Ir al contenido
_
_
_
_

Telefónica alista su salida de México tras 24 años de historia y 23 millones de clientes

El cierre de la firma española, que opera bajo la marca Movistar, supone un golpe para la competencia en el sector de telecomunicaciones

Karina Suárez

Después de 24 años, la travesía de Telefónica en México está próxima a su fin. El presidente de la compañía española, Marc Murtra, confirmó este martes su desinversión de Hispanoamérica, incluyendo el mercado mexicano, donde llegó a tener 23 millones de clientes. “Nuestra salida responde a una estrategia que se tomó en 2019 y que el Plan Transform & Grow refrenda ahora. Telefónica Hispam está todavía en México, Chile y Venezuela, y nos vamos a ir de todo Hispam” declaró el presidente de la firma en la rueda de prensa tras la presentación del Plan Estratégico 2026-2030. En el tintero aún falta por conocer los detalles de retirada de una firma reconocida por su marca, Movistar, así como el postor o postores a los que venderán su base de clientes. Sin embargo, la firma cerrará así una historia marcada por ambiciosos planes de expansión, reveses regulatorios y atractivas tarifas de prepago.

La decisión de desinvertir en México, Chile y Venezuela se alinea con la venta de sus filiales de Argentina, Perú, Ecuador, Uruguay y, próximamente, Colombia. De esta forma, la firma solo mantendrá operaciones en España, Alemania, Reino Unido y Brasil. Horas después de confirmarse su intención de salir de Hispanoamérica, Camilo Aya, director general de Telefónica en México, informó de que en el tercer trimestre de 2025 alcanzaron un alza de 2,7 % en los ingresos de servicio, apalancados en el negocio de pospago.

El desembarco de Telefónica en México se remonta a principios del milenio. En ese entonces, la empresa se mostraba optimista sobre las condiciones de competencia y regulación del sector de telecomunicaciones en este lado del Atlántico. La firma adquirió a un puñado de operadoras locales y comenzó con 1,2 millones de clientes en 2001. “México puede ser el segundo mercado del grupo Telefónica Móviles en el mundo”, referían en ese año los directivos de la firma en el país latinoamericano.

En sus inicios, la firma desplegó una serie de osadas estrategias de tarifas y planes de prepago para intentar ganar más mercado en el incipiente mercado, en ese entonces, de la telefonía móvil. El objetivo se consiguió a los pocos años al convertirse en el segundo operador de telefonía móvil, solo detrás de Telcel, del magnate mexicano Carlos Slim, después de sumar más de 26 millones de clientes. En aras de consolidar su proyecto de expansión, en 2012, Movistar fue la primera marca en ofrecer la red de cuarta generación en México, un lanzamiento aparejado con fuertes inversiones de torres, antenas y otras infraestructuras.

No obstante, durante su paso por México, la empresa señaló en reiteradas ocasiones la concentración en el sector pese a la reforma de telecomunicaciones de 2013. Además, padeció varios reveses tarifarios, multas y el alza de costos por el uso del espectro. Derivado de estos obstáculos, en 2019 la firma llegó a un acuerdo con AT&T para usar su red móvil en la última milla inalámbrica, un convenio renovado el año pasado. La decisión, en aras de reducir costo y mejorar su rentabilidad, supuso un punto de inflexión para la filial mexicana que se convirtió en un operador móvil virtual (OMV), una figura bajo la que operan otros jugadores como Virgin Mobile o Bait, de Walmart.

Ernesto Piedras, director de la consultora especializada The Competitive Intelligence Unit (The CIU), explica que Telefónica supuso una esperanza de competencia en el sector de telecomunicaciones del país, una promesa ahora incumplida. “Ellos entraron aquí a consolidar muchas redes regionales a principios del milenio, llegaron a más de 24 millones de clientes, han sido exitosos, pero creo que tuvieron estos cambios regulatorios que les fueron desfavorables, que vinieron a truncar su modelo de negocio”, reseña.

Para el director de CIU, una de las flaquezas de Telefónica en los últimos años fue su enfoque en un perfil de usuario de bajo consumo, más proclive a recibir llamadas que a generarlas, lo que lastró su potencial de ingresos. De acuerdo con sus cifras, un cliente de Movistar reporta un desembolso promedio de 74 pesos mensuales, mientras que un usuario de AT&T supera los 146 pesos por mes. El especialista añade que la falta de rentabilidad de su negocio en México los llevó a vender desde hace un lustro su infraestructura, concesiones y ahora solo tienen como principal activo su base de clientes.

En vísperas del anuncio de desinversión en México, Francisco Gil Díaz, quien fuese presidente de la empresa, reprochó a través de sus redes sociales que la deficiente gestión de los órganos reguladores en telecomunicaciones dieron al traste con la millonaria inversión de Telefónica. Gil Díaz fue titular de la Secretaría de Hacienda durante la administración panista de Vicente Fox.

El ocaso de Telefónica en México ocurre en paralelo al ascenso de otros nuevos jugadores como AT&T, Bait y Virgin Mobile. De acuerdo con las cifras de la consultora, a junio de este año, el mercado móvil en México tuvo a la cabeza a Telcel con un 66% de los ingresos, seguido por AT&T con 22%; Telefónica se ubicó en el tercer puesto con 6,7% y el resto se repartió entre otros operadores móviles virtuales. En el balance, Piedras señala que la salida de Telefónica desvela algunos fallos desde la trinchera regulatoria para promover efectivamente la competencia.

Tras la confirmación del presidente de Telefónica, el plan de salida de México comienza su cuenta atrás. La multinacional española aún debe desvelar quién se quedará con los más de 23 millones de clientes que tiene en el país, aunque se ha mencionado a Beyond One, propietaria de la marca de telefonía móvil Virgin Mobile México, como un posible postor. De acuerdo con fuentes allegadas a estas conversaciones, se cifraría en 500 millones de euros (575 millones de dólares) la transacción. En 2001 la operadora pretendía ser líder del ‘boom’ de los móviles en el país latinoamericano, ahora está a la caza de una oferta atractiva para completar su desconexión del mercado mexicano.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Karina Suárez
Es periodista de EL PAÍS en México. Cubre temas de economía. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_