Vayámonos de X
Si queremos seguir defendiendo el proyecto europeo, que sea en el terreno donde pongamos nosotros las normas


El viernes pasado, la Comisión Europea anunció la imposición de una multa de 120 millones de euros a X (antes Twitter) por tres vulneraciones del Reglamento de Servicios Digitales. Una de estas vulneraciones es el fin del sistema de verificación de Twitter. Antes de que el magnate Elon Musk se hiciera con la plataforma por 44.000 millones de dólares, Twitter daba insignias azules a gente e instituciones relevantes para que los usuarios supieran si quien estaba diciendo algo era la persona o institución de verdad o un fraude. Musk decidió dar la insignia azul a quien pagase por ella. Eso, ha resuelto la Comisión, es confundir al consumidor y abrir la puerta a estafas de distinta índole. Las otras sanciones son por no abrir los repositorios de publicidad (impidiendo saber, entre otras cosas, quién pone un anuncio en la plataforma) y por impedir trastear en las estadísticas de X, lo que hace imposible saber, por ejemplo, si el número de usuarios activos que vende la empresa es cierto o incluso plausible.
Hasta aquí, todo en orden. Pero a las pocas horas, el secretario de Estado Marco Rubio rechazaba la sanción en su cuenta de X. El sábado fue el turno del propio Musk. En su cuenta de X, dijo que “la Unión Europea debe ser abolida y la soberanía retornada a los países individuales, para que los gobiernos puedan representar mejor a su gente”. Todo esto coincide con la presentación de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en la que Washington se pone como objetivo revertir la “decadencia” del continente apoyando la toma del poder por parte de fuerzas de ultraderecha y anti-UE.
The European Commission’s $140 million fine isn’t just an attack on @X, it’s an attack on all American tech platforms and the American people by foreign governments.
— Secretary Marco Rubio (@SecRubio) December 5, 2025
The days of censoring Americans online are over.
En resumen: Musk y el Gobierno de Estados Unidos están aliados en un objetivo común, que es destruir a la Unión Europea y que los países del continente, solos, empequeñecidos y debilitados, vayan cediendo uno a uno ante su visión del mundo.
¿Ante esto, qué piensa hacer Europa? Ha sido muy celebrada la respuesta del ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, respondiéndole a Musk “Vete a Marte. Allí no hay censura de saludos nazis”, en referencia al brazo a la romana que el magnate ha exhibido en más de una ocasión. Pero donde algunos ven un triunfo del ingenio, yo veo un fracaso.
Go to Mars.
— Radosław Sikorski 🇵🇱🇪🇺 (@sikorskiradek) December 6, 2025
There's no censorship of Nazi salutes there.
La fuerza de Musk, donde el sudafricano deposita todas sus esperanzas, es X y su relevancia informativa. Una relevancia que deriva no de su número de usuarios (permanentemente en descenso) sino de la dependencia que instituciones, políticos y medios tienen de la plataforma. Y es una dependencia justificada. Mal que bien, el lenguaje político de nuestro tiempo se ha montado en Twitter, así como carreras enteras en política, tanto detrás como delante de las cámaras. No es algo, dicen, que se pueda abandonar de la noche a la mañana.
Pero no hacen falta más pruebas. Elon Musk está usando X para destruir el proyecto europeo. Y no está parando mientes en ese proceso: lo último, las denuncias de que la plataforma está borrando las “notas comunitarias” —los comentarios que, según Musk, son mejores que la comprobación de datos independiente—que contrarían la visión del mundo del magnate. Cada día que pasa en el que las instituciones legitiman X con su presencia es un día más en el que Musk tiene éxito en su empresa antieuropeísta. Ya no hay tiempo que perder. Si queremos la supervivencia de la Unión, si queremos seguir defendiendo un proyecto de paz, prosperidad, democracia, tolerancia y libertad, que sea en el terreno donde pongamos nosotros las normas. Vayámonos de X. Todos. Ahora.
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