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Ricardo Monreal: “No había ahora la exigencia de una reforma electoral”

El coordinador de los diputados oficialistas reclama reglas claras para que “la crisis interna de Morena” no se agrave con “deserciones” ante los comicios de 2027

Ricardo Monreal en la Cámara de Diputados, en mayo.
Carmen Morán Breña

El diputado morenista Ricardo Monreal ha advertido de los problemas que pueden surgir cara las elecciones de 2027 si Morena no se dota de “estructuras electorales propias que aún no se tienen por ser un partido joven”. “Que el partido tenga cuidado y dicte reglas claras para evitar crisis o deserciones. Estamos a tiempo”, ha avisado, en declaraciones a este periódico. Monreal, uno de los líderes del oficialismo, afirma que Morena “está en una crisis interna” por el crecimiento que ha experimentado en los últimos tiempos y las cotas de poder alcanzadas, lo que empujará a peleas entre los candidatos para ganar puestos de elección. En este contexto, se manifiesta sobre la reforma electoral planteada ahora por la presidenta Claudia Sheinbaum: “No había ahora esa exigencia, como sí se daba cada seis años desde 1988, pero siempre reclamada por la oposición”.

Siempre verso suelto, el diputado ha publicado un video recientemente en el que hablaba de una “disputa interna insalvable” en su formación política. Preguntado por ello, explica que “un exceso de confianza sería un error entre la militancia y sobre todo entre la dirigencia” de su partido ante la próxima cita electoral en 2027, en la que no contarán con el empuje de la presidenta Claudia Sheinbaum, puesto que ella no se presenta en esta ocasión. “Será un error creer que la elección está resuelta”, dice y advierte de las peleas que pueden ocasionarse porque “ya hay aspirantes muy adelantados para ser gobernador, porque lo dan por ganado”. Y no será tan fácil, dice: “No nos acompaña la figura de la presidenta, a quienes los actuales diputados, senadores y hasta los gobernadores le deben su triunfo de 2024”.

Monreal no confía en avanzar en unidad con los partidos aliados para esos comicios, circunstancia a la que se suma ahora la reforma electoral, alguno de cuyos puntos esbozados, como la reducción de la financiación de los partidos o la posible eliminación de los diputados plurinominales, no han caído en gracia ni en el Partido Verde ni en el del Trabajo, con cuyos votos configura Morena la mayoría calificada que precisa para aprobarla. “Desde 1988, cada seis años, se daba la exigencia de una reforma electoral, pero era la oposición quien lo planteaba. No hay ahora esa exigencia, es la presidenta quien la ha propuesto”, dice el morenista, con puntos entrevistos como la eliminación de los citados puestos plurinominales, algo que “ya México ha superado”, afirma. “Esa eliminación de los representantes de las minorías no puede ser”, afirma.

¿No es pertinente plantear ahora la reforma electoral? “Lo que afirmo es que esos tres puntos [que han ido trascendiendo], la reducción del presupuesto del INE, el recorte de recursos a los partidos políticos y la eliminación de los legisladores de las minorías representan una gran discusión y complejidad. Si además no hay consenso, se tendrá que recurrir a la mayoría calificada para la que necesitamos a nuestros aliados, pero ellos no estarán de acuerdo con que se les recorten sus prerrogativas, me temo”, advierte Monreal, encargado de llegar a acuerdos con estos y otros partidos para sacar adelante las leyes en la Cámara de diputados.

El ruido político que ocasionarán los trámites legislativos de la reforma electoral, cuyo diseño le ha encargado la presidenta al izquierdista Pablo Gómez, preocupa a Monreal, porque no será la última polémica que rodeará los comicios de 2027. La ley contra el nepotismo que envió Sheinbaum a las Cámaras se vio aplazada hasta el 2030, pero la presidenta impuso a su partido seguir esas directrices también en 2027, con ley o sin ella. A juicio de Monreal, eso ocasionará graves disfunciones a la hora de situar a los candidatos, porque el Verde y el PT no seguirán ese mandato al que no están obligados todavía. De ahí el peligro que observa el diputado de “deserciones” en Morena.

Pone como ejemplo de todo ello tres gubernaturas, la de San Luis Potosí, donde el Verde ya ha preparado, dice, a la esposa del actual mandatario. Sin embargo, la misma pretensión tiene el padre de la gobernadora de Guerrero, pero al ser morenista tiene que acatar la orden que le impide presentarse. “En ese caso, cabe la posibilidad de que quiera concurrir por otro partido. Es un problema interno que tiene que resolverse”, sugiere Monreal, quien también mencionó el caso de Zacatecas, donde gobierna su hermano David y se perfila para sucederle Saúl Monreal, otro de los hermanos.

Monreal aboga por afianzar la cohesión. “Quien nos consolida es la presidenta, pero ella no estará en la boleta de 2027”, avisa de nuevo. Por eso insiste en andar con pies de plomo ante la próxima convocatoria electoral, en el entendido de que todos estos asuntos podrían enrarecer el panorama morenista, ya de por sí agitado tras el escándalo del senador Adán Augusto López, por su relación con un antiguo secretario de Seguridad en Tabasco buscado por narcotráfico. O los lujosos viajes de otros cuadros morenistas, como el hijo de López Obrador y actual secretario de Organización del partido, el secretario de Educación, Mario Delgado, o el propio Monreal, a quien Sheinbaum también reprendió por su viaje a España. Le recordó la humildad consagrada en los principios morenistas para los cargos públicos.

Como Adán Augusto, Monreal tampoco es un personaje cómodo para la presidenta. Contendió también para ser el candidato de Morena a las elecciones de 2024 y por ello obtuvo su puesto como coordinador de la Cámara baja, tal cual lo dejó diseñado el presidente Obrador. Por Adán Augusto y por Monreal pasó la ley contra el nepotismo que Sheinbaum quería aprobar y no lo logró. Cuando desde las propias filas de Morena saltó la polémica de Adán Augusto, no pocos analistas han pensado en que la figura de Monreal, verso suelto siempre, podría correr la misma suerte.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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