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Gorda, la codiciada ajolote que hizo que dejaran de circular 10 millones de billetes de 50 pesos en México

Un informe de Banxico detalla que el equivalente a 26 millones de dólares de esta denominación está fuera de circulación. Algunos revendedores cotizan una pieza en más de un millón de pesos

Andrés Rodríguez

El billete de 50 pesos, de la Familia G, entró en circulación en México el 28 de octubre de 2021. Está impreso en polímero y su color predominante es el morado. Desde el día 1, tuvo una recepción extremadamente positiva. El dibujo de una ajolote en el reverso, de nombre Gorda, fue el detalle que cautivó a las personas. Un año después, su popularidad le valió el premio al Billete del Año, otorgado por la Sociedad Internacional de Billetes de Banco. Este reconocimiento elevó a esta denominación como objeto de colección y culto. Más de cuatro años después, el Banco de México (Banxico) ha dado a conocer, a través de un informe, que 9,8 millones de mexicanos han afirmado que guardan o coleccionan este billete como si se tratara de un tesoro.

Según Banxico, el 83% de la población a la que se le preguntó sobre el billete de 50, o 42,5 millones de personas, afirmó “de manera espontánea” que conocía o había escuchado hablar sobre la presentación de la divisa. Más de un 50% mencionó que lo conocían por el ajolote.

En el anverso, este billete retrata el México Antiguo con una representación de la Gran Tenochtitlan, basada en un mural de Diego Rivera. Mientras que en el reverso se representa el ecosistema de ríos y lagos, las chinampas, con el ajolote y el maíz en Xochimilco, en Ciudad de México, considerado patrimonio cultural de la humanidad. La modelo para el diseño del billete fue Gorda, una de las seis ejemplares que viven en Axolotitlán, un museo que preserva, difunde y rescata a esta especie endémica en la capital mexicana. Pamela Valencia, la directora y fundadora de este espacio, cuenta que recibió la invitación de Banxico en 2019 para colaborar en este proyecto.

El personal del Banco Central de México envió un equipo para que conociera las chinampas, a los agricultores de la zona y se enteraron sobre las problemáticas que enfrenta este anfibio, que conserva algunas características milenarias de las salamandras, pero es más cercano a las ranas y los sapos. Tras esa visita, Gorda, que es una ajolote de tipo pardo o silvestre (Ambystoma mexicanum) —de coloración oscura—, participó en una sesión de fotos de seis horas junto a otros cinco ejemplares de su especie.

“Pudieron ver sus colores. Cómo nadaban, cómo respiraban, cómo se alimentaban. Nuestra labor, como especialistas, fue cuidar a los animales en todo momento y cuidar la temperatura. El resultado fue que Gordita, la ajolotita, es quien aparece en el billete de 50 pesos. Esto no lo supimos hasta 2021, año en el que se lanzó este billete”, relata Valencia vía telefónica. Esto llevó a que la popular anfibia se convirtiera en una especie de mascota nacional. Todavía se pueden ver frazadas, toallas, tazas y peluches, entre otros tipos de memorabilia, que se crearon con el diseño del reverso del billete de 50.

Durante la conferencia “El axolote: su origen mítico, su biología extraordinaria y su fuerza como símbolo cultural”, organizada el pasado septiembre por el Colegio Nacional en Ciudad de México, Juan Villoro, escritor y cronista mexicano, afirmó que fue su colega argentino Julio Cortázar, a través del cuento Axolotl, quien puso a este espécimen en el centro de la literatura fantástica. También dijo que este anfibio no es solo un objeto de estudio científico, por su capacidad de regenerar sus extremidades, sino también un símbolo de pertenencia mexicana, como “una posibilidad de recuperar algo de la tierra perdida”.

Banxico detalla que el 68% de los consultados, quienes respondieron que guardan o coleccionan este papel moneda, tienen de una a cinco unidades; un 13% de 6 a 10; un 9% de 11 a 20, y el 10% tenía más de 20. Según el cálculo, si 9,8 millones de mexicanos preservan un billete de 50, se estima que alrededor de 490 millones de pesos de esta divisa, o su equivalente aproximado a más de 26 millones de dólares, están fuera de circulación.

“Es algo verdaderamente insólito. Si algo le falta a la gente en nuestro país es precisamente dinero y, sin embargo, este billete prefiere ser atesorado por numerosas personas porque lo consideran hermoso, según han dicho en varias encuestas, y porque representa algo muy especial de nosotros”, acotó Villoro en su ponencia.

Esta fascinación por el billete de 50 ha llevado el coleccionismo y la posesión de esta pieza a la existencia de un mercado de reventa de la divisa, donde se pueden encontrar precios por el papel moneda que oscilan entre los 300.000 y 1,5 millones de pesos por una sola unidad. Mario Almela, director del Centro Numismático de México (Cenumex), explica que al tratarse de una moneda corriente que está vigente, su valor es el que marca en cada uno de ellos. “Este fenómeno no es exclusivamente de este billete, sino también de varias monedas que, en su momento, han recibido una atención por su diseño estético y su valor apreciativo. Han sido sobrevaloradas equivocadamente por personas externas al ambiente de la numismática que les han dado un valor económico irreal”, complementa.

Sin embargo, sí menciona que existen variables importantes que hacen a cualquier producto más valioso, por un lado, la escasez; y luego, la demanda. “Puede haber muchos, pero hay muchísima demanda. En ese caso y en el anterior, cuando son muy pocos, entonces toma un valor extra. También influye la condición. Si encuentras que este artículo está perfecto y se ha mantenido así, pues se eleva su valor. También están las rarezas, como un error de emisión, aunque hoy en día son muy escasos. En el caso de este particular, la fábrica de billetes del Banco Nacional de México tiene esquemas de seguridad y de control de calidad altísimos. Encontrarte en la calle un billete mal hecho, es muy raro. Eso realmente ocasionaría que el billete tuviera un valor extra”, afirma el director del Cenumex.

Hoy Gorda es una ajolota geriátrica, cuenta Valencia, a la que ya no colocan en exhibición cotidianamente en el Museo del Axolote, debido a que buscan que pueda permanecer con ellos por algunos años más. La fundadora de Axolotitlán defiende que se haya planteado colocar a estos anfibios en el billete de 50, porque considera que fue una “gran estrategia” para acercar al público general con una especie emblemática que, hasta hace no muchos años, pasaba desapercibida.

“Antes veíamos souvenirs de jaguares, de colibríes. Hoy podemos ver cómo el ajolote se va introduciendo en nuestra cultura, en nuestra cotidianidad. No podemos rescatar algo si no sabemos que existe. El ponerlo en un billete [a un ajolote] en las manos de la gente, abre una puerta para que la curiosidad, el conocimiento y después la acción, puedan realizar cambios concretos en la mejora de los ecosistemas, en el rescate de los animales. Creo que ese es un primer gran paso que abre un gran portal a cosas que vienen para mejorar las condiciones de esta especie”, finaliza Valencia.

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Sobre la firma

Andrés Rodríguez
Es periodista en la edición de EL PAÍS América. Su trabajo está especializado en cine. Trabaja en Ciudad de México
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