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Las claves del rigor científico y la ingeniería mexicana de excelencia

Detrás del reconocimiento y éxito de alumnos destacados en el país habita una educación de calidad, enfocada y de vanguardia que atiende los perfiles del presente y el futuro. ¿La máxima? Cómo mejorar el mundo de forma responsable

Ricardo Pineda

En México, el estudio de las ingenierías suele referir una serie de complejidades que, en cierta forma, terminan también por dibujar la dimensión de la encrucijada por la que atraviesa el país: falta de actualización y preparación profesional, infraestructura y oferta insuficiente, proyección internacional, vínculos sólidos con la industria productiva, brecha digital prolongada, etc.

Sin embargo, del otro lado de las industrias, en las aulas y laboratorios del norte del país, el éxito de la ingeniería nacional se cocina a fuego lento desde la constancia de las excepciones. Es en la Universidad de Monterrey (UDEM) donde, semestre a semestre, se fragua un nuevo proyecto de impacto social, donde se registra un premio de alcance mundial más y en donde los reconocimientos trans académicos no dejan de suceder, como fruto de una oferta educativa innovadora, ética y en constante evolución.

Un caso que ejemplifica esto en buena medida orbita alrededor del espacio con Imelda Gómez, quien con tan sólo un año de estudio en la carrera de Ingeniería en Mecatrónica de la UDEM formará parte del International Air and Space Program en Houston, donde colaborará con ingenieros de la NASA para realizar diversas actividades que simulan el entrenamiento de astronautas.

O como el caso del grupo de seis estudiantes que participaron de la iniciativa Summer Undergraduate Research (SURE) de la University of Michigan, una de las mejor posicionadas universidades de Estados Unidos. En dicho programa, los alumnos provenientes de la Escuela de Ingeniería y Tecnologías de la UDEM se involucraron en diversos proyectos de investigación en áreas como la mecatrónica aplicada en la exploración espacial, las energías renovables, entre otras, todos ellos trabajos alineados con sus programas académicos durante el verano de 2025 (agosto).

En esta historia, el alto rendimiento académico y sus subsecuentes galardones no pueden entenderse sin un alto componente humano, en donde las aspiraciones, las sensibilidades, los esfuerzos y la satisfacción de que las ideas culminen en una innovación de alto impacto, son parte indeleble de la ecuación ganadora.

Tal como lo expuso Marcela Alejandra Elizondo Rojas, egresada de la Ingeniería en Tecnologías Computacionales, durante la entrega del Premio a la Excelencia Académica Ternium-UDEM a ocho alumnos recién graduados, el pasado mes de junio de 2025.

“Hoy celebramos un logro, pero también renovamos un compromiso: ejercer la ingeniería con responsabilidad social, con humildad y con condición humana”.

En un escenario lleno de transformaciones y ajustes de talla local y mundial, la ingeniería mexicana tiene el compromiso de estar mejor preparada, resuelta y enfocada en resolver las grandes demandas de la sociedad moderna, siempre con una misma consigna: mejorar la vida de quienes la componemos.

Sobre la firma

Ricardo Pineda
Es branded content analyst para El PAÍS México. Periodista, locutor y especialista en contenidos y estrategias digitales. Trabajó en Forbes México, El Financiero, Radio UNAM e Infosel Financiero. Ha colaborado también como columnista sobre temas culturales en diversos medios locales. Es egresado de la UNAM y actualmente vive en Ciudad de México.

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