Mercado Libre augura un golpe al comercio electrónico por el endurecimiento de las reglas tributarias en México
El Gobierno de Sheinbaum plantea una tasa de retención del 10,5% sobre las ventas que hacen las empresas en plataformas digitales, lo que afectará más a las pymes y pone en riesgo el crecimiento del sector


Los planes del Gobierno mexicano de elevar la carga tributaria a las empresas que venden digitalmente han puesto nerviosos a grandes actores de ese sector como Mercado Libre. Según sus proyecciones, esto repercutirá directamente en el comercio electrónico, un potente motor de la economía mexicana, afectará a las decenas de miles de pymes que canalizan sus ventas de forma online y, al final de todo, se sentirá en el bolsillo de la gente por un alza de los precios en los productos. La plataforma digital ha advertido también que el golpe podría reducir sus intenciones de inversión para el próximo año.
La propuesta gubernamental para elevar la recaudación, incluida en el Paquete Económico 2026 de la presidenta Claudia Sheinbaum, se discute contra reloj en la Cámara de Diputados, que tiene hasta el 20 de octubre para aprobarla y enviarla al Senado. La iniciativa introduce la obligación para los marketplaces de retener impuestos equivalentes al 10,5% de todo lo que transaccionan las empresas (personas morales) que usan sus canales: un 2,5% de Impuesto Sobre la Renta (ISR) y un 8% del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Se prevé que este mecanismo aumente sustancial e inmediatamente la recaudación de las arcas públicas, pero en detrimento del flujo de caja de los vendedores. “Vamos a ver dos fenómenos importantes: pymes que se bajen de vender en línea y que prefieran los canales en el mundo físico, donde no hay rastreabilidad. Y, segundo, el aumento de precios va a ser la respuesta de otras empresas que venden con nosotros”, resumió Alehira Orozco, directora de Relaciones Gubernamentales de Mercado Libre, en conferencia de prensa.
La empresa dijo haber presentado una contrapropuesta a las autoridades financieras y legislativas de México para retener un 1% para el ISR y 2% para el IVA, considerando que las empresas ya tienen obligaciones fiscales de ley. No obstante, reconoció que las conversaciones no han sido fructíferas.
La tecnológica, que se reparte la mayoría del mercado mexicano de e-commerce junto con Amazon, ha sido la única en levantar objeciones públicas al plan, argumentando que el negocio de las pequeñas y medianas empresas (pymes), fundamentales para su operación, sufrirá más las presiones ante sus limitados márgenes de ganancia y su baja capacidad de mantenerse a flote sin inyecciones constantes de efectivo. Si bien las retenciones generan crédito fiscal a favor de los contribuyentes –que pueden recuperar parte del dinero al declarar y pagar sus impuestos–, estas devoluciones suelen ser lentas y burocráticas. Por ejemplo, el excedente del IVA se devuelve una vez al mes y el del ISR una vez al año, lo que deja en entredicho la liquidez de las empresas.
“Si nuestros vendedores venden menos, Mercado Libre vende menos. Y obviamente eso tiene que ver con un impacto inclusive en los planes de inversión de la compañía”, agregó Orozco, recordando que la argentina anunció este año un plan de 3.400 millones de dólares para su operación mexicana. “Ante la necesidad de expandir nuestra red logística y centros de distribución para darle mayores beneficios a nuestros vendedores. Pero si esto sucede probablemente también se vean mermadas esas inversiones a futuro”, advirtió. La ejecutiva dijo que el comercio electrónico ya representa el 11% del Producto Interno Bruto (PIB), aunque la última cifra oficial indica una participación del 6,4% en 2023.
A todas luces, un retroceso del sector podría generar un efecto boomerang contra las intenciones del Gobierno. Los presupuestos del próximo año se han construido bajo la premisa de una mayor recaudación tributaria, sin introducir nuevos impuestos directos a los consumidores. Sin embargo, se prevé que el aumento de las retenciones se traslade en cascada hacia los compradores finales, que deberán pagar mayores precios, en un contexto de inflación al alza. Además, en un entorno de menor actividad, la inversión extranjera directa es crucial para la agenda económica de la presidenta, pues garantiza la generación de empleos y sostienen el consumo.
La industria de comercio electrónico en México ha venido creciendo sostenidamente en los últimos años y se considera la segunda más grande de Latinoamérica. En 2024, el valor de las ventas minoristas alcanzó los 789.700 millones de pesos, un aumento del 20% anual, equivalente al 16% de todas las ventas minoristas del país, según datos de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).
Competencia en terreno mixto
Mientras Mercado Libre elevaba sus preocupaciones ante la prensa, Amazon, su principal competidor, celebraba en la Cámara de Diputados una feria para la promoción de la digitalización de las pymes. La empresa destacó que el 99% de las 27.000 empresas mexicanas que venden a través del marketplace son pequeñas y medianas. Por su parte, Mercado Libre aseguró que aloja la operación de un millón de pymes, de las cuales el 43% utiliza exclusivamente canales digitales para su distribución.
La propuesta fiscal también ha revivido una disputa latente dentro del sector. Las plataformas con constitución legal en el país han venido objetando que sus competidores que despachan directamente desde el extranjero están eximidos de pagar impuestos locales, en particular empresas chinas como Temu o Shein, que pueden ofrecer precios más bajos.
La Secretaría de Hacienda ha reportado aumentos significativos en la recaudación este año –un hito en un país con una histórica cultura de evasión–, en parte gracias al alza de los impuestos aplicados a las importaciones de estas plataformas, lo que demuestra que gravar el comercio electrónico es una estrategia efectiva. Sin embargo, los vendedores temen que se esté poniendo en riesgo un ecosistema delicado.
“Una medida así nos impediría pagar sueldos, pagar a proveedores, que en nuestro caso con la mayoría nos manejamos a crédito porque nuestros márgenes son tan ajustados que hemos tenido problemas de flujos, incluso sin estas retenciones”, lamentó Rafael Esses, propietario de Las Tienditas, un emprendimiento de cosméticos en línea. “La afectación será inmediata, sin hablar de cuán mortal será el asunto, que claramente depende del tamaño del negocio (…) Tendremos que tomar medidas drásticas, y una de ellas será subir precios. Eso hará caer las ventas, y así iremos muriendo poco a poco”.
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