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Tabasco mapea la estructura criminal dentro del Gobierno de Adán Augusto López

El jefe del Ejército en el Estado sureño desvela que el secretario de seguridad del Gobierno de López, actual coordinador de Morena en el Senado, tiene una orden de detención por liderar una organización criminal

Adán Augusto López en el Senado de la República
Pablo Ferri

El cerco se estrecha sobre la estructura criminal que vivió a la sombra del Gobierno de Tabasco, en tiempos del gobernador Adán Augusto López y su sucesor, Carlos Merino, de 2018 a 2024. Actual coordinador de Morena en el Senado, el entonces gobernador López colocó al frente de la policía estatal a un sujeto, Hernán Bermúdez Requena, señalado ahora de haber liderado una organización criminal, La Barredora, que hizo estragos en la entidad. Este fin de semana, el actual jefe militar en Tabasco, el general Miguel Ángel López, ha desvelado que las autoridades cuentan con una orden de detención contra Requena, desde febrero. Lo malo, ha dicho López, es que Requena se fugó ese mismo mes.

Los señalamientos contra Requena no son nuevos. El actual gobernador, Javier May, también de Morena, ya cargó en noviembre y luego en enero contra el exjefe policial, por haber liderado La Barredora, ante la desidia o la negligencia de su jefe, Adán Augusto López, y luego de Merino, que mantuvo la estructura de su predecesor. La presidenta, Claudia Sheinbaum, respaldó a López y dijo que no creía que él hubiera estado implicado en los tejemanejes de Requena. López, hombre fuerte del Ejecutivo del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), precandidato a la presidencia, y ahora mandamás del partido guinda en la Cámara Alta, se ha mostrado discreto al respecto, y ha evitado entrar en la polémica.

El caso de La Barredora y su andamiaje de poder institucional abre cantidad de interrogantes sobre la gobernanza criminal en México, uno de los principales problemas del país, que ve mafias de todos los tamaños, apropiarse de economías e instituciones ante la inacción estatal. Porque no es solo que Requena, apodado Comandante H, usara su posición para liderar un grupo delictivo, dedicado al tráfico de drogas, la extorsión y el robo de combustible o huachicol. Son las alarmas que no sonaron, la información de inteligencia recopilada al respecto que no sirvió para desarticular al grupo, la cantidad de muertos que dejaron sus batallas con organizaciones rivales, el aumento, en fin, de la violencia, en un Estado que hasta hace unos años apenas tenía problemas de inseguridad.

Según informes de inteligencia castrense, filtrados por el colectivo de hackers Guacamaya, el Ejército sospechaba de las actividades criminales de Requena, al menos desde febrero de 2021. Entonces, el gobernador seguía siendo Adán Augusto López. En un documento elaborado en aquellos días, el Centro Regional de Fusión de Inteligencia Región (Cerfi) Sureste recopilaba una serie de ejecuciones cometidas en Tabasco, vinculadas a la aparición de varias narcomantas. El órgano de análisis señalaba que el asesinato de un líder criminal regional, alias Kalimba, había sido ordenado por “El H, posiblemente el secretario de seguridad, Hernán Bermúdez Requena”, y sus colegas, “El Lic, Tomás Díaz, asesor del director de la policía ministerial de la Fiscalía” local, y un tal alias Rayo.

En los meses siguientes, y sobre todo en 2022, la sospecha ya se había convertido en certeza. En un documento titulado “Actividad Delictiva en Tabasco”, fechado en agosto de ese año, ya colocaban a Requena al frente de La Barredora, junto a Tomás Díaz, y otros integrantes de la burocracia policial estatal, como José del Castillo, comisionado de la policía estatal, el inspector Leonardo Arturo Leyva, director general de la policía estatal, o Ulises Pinto, un expolicía federal. Por algún motivo, esa información no redundó en carpetas de investigación iniciadas por ninguna Fiscalía y Requena siguió tranquilamente en el cargo hasta que renunció, en enero de 2024.

En los últimos meses, las autoridades han dado varios golpes a La Barredora en Tabasco y al crimen en general. El problema era grande. La Barredora y la versión local del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), antaño aliados, llevaban más de un año peleados. La batalla no se daba exclusivamente entre criminales, pues las corporaciones policiales, con intereses en la economía criminal, también se implicaban. El Gabinete de Seguridad federal volteó a ver el Estado y empezó a realizar detenciones. En enero cayó Tomás Díaz y dos meses más tarde uno de sus colaboradores, Francisco Javier Custodio, El Guasón. En mayo, desmantelaron un centro logístico de huachicol, y decomisaron tres millones de litros de combustible.

Tabasco enfrenta ahora un escenario conocido en otras regiones del país, el día después del debilitamiento de un grupo criminal, hasta entonces poderoso. Con la caída o huida de los líderes de La Barredora, la pregunta es si el Estado tendrá capacidad de evitar que otros traten de tomar el control de las economías ilícitas. Guanajuato vive esa situación, también Guerrero, Michoacán, Tamaulipas… Mientras tanto, los ojos están puestos en el Comandante H. El gobernador May ha prometido dar más información al respecto este lunes. Requena ha huido y, de momento, nadie sabe dónde está.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).
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