Las mentiras de Salvador Illa
Señalar el chivo expiatorio madrileño pretende distraer a los socialistas de las implicaciones del cupo catalán


Las acusaciones de Salvador Illa a la Comunidad de Madrid por hacer dumping fiscal son una maniobra de distracción y una falsedad. En primer lugar, pretenden desviar la atención de lo que supondría el cupo catalán —la extensión del modelo de las comunidades forales— y sus consecuencias, que según explican Jesús Fernández Villaverde y Francisco de la Torre incluirían un perjuicio general, aumento del fraude y efectos mucho menos positivos de los anunciados en Cataluña. Señalar el chivo expiatorio madrileño pretende distraer a los socialistas de las implicaciones antirredistributivas de la propuesta y a los independentistas de la incapacidad de llevarla a cabo.
En segundo lugar, son una falsedad porque Cataluña recibe 720 euros más al año por habitante que la Comunidad de Madrid. Su problema es de gasto y no de ingresos. Las rebajas fiscales en Madrid no afectan a la solidaridad. En palabras del experto Ángel de la Fuente, el cálculo de lo que aporta cada región “se hace en base a su capacidad recaudatoria asumiendo que tuviera los mismos impuestos que en la escala general del Estado, sin tener en cuenta su margen de maniobra para modificarlos al alza o a la baja”. Las rebajas afectan a la calidad de los servicios públicos de los que disfrutan los madrileños y forman parte del margen legal de autonomía fiscal. Más que refunfuñar por los resultados de otra región —cuyo modelo presenta contradicciones y problemas—, convendría analizar por qué Cataluña se ha estancado en las últimas décadas, particularmente desde 2000 y luego 2012, en una época de descentralización.
Las declaraciones, más o menos repetidas por las inefables Yolanda Díaz y Diana Morant, recuerdan a las trolas contables independentistas que desmontaron Josep Borrell y Joan Llorac. Es un reciclaje del eslogan “España nos roba”: un nuevo disfraz del nacionalismo.
Esto no significa que no haya motivos para cambiar un modelo de financiación que los expertos consideran opaco y demasiado complejo. De hecho, Illa tiene razón al afirmar que hay dumping fiscal en nuestro país. Por ejemplo, las diputaciones forales no cobran este año el impuesto bancario, que antes cobraba el Estado, mientras que las demás comunidades autónomas no tienen esa opción. Como ha escrito Javier Jorrín citando un estudio de Fedea, hay una comunidad donde la clase media-alta recibe más de lo que paga: el País Vasco. Es un problema muy complejo que requiere articular situaciones económicas y demográficas muy distintas, y nunca nos acercaremos a una solución razonable a base de mentiras y mala fe.
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