La tragedia en Gaza
Los lectores escriben sobre las elecciones en Polonia, el peso de las expectativas impuestas a los jóvenes y 30 escritores de todo el mundo denuncian la masacre del pueblo gazatí

La tragedia que se está desarrollando en Gaza continúa mientras el mundo observa. La guerra ha causado un inmenso sufrimiento humano y una destrucción a escala catastrófica. A fecha de 14 de mayo de 2025, se han registrado más de 55.000 muertos, la gran mayoría palestinos, entre ellos miles de mujeres y niños. Barrios enteros han quedado reducidos a escombros. Miles de personas siguen atrapadas o desaparecidas bajo edificios derrumbados. Miles carecen de agua, alimentos y medicamentos. Más de 100.000 personas han resultado heridas y Gaza tiene ahora el mayor número de niños amputados per cápita del mundo.
La tragedia también se ha cobrado la vida de cientos de periodistas, académicos, personal médico y trabajadores humanitarios. El 60% de la población de Gaza ha perdido al menos a un miembro de su familia. El daño es tanto físico como emocional, tanto para los jóvenes como para los ancianos. No estamos expresándonos como políticos, sino como seres humanos, y afirmamos: ninguna narrativa, ninguna historia, ninguna ideología justifica el asesinato masivo de civiles. Sabemos que nosotros, como escritores, poco podemos hacer para impedir la masacre, no permitiremos que se produzca en silencio y consideramos que es nuestro deber registrar las atrocidades como evidencia para generaciones futuras.
Héctor Abad. Colombia; Bruno Arpaia. Italia; Martín Caparrós. Argentina; Javier Cercas. España; Emmanuel Carrère. Francia; Deborah Eisenberg. Estados Unidos; Juan Manuel Fajardo. España; Laurent Gaudé. Francia; Georgi Gospidonov. Bulgaria; Marilyn Hacker. Estados Unidos; Drago Jancar. Eslovenia; Lídia Jorge. Portugal; Sandro W. Junqueira. Portugal; Andrei Kurkov. Ucrania; Dany Laferrière. Haití; Alberto Manguel. Canada; Yann Martel. Canada; Maaza Mengiste. Etiopía/Estados Unidos; Rohinton Mistry. India; Azar Nafisi. Irán; Bahiyyih Nakhjavani. Irán; Ruth Padel. Reino Unido; Sergio Ramírez. Nicaragua; Alberto Ruy Sánchez. México; Fabio Stassi. Italia; Susan Swan. Canada; Gonçalo Tavares. Portugal; Olga Tokarczuk. Poland; Margarida Val de Gato. Portugal; Juan Gabriel Vásquez. Colombia
Nos come el tigre
Recordaré siempre cuando Iñaki Gabilondo dijo que mientras se profetiza un progresismo apocalíptico, es la reacción quien desestabiliza la política mundial: Brexit, trumpismo, putinismo... “Pendientes del lobo, nos come el tigre”, decía. Polonia se suma ahora al auge populista, mirando a la Hungría de Orbán y las elecciones checas para amotinar al grupo de Visegrado y destrozar la UE desde dentro. Aquí, sus socios de Vox se codean con un PP que solamente va a Bruselas a denunciar la “dictadura española” donde paradójicamente ellos son primera fuerza parlamentaria y gobiernan la mayoría de autonomías. Desconfíen de quienes señalan al “perro” escondiendo al tigre.
Daniel Barroso Domínguez. Madrid
Romper sin hacer ruido
Nacemos con un guion impuesto: estudia, saca buenas notas, elige una carrera que dé dinero, trabaja, cásate, ten hijos. No cuestiones, no sientas, no pares. Si lo haces, eres débil. Si te quejas, eres de cristal. Pero nadie habla del verdadero cansancio: vivir cumpliendo expectativas que no son tuyas. Fingir que todo va bien mientras por dentro te preguntas si esta vida es realmente tuya. Eso no es fragilidad, es agotamiento. Nos enseñaron a encajar, no a escucharnos. A seguir el camino marcado, aunque no sepamos a dónde nos lleva. Y cuando alguien se atreve a parar, lo tachan de blando. No somos de cristal. Somos personas intentando encontrar sentido en medio de tanto ruido. Y a veces, lo más valiente no es seguir… es atreverse a decir que no.
Sofía Martín. Toledo
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