Democracia en peligro
Los lectores escriben sobre la deriva antidemocrática de nuestras sociedades, la corrupción en el PSOE, el boicot cultural a Israel y el ‘bullying’

Me aterra seguir, después de 80 años, sin poder enterrar con dignidad a quien fue asesinado, con menos de 20, por el régimen fascista. Me aterra la pasividad del pueblo israelí ante el exterminio del pueblo palestino por parte de su Gobierno. Me aterra que Europa no sea capaz de mover las conciencias de los gobernantes y sus ciudadanos en pro de los derechos humanos en Gaza y Cisjordania. Me repugna que la crítica a los gobernantes judíos se descalifique y justifique llamando antisemita a quien la ejerce. Me aterra que la lluvia antidemocrática nos esté calando hasta el tuétano, convirtiéndonos en esclavos de los que pervierten las palabras. Me aterra que la mentira se imponga a la verdad y sea el ariete de los que llenan su boca con la palabra democracia, cual pulsera en la muñeca, para socavar al Estado democrático. Me repugna que corruptores y corruptos sigan minando el edificio democrático que nos cobija a todos y todas.
Emilio Cubera Pereira. Santiago de Compostela
Dinero público
Mi tía votó al PSOE toda su vida. En diciembre falleció con 80 años soltera y sin hijos. Hemos hecho ahora su última declaración de la renta y ganaba 11.000 euros al año. Gestionando la herencia resulta que tenía más de 200.000 ahorrados. Habrá quien no lo entienda pero yo la he visto quitarse de todo preocupada de poder sostenerse sola sin molestar. De ese dinero buena parte se lo queda Hacienda. Hoy me he encontrado cerrado un jabón “bueno” que le regalamos. Nunca lo llegó a usar porque lo reservaba para ocasiones especiales. Esta es la realidad que hay detrás del dinero público, personas que confiaron en ti toda su vida, haciendo grandes esfuerzos. Por poner en contexto la magnitud de lo de Santos Cerdán.
Irene Pastor Martín. Málaga
Coherencia
Ante la tragedia que vive el pueblo palestino, se ha hecho un llamamiento colectivo al boicot cultural como forma mínima de solidaridad. No es una imposición, sino una apelación ética dirigida tanto al público como a quienes forman parte activa de los eventos. Es comprensible que esta renuncia implique un coste real. Pero precisamente por eso resulta cuestionable justificar la decisión de asistir a dichos eventos y mantener el apoyo proactivo y público contra la masacre en Gaza. No se puede invocar una lucha mientras se desatiende su única demanda concreta. La coherencia política no se mide por la retórica en redes sociales, sino por la capacidad de asumir gestos, aunque nos exija renunciar a privilegios. Si no estamos dispuestos a eso, deberíamos, al menos, evitar apropiarnos de causas que no estamos dispuestos a sostener.
Nuria-Brianda González López. Madrid
‘Bullying’ sofisticado
Llevo cuatro años de maternidad y, contra todo pronóstico, la puerta del colegio, los grupos de WhatsApp y los parques infantiles me han mostrado que el acoso no es patrimonio exclusivo de la infancia. Detrás de carros de bebés y mochilas ergonómicas asoma a veces un bullying sofisticado, ejercido por padres y madres que excluyen, clasifican y jerarquizan a otras familias. Revisar y romper patrones que quizás llevamos dentro desde la infancia es primordial. Aunque a veces dé la sensación de ir a contracorriente, nuestros hijos siempre están observando. Y de nosotros aprenderán si la crianza es un club con lista de admisión o una comunidad que se abre sin condiciones.
Inés Gordo. Torremolinos (Málaga)
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