Hipocresía europea con Gaza
El acertado análisis de la UE sobre la matanza cometida por Israel no se traduce en ninguna consecuencia práctica


Israel incumple el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, que establece como fundamento de la relación “el respeto de los derechos humanos y los principios democráticos”. Así lo señala un informe oficial del Servicio Exterior europeo. A pesar de la timidez del lenguaje utilizado en la evaluación de la relación bilateral, resulta devastador su contenido, que califica el bloqueo y asedio de Gaza como un castigo colectivo, con utilización del acceso al agua y a los alimentos como arma de guerra, bombardeo sistemático de los hospitales, constantes desplazamientos forzosos de población, ataques a los periodistas y censura de la información desde la Franja.
La presentación del informe, primero al Consejo de Exteriores de la UE el 23 de junio y luego al Consejo Europeo el pasado jueves, ha coincidido con nuevas y todavía más inquietantes noticias sobre la matanza que sigue perpetrando el ejército israelí a las órdenes de Benjamín Netanyahu. El diario Haaretz ha publicado un informe a partir de testimonios de militares israelíes a los que se les ha ordenado el uso de armas de fuego contra palestinos desarmados para mantener el orden durante la recogida de alimentos, distribuidos ahora por una fundación patrocinada por Israel y Estados Unidos. Dichas órdenes de los mandos militares, desmentidas por el Gobierno, explican el elevado número de muertes civiles entre quienes buscan comida y agua.
El mismo diario israelí ha proporcionado una nueva cifra de la letalidad de esta guerra. La cifra actual de 56.000 muertes, de los que 17.000 son niños, en gran parte de muy corta edad, y 9.100 mujeres, podría acercarse en realidad a 100.000. La cifra sale de una lista elaborada por el departamento de Salud de Hamás que ocupa 1.227 páginas con los nombres uno por uno de los fallecidos contabilizados. No se tienen en cuenta la letalidad indirecta por enfermedad, malnutrición y falta de asistencia, o los cadáveres todavía sin rescatar bajo las ruinas.
La atención suscitada por la guerra entre Israel e Irán y la entrada en combate de Estados Unidos han eclipsado la crisis de Gaza. Numerosos países europeos y la propia jefa de la diplomacia, Kaja Kallas, quieren utilizar el informe del Servicio Exteriores para presionar a Netanyahu, aunque solo dos, Eslovenia y España, consideran que Israel ya está en abierta ruptura con el Acuerdo, por lo que solo corresponde denunciarlo.
En este sentido, no pueden ser más desalentadoras las conclusiones del Consejo Europeo celebrado esta semana, llenas de piadosos deseos y condenas genéricas, en las que los 27 limitan a “tomar nota del informe” e invitan a proseguir el debate, en una nueva exhibición de impotencia, hipocresía y división entre ellos ante la matanza cada vez más insoportable que está ocurriendo a la vista de todos.
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