Visitas casa por casa y videos de Tiktok: así es la primera campaña judicial en México
El desconocimiento ciudadano rodea la insólita elección de jueces, ministros y magistrados. Los candidatos, que se quejan de las restricciones del INE, se han volcado tanto en la calle como en las redes en darse a conocer


Miles de candidatos y candidatas para ocupar un cargo en el Poder Judicial como jueces, magistrados y ministros se han despojado del pudor y han usado todos los recursos a su alcance para librar la primera campaña de cara a la elección judicial del próximo 1 de junio en México. Atrás quedaron los juzgados, las oficinas, los escritorios y algunas de las formalidades que traen consigo los títulos profesionales en México, sobre todo los de la abogacía. Videos en Tiktok, sesiones informativas en Youtube, apariciones en plazas públicas o ir por la calle contando ellos mismos sus hojas de vida, son algunas de las formas en las que se dan a conocer a solo unas semanas de los comicios.
El reto es inmenso. No solo por ser la primera elección de este tipo, sino porque se estima que la participación sea de un 22,9%, según la encuesta encargada por EL PAÍS y W Radio a la casa Enkoll. La consulta revela el desconocimiento ciudadano que aún persiste sobre la convocatoria: un 86% sabe del llamado a votar, pero apenas la mitad (48%) puede citar la fecha exacta de los comicios, el 1 de junio.
Para María Eugenia Becerril, habitante de Ciudad de México de 66 años, el llamado a las urnas es un compromiso con el futuro de su país que, a sus ojos, comenzó a mejorar con los gobiernos de Morena. Ella se ha informado durante los últimos meses, sobre todo, con videos en Youtube, de periodistas y otros generadores de contenido. Sabe, por ejemplo, que algunas universidades extendieron invitaciones a candidatos o que el Instituto Nacional Electoral (INE) dispone de un apartado de consulta y práctica donde se puede acceder a los datos de los candidatos. “Veo estos videos y si me llama la atención algún candidato, pues vuelvo a buscar ahí mismo en Youtube, una opción donde me lleve a otras entrevistas de esa misma persona en otros estados, o en otros lugares”, explica.
Como resultado de esta búsqueda, Becerril ya tiene algunas listas de nombres anotados junto con sus números. Cuando explica todo lo que ha aprendido tras días de adentrarse a los perfiles y a conversaciones sobre la elección, acepta que en realidad no es un proceso sencillo. “Viéndolo bien, sí está muy difícil”, dice, entre risas, y compara ir a votar el próximo domingo, como cuando se va a hacer un examen en la escuela, para el que se tiene que llegar previamente preparado.
Aunque el INE y varias organizaciones civiles han hecho esfuerzos en sus plataformas para explicar el procedimiento para votar, la disposición de tiempo o de paciencia por parte de la ciudadanía se ha convertido en un problema. Las redes sociales se han llenado de comentarios de usuarios que no terminan de entender ni el número de boletas, ni los colores y tampoco los números que representan cada cargo en juego. [881 cargos federales y 1.800 estatales, entre jueces, magistrados y ministros]. Mucho menos se tiene claro qué hace un magistrado, un juez o un ministro, o si hay diferencia entre estas tres categorías.

