Un sombrero rosa en un mercado de Tamaulipas: la foto de Lucero Ardila, ganadora del premio internacional Sony
La fotógrafa de Ciudad Victoria reinventa la moda norteña en un retrato merecedor del primer lugar de Latinoamérica en este prestigioso concurso


La fiesta de quinceañera de Lucero Ardila sigue estando muy presente en su memoria. Primero, porque tan solo han pasado ocho años de aquello, ya que nació hace 23 en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Y más allá del poco tiempo transcurrido, porque aquel día le cambió la vida. Como es tradición, sus padres contrataron a un fotógrafo para retratarla con uno de esos vestidos de cuento de hadas que lucen las festejadas. Al ver el resultado final, cuenta que “estaba impactada” por cómo se veía y, en aquel momento, decidió que quería dedicarse a ese oficio. Consiguió su primera cámara unos meses más tarde y empezó a tomar fotos en eventos sociales “cobrando como 100 pesos por sesión”, recuerda. Menos de una década después, en febrero de este año, ya se alzó como ganadora de los Premios Internacionales de Fotografía Sony 2025, en la categoría de Latinoamérica.
En el retrato que le valió este prestigioso reconocimiento se puede ver a un joven delgado y de piel morena, ataviado con un sombrero vaquero de color rosa, una camiseta pirata de la selección mexicana de fútbol junto con otra de encaje y manga larga blanca que se asoma por debajo, un cinturón ranchero de hebilla grande y una falda escocesa amarilla, “como las que usábamos en la primaria”, explica Ardila. Inspirada en la moda tumbette, que combina la ternura del estilo coquette con la estética de los corridos tumbados, su intención era demostrar que se puede experimentar con la forma de vestir aún en contextos tan ajenos a las pasarelas como lo es el mercado de Ciudad Victoria, donde sus padres han tenido negocios siempre y, en consecuencia, donde pasó una gran parte de su infancia.
“Mi familia trabaja en el mercado desde que yo nací”, repasa la fotógrafa. “Han vendido de todo, desde productos naturistas hasta, actualmente, pollos rostizados”. Por esta razón es que fue un choque cultural muy grande para ella, que pasaba muchas horas entre locales de comida, ropa y accesorios, cuando empezó a interesarse en la moda. “No me sentí a gusto, porque yo no existía en el entorno que nos mostraban en las películas de Disney”, se lamenta. Pero esa perspectiva cambió después de mudarse, hace un par de años, a la Ciudad de México, tras haber vivido en Monterrey para estudiar la carrera de Comunicación. Al llegar, una de sus primeras impresiones fue darse cuenta de “cómo se visten [las personas] en la calle, de las marcas y de los mercados [de ropa]”. “Si veo que la gente aquí se viste a toda madre, ¿por qué no puedo hacerlo en mi rancho?”, se cuestionó.

Así fue como surgió el proyecto de su foto ganadora. Ardila quería crear una serie de retratos que reflejaran el estilo con el que se acude a “un bailongo (baile), con botón (botas), sombrerón y cintote (cinturón)”. En otras palabras, aclara, “con los elementos de señor norteño conservador que compra charales en lugar de Sabritas”. Pero, para darle ese giro experimental que buscaba, le pidió ayuda a su amiga Dina Elizabeth, dueña de una tienda de ropa de segunda mano en Ciudad Victoria y que fue la encargada de crear el atuendo final. A ellas, se sumaron el modelo Víctor Reyes y el maquillista César González para completar el equipo con el que realizó la sesión. La locación elegida fue el mismo mercado de la capital de Tamaulipas que le vio crecer. Allí, entre puestos de licuados y sombreros, consiguió retratar el estilo tan característico del noreste, en uno de esos espacios urbanos de los que se siente parte, pero desafiando a través de la moda esos mismos estándares que se ven a diario en aquella región del país.
A pesar de la corta carrera de Ardila, esta no es la primera vez que utiliza su cámara para confrontar la realidad en la que creció. Si bien Tamaulipas no se encuentra actualmente entre los estados más violentos de México, la situación era distinta hace una década. En 2016, cuando la fotógrafa tenía 15 años, se cometieron 856 homicidios en la entidad, lo que significó una tasa de 24 asesinatos por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con datos de México Unido Contra la Delincuencia. “Cuando vivía en el norte, la violencia me ponía triste, y yo hacía una fotografía muy deprimente”, admite. Fue hasta que entró a la universidad y estudió Historia del Arte que se encontró con la pintura barroca y sintió una atracción inmediata, tanto así que se propuso reproducirla a través de su lente. “Hacía imitaciones de pinturas barrocas por medio del color y la textura”, explica. “Yo no quería que fuera una foto; yo quería hacer una pintura”.

Bajo este concepto, la fotógrafa tamaulipeca inició una serie de autorretratos en mundos oníricos que, de alguna manera, recreaban los “espacios hegemónicos europeos” que veía en las pinturas. “Yo siento que lo que hacía era escapar del lugar en el que me tocó vivir”, reflexiona. Sin embargo, el hecho de haber llegado a vivir a la Ciudad de México le hizo revalorizar la cultura y los espacios citadinos para reencontrarse con sus orígenes, sin tener que abandonar sus paisajes de fantasía. “Ahora que llegué a la foto urbana, me di cuenta de que no tengo por qué separarme de eso, puedo mezclar perfectamente los dos lugares”, asiente.
En los planes de Ardila está migrar a Europa en 2026, con el objetivo de internacionalizarse y trabajar fuera de México. También aspira a colaborar con otros artistas latinoamericanos, ya que quiere demostrar cuánto pueden aportar, “en cuestión de moda y fotografía”, los creadores de la región. A la par, mantiene su presencia en las redes sociales —tiene 620.000 seguidores en TikTok y 241.000 en Instagram— con videos en los que habla de temas tan variados, pero a la vez tan relacionados con su trabajo, como historia del arte, moda, maquillaje y, desde luego, fotografía, siempre con un enfoque muy mexicano y de América Latina. Después de todo, no tiene reparo en admitir que, con su foto ganadora del concurso de Sony, “nada más quería likes en Instagram”.
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