El cristal también puede cortar
Los lectores escriben sobre los jóvenes, Esperanza Aguirre, la sanidad pública y el precio de la vivienda

“Generación de cristal” es el término utilizado, de forma despectiva, para referirse a los jóvenes; alegando exceso de sensibilidad o menor tolerancia a las dificultades que presenta una sociedad en la que la emancipación es prácticamente inaccesible, las posibilidades laborales son precarias y un panorama político al borde del colapso. Una generación construida sobre cimientos inestables, luego, una generación inestable. Tal vez seamos la “generación de cristal”, una generación que se ha tenido que romper para poder construir algo mejor. De esta forma, empezaremos a construir una base más sólida para próximas generaciones.
Y al igual que el cristal, nosotros también cortamos.
Ainara Martínez de Guereñu. Vitoria-Gasteiz
Prioridades en la sanidad pública
De acuerdo con el artículo de Soledad Gallego-Díaz del pasado día 1. Lo importante es marcar prioridades. No veo como prioritario priorizar la sanidad pública por delante de la privada. Hoy es prioritario centrarse en gestionar la sanidad pública de forma que sea eficaz y competitiva, más concretamente en la asistencia primaria. Se nos está yendo de las manos. Si se va, será catastrófico. Lo prioritario es gestionar bien. También quiero decirle a los médicos que la asistencia primaria es tanto o más prestigiosa —y, definitivamente, más imprescindible— que la especialidad más sofisticada y brillante.
Eduardo Irache Esteban. Barcelona
Aguirre, sin sonrojarse
Leo la entrevista realizada a Esperanza Aguirre, publicada en su periódico el 5 de junio, y me quedo atónita. ¿Es posible que de verdad se crea lo que dice en sus respuestas? Respuestas, por otra parte, teñidas de ese desparpajo rayano en la cara dura que ejercen tanto ella como su alumna predilecta, y envueltas en un decálogo neoliberal despiadado. Pero, claro, como ya escribió alguien hace años, Aguirre es una señora que ha perdido hacía mucho tiempo la capacidad de sonrojarse.
Izaskun Azurmendi. Madrid
Ayudas, no regalos
Al ritmo que están subiendo los precios, va a ser imposible comprar o alquilar porque los precios están por las nubes. De ocupar el quinto lugar en el ranking de preocupaciones de los españoles, ha pasado a ser el primero en muy poco tiempo. Y esto ha hecho saltar todas las alarmas, porque no es un problema fácil de resolver. La Constitución dice que toda persona tiene derecho a una vivienda digna, pero la dignidad no puede medirse con una doble vara: la de los que nos lo hemos currado y los que esperan a que les caiga del cielo. Por eso las autoridades deben hacer más vivienda social asequible o dar más ayudas fiscales, pero sin regalos.
Luis Solanas Cebolla. Zaragoza
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