El nuevo logo del PAN no llegará a la boleta electoral
El partido conservador cambia de imagen para refrescar su apariencia, pero mantiene la anterior como distintivo ante el electorado


La oposición mexicana necesita un soplo de aire fresco que los impulse hacia delante y ha sido el conservador PAN el primero en lanzarse a ensayar un cambio. El relanzamiento que anunció el sábado su presidente nacional, Jorge Romero, se apoyó en tres ejes que incluían la redefinición de las causas y la reforma de los estatutos. Es el tercero, sin embargo, el que ha acaparado las miradas y en muchos casos las burlas. Acción Nacional ha actualizado su “identidad visual” con un logo nuevo que refleja “modernidad, cercanía y orgullo por la historia” del partido, a decir de la formación. No obstante, y a pesar del gran anuncio con el que fue presentado, ese cambio no llegará hasta la boleta electoral, donde la organización mantendrá su anterior logo, según fuentes del partido. No habrá una transformación en la identidad electoral, solo en las campañas publicitarias. Continuidad con cambio, dirían en Morena.
Más allá de la intención inicial, la imagen ha sido comparada con las marcas de detergente, en los casos más benévolos, o con una ratonera, en los menos compasivos. “El solo hecho de tener un logotipo distinto al anterior, quizá más juvenil, más modernizado, me parece que comunica eso, modernización. Quizá cuando ves el nuevo logo, tienes el beneficio de la duda y preguntas: ahora, ¿qué novedad traen estos panistas?”, apunta el consultor político Roberto Trad, que participó en la campaña presidencial del hoy senador Ricardo Anaya. El analista cree, sin embargo, que el nuevo logo “no le hace justicia al mensaje de apertura a la ciudadanía de Jorge Romero”, que “dolió a los que estaban enfrente”, pero “entusiasmó al resto de la militancia”.
Para él, el verdadero acierto de comunicación estuvo en que las imágenes de promoción no incluyeran las caras de los dirigentes panistas, sino los de la propia ciudadanía, aunque estuvieran realizadas con inteligencia artificial: “La decisión estratégica de situar al elector en el centro me parece interesante”. En el fondo, lo que se produce, aunque sea a nivel estético, es un movimiento inevitable: renovarse o morir. Una opinión que comparte Braulio González, consultor en comunicación política y director de la agencia Azpol. “La crisis transforma, es el vehículo más rápido para la transformación”, completa.
Para González, el logo “se conserva dentro de la tradición del PAN” con algunas “innovaciones”, como la combinación con el plateado, “un color mucho más contemporáneo”. “Hay una denotación de movimiento por la inclinación de las letras. Quizás gráficamente esa sea la parte un poco más destacable, porque el cuadro previo encerraba el concepto”, desarrolla, aunque matiza que “la discusión política no se resuelve con logotipos”.
Con sus nuevos mensajes, el PAN ha buscado dirigirse, ante todo, hacia el electorado joven. Parte de su estrategia de comunicación ha incluido el sorteo de un iPhone mensual entre aquellos que decidan sumarse a sus filas. “Es una lectura pobre”, en palabras de la analista Lorena Becerra, “de lo que la gente está buscando en un partido político”. La encuestadora y analista es escéptica. “Ellos están buscando volverse una nueva alternativa. Si lo logran es cuestionable. No sé de qué diagnóstico partieron para llegar a la conclusión de que un logo [nuevo], con un discurso que suena a derechoso, con los mismos dirigentes y las mismas caras, y con contradicciones de los panistas locales [sería una renovación]. No sé qué tanto realmente esto fue algo más cosmético que sustantivo”.
La búsqueda de una imagen moderna y juvenil contrasta con un discurso que resuena entre la extrema derecha y que ancla al partido en sus valores más tradiciones: familia, patria y libertad, agrupados bajo el genérico lema de “Defendamos México”. “Está todavía muy difuso qué es lo que quieren transmitir con esos lemas”, señala Jorge Buendía, especialista en estudios electorales y de opinión pública. “No creo que la ciudadanía sienta que la familia o la patria estén amenazadas. O cambia la coyuntura o le tendrán que dar más sentido para que esas frases tengan resonancia entre el electorado”, argumenta.
Para Trad, el principal reto es resignificar el concepto de familia. “Ellos insisten en que no se refieren a la familia tradicional, sino a muchos tipos de familia, pero la palabra familia en color azul y en la voz del PAN tiene una carga simbólica que yo no sé si comunica lo que pretenden comunicar”, analiza. Mientras esta idea y la de la patria parecen apelar a un electorado de corte muy conservador, la libertad los sitúa un espectro más amplio. “Una cosa es que el electorado mexicano sea conservador y otra cosa es que sea muy de derecha”, dice Buendía, que ve en la reivindicación de esta tercera idea un posible intento de blindaje ante los discursos que se abren camino desde el mundo empresarial. “Estamos viendo que quien ha enarbolado este tipo de tema de la libertad es Ricardo Salinas Pliego“, observa. Esto sería una forma de ”defender ese territorio" de cara a una posible división electoral.
El cambio real, coinciden todos, si realmente se produce, tendrá que ver con la selección de candidatos: entonces se verá si el discurso de Romero el pasado sábado tenía algo más que cambios cosméticos o hunde en cuestiones más profundas, que le permitan rearmar su identidad. “[Estrategias como las del iPhone] son contrarias a lo que llevó al PAN a volverse lo que fue históricamente”, apuntala Becerra. “El primer logo del PAN era: ‘agarra lo que te dan, pero vota por el PAN’, haciendo alusión a las tácticas clientelistas del PRI. Porque no se trata de regalos o dádivas, sino de buenos Gobiernos”, resume. Si quieren que la gente vuelva a confiar en ellos, dice la analista, más vale que traten de crear una agenda creíble, con unas caras frescas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
