollo sería parejo al de otros continentes. Seguimos siendo altamente dependientes de la ciencia y la tecnología que llega de fuera

P. ¿Se refiere a que Uganda sea un ejemplo de cambio de mentalidad?

R. Estamos redefiniendo cómo los gobiernos africanos vemos la ciencia y cómo nos relacionamos, por ejemplo, con los inversores extranjeros, que por supuesto son bienvenidos, pero con los que tenemos que empezar a establecer relaciones simétricas. Pienso que África no ha asumido su propia responsabilidad como debiera y ha delegado el pensamiento en otros. Tenemos que empezar a ejercer un nuevo rol y queremos que Uganda sea una especie de proyecto piloto para un cambio panafricano.

P. Con perspectiva global, uno diría que su vecino Ruanda atrae más miradas como polo de innovación africana que Uganda. ¿Por qué?

R. África tiene más de 50 países y existe una enorme variedad de enfoques. El modelo ruandés es bastante diferente al nuestro, que se basa en un crecimiento de dentro hacia fuera. Si alguien viene a Uganda y conoce de primera mano todo lo que estamos haciendo, le extrañaría por qué Uganda no cuenta con una mejor reputación como nodo africano de innovación. Hacemos las cosas más discretamente que otros países, optimizando soluciones sin prisas y sin tanto énfasis en las relaciones públicas. No digo que el modelo ruandés sea malo, solo afirmo que el nuestro es diferente.

P. Ha habido críticas a la Universidad de Makerere, el principal centro investigador de Uganda, por su caída de prestigio en los años posteriores a la descolonización, cuando se erigió como uno de los símbolos académicos del renacimiento africano.

R. Desde una óptica general, estoy convencida de que ver al grueso de África en una especie de furgón de cola en cuanto a reputación académica no refleja en absoluto la realidad. Pero insisto en que todos estos asuntos de prestigio y reputación no son nuestra prioridad: lo que queremos es construir algo genuino y verdadero. ¿Qué sentido tiene que algo brille si no tiene un valor real? Un diamante no es un diamante solo porque parezca un diamante. Sobre Makerere le diré que sigue siendo una de las mejores universidades africanas, pero resulta evidente que ha sufrido altibajos, en gran medida influidos por los estragos que ha padecido el país, en especial las guerras civiles [que azotaron Uganda entre 1980 y 1994]. Aun así, ha producido y sigue produciendo algunos de los mejores cerebros del continente. De ahí han surgido también iniciativas pioneras que han tenido un impacto real en la vida de la gente.

P. ¿Por ejemplo?

R. Kiira Motors, una empresa estatal que empezó en 2007 como una actividad extracurricular de la facultad de tecnología y en 2016 lanzó el primer autobús eléctrico totalmente africano. Hoy circulan decenas de autobuses Kiira por las calles de Kampala [capital de Uganda] y la empresa ya se está expandiendo a otros países como Tanzania. No queremos que Makerere se limite a producir buenas publicaciones académicas, sino que contribuya decisivamente al progreso de Uganda y de todo el continente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_