Ir al contenido
_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Revertir el retroceso de las vacunas

Las inmunizaciones han evitado muerte y sufrimiento a millones de niños. No podemos permitirnos dar marcha atrás

Una niña es vacunada contra el sarampión en Ciudad Juárez (México), el pasado 15 de junio. Las autoridades mexicanas han acelerado las inoculaciones ante el drástico aumento de casos de la enfermedad.
El País

La milenaria lucha del ser humano contra las enfermedades, especialmente en los niños, está sufriendo alarmantes retrocesos en todo el mundo. Es lo que indica un estudio con datos de unos 200 países (es decir, prácticamente de todo el planeta) de la revista médica The Lancet. Publicado este martes, el documento alerta de la parálisis e incluso la reducción de las coberturas vacunales infantiles, sobre todo en áreas en vías de desarrollo, pero también en una veintena de países desarrollados, entre ellos España. Es una pésima noticia para todos y, lo que es más grave, un problema que se va a acentuar en los próximos años.

Visto con perspectiva, el último siglo ha sido extraordinario para la salud de los niños. Enfermedades que arrasaban con generaciones enteras han sido reducidas a la irrelevancia gracias a la vacunación. Según la Organización Mundial de la Salud, desde 1988, los casos de poliomielitis, que condenaba a los menores a la parálisis e incluso a la muerte, han retrocedido en un 99%. Es la segunda gran dolencia infecciosa que los seres humanos podemos extinguir, tras la hazaña que supuso la erradicación de la viruela en 1980. Los casos de otras enfermedades, como el sarampión, la difteria o la tos ferina, también se han limitado drásticamente conforme ha aumentado la inmunidad colectiva.

Es este progreso el que se ha ralentizado y corre el riesgo de ralentizarse aún más. Y por distintos motivos. La demolición por orden de Donald Trump de la ayuda estadounidense al desarrollo ha frenado programas de vacunación en decenas de países, pondrá fin a progresos duramente conseguidos durante décadas y condenará a la muerte o al sufrimiento crónico a millones de niños. Pero el problema creciente en todo el mundo es la difusión masiva —con las redes sociales como instrumento clave— de desinformación acerca de las vacunas. Como consecuencia del ataque a la ciencia, un número creciente de familias no sigue las recomendaciones de las autoridades sanitarias. La Unión Europea advirtió recientemente de que la desconfianza hacia las campañas de inmunización puede dar lugar a epidemias de enfermedades como el sarampión.

Este problema se multiplica cuando las administraciones amparan la falsa idea de la salud pública como responsabilidad individual, hacen suyo el rechazo a las vacunas e incluso impulsan seudoterapias sin ninguna base científica. La respuesta de países como el Brasil de Bolsonaro a la covid y de Estados Unidos a su reciente epidemia de sarampión son ejemplos de estas actitudes. En pocos aspectos de la vida se ve de forma más clara la importancia de la responsabilidad colectiva en la salud pública. La prevención de los contagios requiere de la participación de todos. Décadas de trabajo en común entre las autoridades y la ciudadanía han reducido al mínimo enfermedades infecciosas que mataban cada año a miles de niños. Es prioritario recordarlo si queremos evitar que esto vuelva a suceder.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_