No nos moverán
El director nos pone frente a los ojos de una generación desencantada, llevándonos a repasar un legado vergonzoso pero no exento de algunas revelaciones

Socorro Castellanos es una abogada que ha dedicado más de cincuenta años de su vida a encontrar al asesino de su hermano durante la Masacre del 2 de Octubre de 1968. Su obsesión por obtener justicia es tal que ha roto su relación con su hermana Esperanza, con quien no se habla desde hace años, y con su hijo Jorge, que lucha por alcanzar cierta estabilidad económica para él y su pareja. Cuando recibe una pista clave que revela la identidad del asesino, Socorro decide jugársela con todo. Con la ayuda de Sidarta, el empleado de mantenimiento del edificio, y el Licenciado Candiani, su colega abogado, pone en marcha un plan para vengar la muerte de su hermano.
Lejos de la sobriedad característica a la hora de abarcar este tipo de temas, la ópera prima de Pierre Saint Martín, toma los hechos ocurridos en Tlatelolco como punto de partida para narrar una historia de venganza que se mueve con inteligencia entre la comedia y el melodrama. En gran medida, una de las claves de ese atractivo radica en la construcción de sus personajes, que, aunque parte de algunos arquetipos del cine nacional —la abogada corrupta o el amigo cábula de barrio—, Saint Martin, junto con su guionista Ikear Compeán, le dan la vuelta dotándolos de una complejidad y una ternura que resulta abrumadora. Es imposible no querer a la amargada Socorro Castellano, interpretada magistralmente por Luisa Huertas y a la que la cinematografía nacional le debía un protagónico como este; y al mismo tiempo compadecerla e incluso odiarla, colocando al espectador en una encrucijada emocional, que no te permite decantarte hacia ninguno de sus lados. Personaje oscuro y luminoso, Socorro corre el peligro de perder su humanidad sucumbiendo a sus deseos de venganza.
Con una cinematografía en blanco y negro, es imposible no evocar otras películas situadas en el complejo habitacional y filmadas en ese formato, como Temporada de Patos (2004, Eimbcke), Ok, está bien (2020, Sandoval) o Güeros (2014, Ruiz-Palacios). Aunque podría acusársele de reciclar algunos recursos narrativos de esta última, como la metáfora de las plumas en el aire o el diseño sonoro, Saint-Martin lo utiliza favor de la narrativa de manera más efectiva, potenciando los estados psicológicos y físicos del personaje: nuestra heroína no es una joven que maneja con maestría un sable y que busca matar a Bill, nuestra protagonista es un adulto mayor, con sus vicios y carencias físicas que también sabe utilizar sus talentos: el tráfico de influencias y la fotocopiadora; además Saint-Martin esconde algunos huevos de Pascua para los más avispados aludiendo a la iconografía de algunos afiches del 68 que cimentan el carácter de un personaje dispuesto a todo.
Más allá de los tópicos que puede tener las películas de venganza (la justicia, la redención o la ira) el director nos pone frente a los ojos de una generación desencantada, llevándonos a repasar un legado vergonzoso pero no exento de algunas revelaciones: adultos mayores que son tratados como niños por sus hijos, hijos que a su vez no dejan de ser hijos y que siembran futuros arrepentimientos; héroes, villanos, estudiantes y soldados, enfrentados por igual al paso de los años, compartiendo el gusto por el cigarro sin filtro, volviéndose atrás donde apenas y se reconocen como las personas que fueron, que hicieron y deshicieron, orgullosos y arrepentidos, olvidados por igual, cada uno en su trinchera, esperando la justicia, una posible reconciliación y una muerte segura. Quizá y ese sea el mayor atributo de la película, como espectador es difícil no mirar a tu propio pasado y al mismo tiempo estar contemplando un posible futuro. Fuimos personas distintas, seremos otras igualmente diferentes, y sin embargo tenemos, tuvimos, tendremos, la opción de jalar o no del gatillo.
Seleccionada para inaugurar la 77ª Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, No Nos Moverán ha llegado ya a salas comerciales. La película ha sido nominada a diez premios Ariel, entre ellos los de Mejor Película, Dirección, Guion y Actriz. Su recorrido internacional incluye los festivales de Toulouse, Huelva y São Paulo, y fue galardonada con los premios a Mejor Película y Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara en su edición anterior. Se trata, sin duda, de una de las propuestas cinematográficas más destacadas en cartelera.
No Nos Moverán (2024)
Dirección: Pierre Saint-Martin Castellanos.
Guionistas: Iker Compeán Leroux / Pierre Saint-Martin Castellanos.
Elenco: Luisa Huertas, Gabriela Aguirre, Juan Carlos Colombo, Pedro Hernández, Agustina Quinci, Alberto Trujillo.
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