A Ricardo Morales, de 68 años, lo invitaron a asistir a una reunión informativa pública en su barrio, en la alcaldía Venustiano Carranza. Como Becerril también sigue de cerca videos en Youtube y noticieros en televisión. Morales tiene la percepción de que, por lo menos, gente cercana, como amigos y familiares, se están informando para saber de qué va la elección. Pero también acepta que, al menos en la plataforma del INE para simular su participación, no ha sido nada sencillo: “Para mí fue más o menos problemático entrar a la página del INE para revisar los candidatos y demás; traté hacerlo varias veces y no lo conseguí”, dice.
Con los más jóvenes no sucede lo mismo. Muchos de ellos y ellas no tienen claro qué se elige el 1 de junio. Algunas de las plataformas de redes sociales, como Instagram y Facebook, han agregado estos días —previos a la votación— pequeñas leyendas con un: “prepárate para votar en México”, acompañadas de botones informativos o la opción de añadir stickers en historias para “animar a más amigos” a conocer más sobre el proceso.
Sin embargo, hay más apatía que curiosidad en torno a esta elección: “Si no conozco al diputado de mi zona, menos conozco quién se está postulando”, dice un joven. “No sabemos quiénes son esas personas. Da igual”, ha comentado otra mujer en una publicación sobre las boletas. “No votaré porque son muchas candidaturas. Hasta ahora solo tuve tiempo de leer cinco perfiles y todos decían lo mismo”, comenta otro.
“Más límites que cualquier político”
No son políticos, pero han aprendido a hablar como ellos y a expresarse como ellos. Las y los candidatos a la elección judicial, con los certificados académicos y los requerimientos necesarios para presentarse a la contienda, han hecho lo que quizá antes no imaginaron: promocionarse de formas creativas para que, dentro de las decenas de números y nombres y colores de las boletas, sean los suyos los que la ciudadanía recuerde.
Ana María Ibarra, con 15 años en la Judicatura Federal, y diez de ellos en la Suprema Corte, hace un recorrido por los casos en los que ha trabajado para que la gente la reconozca y vote por ella. Desde hace cuatro años es magistrada de circuito en materia administrativa. Dice que hablar con la gente cara a cara es una buena oportunidad también para que la población sepa sobre el trabajo del Poder Judicial. “Lo complejo de esta nueva etapa ha sido tener tantas restricciones por parte del INE, que nos impide expresar tranquilamente nuestras propuestas, tenemos más límites que cualquier político, y no somos políticos”, explica.

Además de la complejidad de la elección, el número de candidatos o el color de las boletas, a eso debe sumarse los obstáculos técnicos que los candidatos tuvieron que afrontar para poder darse a conocer. “No podemos potenciar nuestras redes sociales, ni utilizar, por ejemplo, una bocina determinada capacidad en eventos públicos; no podemos contratar música para esos eventos, no podemos estar en universidades si esas universidades no han hecho una invitación a todas las personas candidatas, cuando somos simplemente para ministros y ministras 64; no podemos ir a medios de comunicación si no hay esta garantía de equidad. Nos restringen todos los espacios”, lamenta.
En la calle, un par de volantes en colores llamativos sobresale en el suelo. Un rostro, un nombre y un código QR: Francisco Javier Sarabia Ascencio. Con una carrera de 30 años, Sarabia reconoce que el volanteo, una de las pocas posibilidades para promocionarse, ha sido también una posibilidad para que personas con acceso a un celular con internet escanee ese código y pueda acceder a sus perfiles.
Sarabia es magistrado del primer tribunal colegiado en materia penal del primer circuito y reconoce que ha sido un reto poder ocupar espacios para darse a conocer. También asegura que faltó tiempo e información a la ciudadanía: “Hemos salido a la calle, efectivamente en el famoso volanteo, que fue una de las opciones que nos dieron dentro de las muy pocas, por cierto. Yo creo que se sale de toda posibilidad de cualquier rama del saber que no debíamos ser elegidos desde un punto de vista popular, pero que también fue un reclamo, y hay que entenderlo como tal”, dice.
Sarabia reconoce que el hacer campaña se sale por completo del esquema al que magistrados como él estaban habituados. Aunque dice que, después de estas semanas, hacerlo le ha resultado satisfactorio: “Hemos visto que hay un perfil de la gente que sí quiere votar, pero que no sabía cómo hacerlo. Para nosotros la experiencia es sacarnos de las cuestiones de oficinas, por decirlo de alguna manera, aunque siempre en el trato estuvimos ahí”, dice.
Ambos candidatos creen que la cercanía con las personas, el hablar frente a frente de quiénes son y cuáles son sus propuestas les ha dado una sensibilidad que quizá antes no veían con tanta claridad. Y ambos aseguran que el derecho y la ley tendrían que estar cercanas y sencillas a la ciudadanía. “No venimos de cúpulas, no tenemos ningún interés con grupos, eso de poder. Nosotros siempre hemos servido a nuestro país. Eso es lo más bonito que encontramos en todo esto”, concluye Sarabia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
