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Los 15.000 millones de dólares de El Mayo Zambada: un botín difícil de entregar

La declaración de culpabilidad del capo incluye la revelación de sus activos a la justicia, aunque los expertos consideran utópica su devolución

Boceto del juicio del 'Mayo' Zambada en la corte de Nueva York, el 25 de agosto.

Unos astronómicos 15.000 millones de dólares. Esa es la cifra que Ismael El Mayo Zambada se ha comprometido a entregar a Estados Unidos como parte de su admisión de culpabilidad de los cargos de conspiración y de dirigir el cartel de Sinaloa. Una cantidad que parece difícil que se materialice. Con el caso visto para sentencia, que llegará a principios de 2026, el septuagenario Zambada acepta también pasar lo que le queda de vida en la cárcel y revelar todos sus activos a la justicia. Varios expertos consultados opinan que es un mensaje para otros objetivos: es mejor entregarse que ser capturado.

“El acusado consiente la entrada de una sentencia de decomiso de dinero por la cantidad de QUINCE MIL MILLONES de dólares y CERO centavos ($15,000,000,000.00) (SIC)”, se lee en el escrito de aceptación de culpabilidad, “si no paga la totalidad de la sentencia de decomiso monetario, consiente en el decomiso de cualquier otra propiedad suya hasta el monto de la sentencia de decomiso monetario no pagado”. Es decir, le embargarán cualquier propiedad, cuenta o activo que le puedan encontrar hasta llegar a esa cantidad.

Los 15.000 millones de dólares son una estimación de los juzgados basada en la suma de los beneficios y ganancias que, calculan, generó el cartel de Sinaloa con el tráfico de drogas y otros delitos durante las décadas de liderazgo de El Mayo.

“Las leyes de lavado de dinero, delincuencia organizada y terrorismo de EE UU permiten precisamente hacerse del dinero que derive de las actividades ilícitas relacionadas con estos tres temas”, explica Luis Pérez de Acha, abogado especialista en lavado de dinero. “Eso se hace con regularidad, solo que estas cantidades tan enormes no son usuales”. Pérez de Acha elucubra que Zambada ha aceptado este pago debido a que Estados Unidos tiene identificadas sus cuentas ocultas en paraísos fiscales entre otros activos y, en caso de que no cumpla, decomisarán sus bienes.

Justamente hay que irse a la sentencia de Joaquín El Chapo Guzmán, su antiguo socio, para encontrar cifras aproximadas. Dictada en 2019 por el juez Brian Cogan, mismo que se encargará del destino final de Zambada, le condenó a cadena perpetua y pagar 12.600 millones de dólares en reparaciones de daños. Esta cifra viene también del cálculo de los beneficios del cartel de Sinaloa, un aumento de 2.400 millones en los seis últimos años.

En su conferencia de prensa del miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum explicó que esos cálculos que hace el Departamento de Justicia no significan que vaya a haber ese dinero, pero aprovechó para solicitar una parte en caso de que ocurra. “Si hubiera una incautación de recursos, obviamente estaríamos pidiendo, por los daños causados a la población en México, que fuera repartido para la gente, para la gente más humilde”, dijo.

No existe información pública de cuánto dinero finalmente entregó (o le fue decomisado) a El Chapo y, cuando Bloomberg le preguntó recientemente a un portavoz del fiscal federal de Brooklyn, Joseph Nocella, este se negó a responder. Lo más parecido a una cifra oficial son las del Programa de Decomiso de Activos del Departamento de Justicia, pero son estadísticas generales.

En 2019, de aseguramientos de dinero en efectivo y propiedades, el fondo obtuvo 2.070 millones de dólares; cifra que bajó a 1.693 millones en 2020 y 1.420 millones en 2021, para volver a subir a 1.749 millones al año siguiente y lograr el récord en este periodo de 3.184 millones en 2023. Para 2024, fueron 2.002 millones. Ni la suma—12.112 millones— de todos los aseguramientos—penales, civiles y administrativos— de cinco años se acerca a la cifra que se comprometió a entregar Zambada.

“El Gobierno de Estados Unidos da este golpe mediático, pero luego no hay un seguimiento de cuánto se ha pagado”, argumenta Víctor Manuel Sánchez Valdés, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila y especialista en seguridad, “incluso asumiendo que El Mayo tuviera esa cantidad de dinero, me parece muy difícil que pase”.

Cuantificar la fortuna de los capos de la droga es tarea compleja. El Chapo tuvo el extraño honor de ser el único incluido dentro de la lista de multimillonarios de la revista Forbes. De 2009 a 2012, la publicación le mantuvo con una fortuna de 1.000 millones de dólares. En 2013, por falta de certeza en los datos, le quitó de la lista.

“Entiendo esto como parte de su estrategia legal: aceptar la cantidad que digan y luego tratar de demostrar con su equipo que lo intentaron con fuerza, pero solo llegaron a un monto mucho menor”, razona Sánchez Valdés, que opina que los 15.000 millones de dólares tienen pinta de ser una cifra castigo, “no hay que olvidar las extrañas condiciones en las que fue capturado Zambada”.

Según contó en una carta que envió ya desde Estados Unidos, El Mayo fue víctima de una trampa organizada por su propio ahijado, Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán. Según la versión del capo, acudió a mediar en un conflicto entre el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, de Morena, y el poderoso político local Héctor Cuén. Al llegar al encuentro, Guzmán López lo secuestró y lo subió a un avión destino a Estados Unidos. Ahí ambos fueron detenidos, a las afueras de la ciudad fronteriza El Paso. La Fiscalía General de la República reveló poco después que Cuén fue asesinado en el mismo lugar donde secuestraron a Zambada.

El trato dado por los Estados Unidos a El Mayo contrasta con el que ha tenido Guzmán López, que ha mantenido un perfil bajo desde su entrega. “Es un escarmiento y busca transmitir un mensaje a las cúpulas criminales”, concluye Sánchez Valdés, “hay más beneficios para quien se entrega de forma voluntaria que para el que es capturado”.

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