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COLUMNA
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Miedo y asco en Alcalá de Henares

A la alcaldesa le ha faltado tiempo para exigir el cierre del centro de migrantes. Por lo que sea, otras violaciones no le han suscitado ningún comentario

Santiago Abascal, el domingo 6 de junio, en una concentración frente al centro de migrantes de Alcalá de Henares
Luz Sánchez-Mellado

Vivo cerca del centro de acogida de migrantes de Alcalá de Henares. Un antiguo cuartel de paracaidistas reconvertido en albergue humanitario donde ayer mismo pernoctaban 1.522 hombres jóvenes llegados a España huyendo de la pobreza y la guerra en África. El centro abrió, como alivio de emergencia a la crisis migratoria, en noviembre de 2023. Pero, desde entonces, se ha convertido en un limbo, digo recurso estable, y más de 9.000 varones han pasado por sus barracones antes de poder emprender vuelo a otros lares o acabar tirados en la puta calle. En la ciudad se les conoce, según a quién preguntes, como los chavales, los morenos, o los negros, a secas. Y, sí, se les ve a la legua. Chicos altos, flacos, casi azules de tan negros, en efecto, que destacan quieran o no quieran entre los otros 200.000 vecinos que los ven, los vemos, sin mirarlos a los ojos, como como si fueran todos el mismo. Y no lo son, claro. Solos, sin redes, sin derecho al trabajo ni a la formación reglados, matan las horas como pueden. Vegetando en los parques. Jugando al fútbol o el baloncesto en los polideportivos. Tirando millas por la calle como si fueran a algún sitio. Vagando por el centro comercial como si pudieran comprar algo. Y conste que escribo esto de vistas y oídas porque yo, periodista y ciudadana, no he tenido ovarios a preguntarles. Por pudor, por pena, por cobardía, por mirar hacia otro lado. Pero no por miedo o por asco, como los ven demasiados, así, en bloque.

La reciente violación de una chica de 21 años, por la que ha sido encarcelado un maliense del centro, ha conmocionado a la ciudad, y a la alcaldesa del PP, Judit Piquet, que lleva desde siempre vinculando veladamente o sin velar a los migrantes con la inseguridad en el municipio, le ha faltado tiempo para exigir su cierre inmediato. Por lo que sea, ninguna de las otras denuncias por violación registradas en Alcalá desde 2024 ha merecido ningún comentario de la irresponsable regidora. Y hablo solo de ella porque la responsabilidad le va en el cargo y porque de los fascistas que han aprovechado la tragedia para azuzar el odio al migrante, con Santiago Abascal y Cierra España a la cabeza, me niego a escribir una línea. Ellos, y no los chicos del viejo cuartel de los paracas, sí que dan asco y miedo. Mucho.

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.
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