El alcalde de Uruapan, sobre el desembarco de mercenarios colombianos en Michoacán: “Son grupos armados con material de guerra”

“Sale. Comenzamos así el día. Ya hicimos medidas de seguridad, ¿Cierto?”, dice la voz de una persona que sujeta un dispositivo para grabar. Enfrente tiene a siete hombres que portan los que parecen ser rifles AK-47, armas de alto calibre. “Vamos a hacer algunas posiciones para que el patrón vea que no estamos tragando verga y que estamos pilas”, dice de nuevo el interlocutor. Les hace repetir una serie de reglas de combate y comienzan con el orden cerrado militar. “Posición de ataque”. “Bélico”. “Rodilla a tierra”. “Apunten”. “Regresen”. Son algunas de las órdenes de movimientos que la voz les instruye a los elementos que tiene delante para disciplinarlos. La grabación, de poco más de un minuto, fue hallada en un predio cerca del municipio de Uruapan, uno de los, según todos los indicios, muchos campos de adiestramiento militar con presencia de mercenarios colombianos y venezolanos.

Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, cuenta vía telefónica que el hallazgo se hizo en una localidad cercana tras una denuncia por la detención de una persona por la guardia civil de esa comunidad. La policía de Uruapan, un municipio a poco más de 100 kilómetros de Morelia, la capital de Michoacán, llegó al lugar con Manzo a la cabeza. Asegura que participa de la mayoría de operativos para fiscalizar la labor policial. Al ingresar al campamento hallaron ropa táctica, municiones de alto calibre, fusiles de asalto AK-47 y AK-50, armamento “de uso exclusivo del ejército”. A través del cateo al predio, pudieron constatar que el video corresponde a la zona castrense a la que ingresaron.

“La misma ciudadanía, de esos lugares, nos dice que en otras comunidades muy cercanas, tienen información de que hay un campo de adiestramiento en el que 100 a 150 venezolanos y colombianos se preparan militarmente para cometer actos ilícitos”, afirma Manzo. Hace apenas dos semanas, fueron detenidos nueve exmilitares colombianos relacionados con la muerte de ocho soldados por una mina antipersona en Michocacán.

El alcalde publicó el video en sus redes haciendo un llamado a la presidenta, Claudia Sheinbaum, y al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch. “Es preocupante porque Uruapan necesita mayor blindaje, mayor apoyo federal. No estamos encontrando a borrachitos que andan alterando el orden público; o que se anden peleando en una riña callejera o que traen armas blancas. Estamos hablando de grupos fuertemente armados que traen material de guerra. Por eso es importante la intervención del Ejército mexicano”, añade por teléfono el alcalde.

El presidente municipal estuvo este jueves en Ciudad de México de compras en busca de camiones y vehículos blindados para mejorar la seguridad pública. Manzó encendió el debate público hace casi un mes cuando propuso “chingadazos, no abrazos” para los delincuentes. Las declaraciones se produjeron tras la muerte de Adriana Cerda Gómez, funcionaria de ese municipio, quien fue asesinada a balazos en las inmediaciones de una escuela primaria.

El pasado mayo, Manzo adquirió una camioneta blindada, nivel 5, que ofrece alta resistencia contra armas largas y explosiones, comúnmente utilizada en situaciones de riesgo como secuestros y atentados terroristas. El alcalde ha anunciado la adquisición de otros tres vehículos blindados para protección de los elementos policiacos y para realizar rondines en brechas y cerros de Uruapan. “Lo más importante es mantener el Gobierno limpio, sin pactos o alianzas criminales con ningún grupo delictivo”, precisó en una publicación en su perfil de Facebook.

Una disputa criminal de años

La preocupación de Manzo no cae en saco roto. Es parte de un síntoma de una disputa criminal que aqueja a Michoacán desde hace varios años. Una región, de acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad dados a conocer en noviembre pasado, donde al menos 14 grupos criminales operan, entre ellos el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Viagras y La Familia Michoacana. Apenas este jueves, un enfrentamiento armado en Zitácuaro, que duró al menos seis horas, generó terror en el municipio a 200 kilómetros de Uruapan. La ola de violencia, con balaceras, narcobloqueos y quema de negocios, fue desatada por sicarios del CJNG, que se enfrentaron a miembros de La Familia Michoacana. La última disputa territorial entre estos dos grupos delictivos ha dejado como saldo decenas de heridos y la muerte de un niño de cinco años en el fuego cruzado.

Juan Carlos Oseguera, secretario de Seguridad Pública (SSP) en Michoacán, ha desmentido las afirmaciones de Manzo. “En Michoacán no han sido detectados campos de adiestramiento para militares”, insistió este miércoles. Remarcó que al momento “no existen antecedentes claros ni denuncias que reporten la existencia de dichos sitios”.

“Respeto su manera de dirigir Seguridad Pública. Desde luego tenemos otra información. Pero ahí están las pruebas y los hechos que han sucedido en semanas y meses anteriores, que el mismo ejército sabe de lo que estoy a hablando”, ha respondido Manzo. El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, dio a conocer la semana pasada de la detención de 12 ciudadanos del país sudamericano, relacionados con la muerte de ocho soldados por una mina antipersona en Michocacán. Nueve de los capturados son exmilitares, mientras que los otros tres habían tenido entrenamiento castrense.

Este caso se suma a otros recientes en la zona, donde las autoridades han relacionado a ciudadanos colombianos con ataques con drones bomba. En Guanajuato, la policía local afirma haber detectado a “paramilitares colombianos, lanceros y explosivistas [expertos en la manipulación de explosivos]”.

Aunque las autoridades mexicanas no dieron detalles de la vinculación de los 12 detenidos en Michoacán, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, declaró que estaban relacionados con el Cartel de los Reyes, parte del paraguas criminal de Carteles Unidos, una organización criminal regional. Aún no está claro cómo llegó este grupo a la zona. En varios documentos filtrados de inteligencia del Ejército mexicano pueden monitorearse los movimientos de tropas de mercenarios colombianos en Michoacán desde finales de 2021. Las administraciones de ambos países reconocen que la ruta Colombia-Michoacán lleva años funcionando y todavía no se ha visto su último desembarco.