Ir al contenido
_
_
_
_

Vicenç Yll, cocreador de Megaprofe: “A muchos padres la inteligencia artificial les genera inquietud, pero puede ser una aliada para sus hijos”

El pedagogo es uno de los impulsores de una plataforma educativa de IA que permite diseñar experiencias de aprendizaje emocional adaptadas a la edad y sensibilidad del niño, y que ya cuenta con 200.000 usuarios

Vicenç Yll, cocreador de Megaprofe
Carolina Pinedo

Facilitar el trabajo de los profesores en el colegio para que repercuta positivamente en la familia es el objetivo de Megaprofe, una plataforma de inteligencia artificial (IA) diseñada para trabajar en el ámbito educativo, creada en 2023 y que cuenta ya con 200.000 usuarios. El site proporciona herramientas que agilizan la planificación, la evaluación y la enseñanza en sí misma, que permiten diseñar experiencias de aprendizaje según la edad y sensibilidad del niño. “Se trata de tener un aliado que libere tiempo y facilite la personalización de la enseñanza”, lo define Vicenç Yll (Viladecans, Barcelona, 49 años), licenciado en Pedagogía por la Universitat de Barcelona y máster en Innovación y Transformación Digital por la Universitat Oberta de Catalunya. “Es el fruto de la inquietud compartida de tres personas apasionadas de la educación: José Antonio Tamayo [informático, especializado en proyectos de transformación digital], Pau Yanez [profesor y emprendedor] y yo mismo por reducir el burnout del docente”, agrega

PREGUNTA. ¿Cuál es la semilla de este proyecto?

RESPUESTA. Vimos que los profesores se enfrentaban a un alud de tareas burocráticas y a la necesidad de atender aulas cada vez más diversas y complejas, lo que dejaba poco margen para lo esencial: la conexión humana y el acompañamiento del alumno. Nuestra misión siempre ha sido humanizar la tecnología. Entendimos que la IA no podía ser un sustituto del profesor, sino un aliado que liberara tiempo y facilitara la personalización de la enseñanza.

P. ¿Cómo influye en los padres que sus hijos manejen esta tecnología?

R. A muchos padres, la IA les genera inquietud, pero bien utilizada puede ser una aliada en el día a día. Puede ayudar a que sus hijos organicen mejor los deberes, profundicen en materias concretas y encuentren explicaciones adaptadas a su nivel. Para las familias esto significa tener un apoyo extra en casa, que no sustituye al profesor ni a los padres, sino que refuerza el proceso educativo. También da tranquilidad saber que los menores están en un entorno seguro, sin riesgos de exposición a contenidos inadecuados ni a la explotación de sus datos personales.

P. ¿Qué ocurre en el caso de niños con adicción a las pantallas que usan la IA?

R. La obsesión con la pantalla se reduce si el niño percibe la tecnología como una herramienta puntual y útil, no como un espacio de evasión. No sirve para enganchar al niño con dinámicas de recompensa o de entretenimiento vacío, sino que se trata de poner la tecnología al servicio de un aprendizaje estructurado y guiado. Es decir, la IA no sustituye el contacto humano, sino que lo complementa.

P. ¿Cómo se puede formar a un niño en educación emocional con IA?

R. No es contradictorio, siempre que se entienda bien el papel de la IA. No enseña empatía ni sustituye una conversación íntima, pero sí puede facilitar recursos como dinámicas, juegos de rol o simulaciones de situaciones sociales. El profesor y los padres son quienes interpretan y guían. Megaprofe se concibe como una caja de herramientas para los adultos que les permite diseñar experiencias de aprendizaje emocional adaptadas a la edad y sensibilidad del niño.

P. ¿Qué papel cumplen los padres con respecto al uso de esta IA?

R. Los padres son mediadores y acompañantes del proceso de aprendizaje. Su rol no es el de controlar en exceso, sino el de ayudar a que sus hijos entiendan el valor y el límite de estas tecnologías. Al igual que sucede con internet, el móvil o los videojuegos, lo esencial es establecer tiempos, contextos y sentido al uso de cada tecnología y dispositivo.

P. Hay muchos problemas derivados del empleo indebido y excesivo de las pantallas por parte de los jóvenes, introducir también la tecnología en el colegio, ¿podría complicarlo más?

R. Creo que lo que complica las cosas no es la IA en sí, sino su mal uso o descontextualizado. La tecnología avanza siempre, lo que debemos decidir es cómo la integramos. El mundo actual es complejo, eso no lo decidimos nosotros, pero sí que podemos hacerlo sobre cómo vamos a ayudar a nuestros hijos a afrontarlo y a ayudarles a tener herramientas para manejar la complejidad que encontrarán en el mundo del futuro. En educación, la IA puede ser una carga si se percibe como un sustituto de lo humano, pero también puede ser un enorme alivio si se usa para liberar tiempo y dar más calidad a las relaciones entre profesor y alumno.

P. ¿Cuáles son los límites de la IA aplicada a la educación infantil?

R. Tiene límites claros: no puede transmitir afecto, no puede sustituir la motivación personal que da un maestro, ni la experiencia compartida entre iguales. La interacción humana es insustituible. Quizás, con el público infantil, sea recomendable que no empiecen a interactuar con inteligencia artificial hasta que no tengan desarrollada la competencia digital mínima para poder usarla de forma crítica y siempre acompañados.

P. ¿Qué pautas deberían considerar los padres para manejar correctamente la educación virtual con sus hijos y saber cuándo usarla o descartarla?

R. Si se trata de adquirir un conocimiento técnico o reforzar un concepto, la educación virtual puede ser muy útil. Y si la actividad requiere motivación, trabajo en equipo, empatía o comunicación, ahí, el cara a cara es un valor añadido.

P. ¿Qué es lo que nunca podrá sustituir la IA en el ámbito de la educación?

R. La mirada de un profesor que detecta que un alumno está desmotivado o triste, ni la energía colectiva de una clase. Tampoco podrá replicar la pasión de un docente que contagia amor por una materia. La IA es muy potente procesando datos y generando textos, pero la esencia educativa es relacional, no informacional. La gran oportunidad que tenemos es educar a las nuevas generaciones para que convivan con la tecnología sin miedo, pero también sin dependencia. Y ahí, el papel de la escuela y la familia es insustituible.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carolina Pinedo
Periodista desde hace 30 años, gran parte de los cuales los ha ejercido en varias secciones de EL PAÍS, en la actualidad colaboradora en Mamás&Papás y Estilo de Vida. Licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en radio y televisión, además de publicar varios cuentos infantiles y dos poemarios.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_