Ir al contenido
_
_
_
_

Lecciones de guerra para una Europa abandonada por EE UU: sin superioridad aérea, los tanques son inútiles

La OTAN, que afronta el dilema de cómo responder a la amenaza rusa con un Trump en retirada, trata de extraer enseñanzas de los casi cuatro años de invasión de Ucrania

El Departamento de Defensa de Estados Unidos —que el presidente Donald Trump prefiere llamar “de Guerra”— ha anunciado a los países europeos que deberán asumir “la mayoría de las capacidades defensivas convencionales de la OTAN” en su territorio a partir de 2027. La nueva doctrina exterior de Washington, publicada el pasado 5 de diciembre y que defiende “restaurar el equilibrio estratégico con Rusia”, ha causado profunda conmoción en una Europa acostumbrada a contar con el respaldo militar de Estados Unidos. La perspectiva de un choque en el este europeo se respira a ambos lados de la frontera. “Rusia no tiene intención de entrar en guerra con Europa, pero si la UE lo desea, está preparada desde ya mismo”, advirtió a principios de diciembre el presidente Vladímir Putin. La realidad, según los expertos militares de ambos lados, es que ni Europa —sin apoyo de EE UU— ni Rusia están listas hoy para imponerse en un hipotético conflicto.

Esta nueva sensación de soledad obliga a Europa a extraer algunas lecciones del conflicto más importante que se desarrolla en su suelo desde la II Guerra Mundial. La principal conclusión es que la clave es conseguir la superioridad aérea para alejar al enemigo. Sin aviación, los carros de combate quedarán vendidos ante las oleadas de drones.

Desde que en febrero de 2022 Putin lanzara la invasión a gran escala de Ucrania, la guerra ha cambiado de forma radical. Cada vez se ven menos carros de combate en el frente. Los vídeos de torretas de varias toneladas saltando por los aires han sido remplazados en las redes sociales por drones golpeando motos y bicicletas. El costoso T-14 Armata ruso nunca fue desplegado en el frente. Los Leopard y M1 Abrams occidentales llegaron tarde y en pocas cantidades a una guerra que hoy nada tiene que ver con 2022 y 2023.

Los expertos militares de Rusia y de la OTAN se preguntan hoy si tiene sentido invertir miles de millones en armas que quedan indefensas ante drones cientos de veces más baratos.

Los canales militares rusos de Telegram publican de vez en cuando la aniquilación de alguna de sus columnas blindadas en ataques sin mucho sentido. En octubre, un batallón de 22 carros de combate y transportes blindados se lanzó, protegido por el mal tiempo, desde un bosque hacia las aldeas de Volodimirivka y Sajove. Un largo camino de varios kilómetros en los que los drones y la artillería guiada ucranios destruyeron nueve vehículos rusos y dañaron otros cuatro. Aquel era el cuarto asalto mecanizado del Kremlin fallido en un mes.

Ahora las tropas están dispersas en grupos minúsculos a lo largo del frente y la retaguardia real empieza 50 kilómetros detrás, no a una decena como antes. Entre medias está la killzone [“zona de muerte”], un área de unos 15 kilómetros de profundidad donde una nube de drones enemigos acecha a todo lo que se mueva, incluidos los vehículos de civiles, militares y periodistas. Y delante del todo, el horror, la línea de contacto, una zona gris de unos tres kilómetros de ancho plagada de minas, cadáveres y heridos a los que es imposible sacar vivos.

“El conflicto armado se convertirá en una batalla por la superioridad aérea mediante drones”, sentencian el exjefe del Estado Mayor ruso Yuri Baluyevski y el asesor del Ministerio de Defensa Ruslán Pujov en un ensayo donde advierten de que la digitalización total del campo de batalla —la comunicación instantánea entre el soldado, las armas robotizadas y el centro de mando— y la inteligencia artificial serán decisivas para crear “sistemas de ataque y defensa con una densidad y eficacia colosales” frente a las masas militares actuales.

La idea, contada con un trazo grueso, es detectar y suprimir el fuego enemigo en uno o pocos minutos. Y una vez indefenso, martillear al rival. El bando más rápido gana.

La tentación de lanzar oleadas humanas contra el enemigo está destinada al fracaso, dice Pujov en una conversación telefónica: “Cualquier acumulación de fuerzas es imposible; es destruida de inmediato al ser descubierta. Además de los drones, también está la artillería guiada y corregida por los drones”.

Los ejércitos de Ucrania y Rusia se apañan hoy con los satélites comerciales Starlink y las tarjetas de telefonía móvil para conectar sus drones, pero Baluyevski y Pujov consideran que esto no será suficiente en una futura guerra. “Rusia se quedará rezagada a medio plazo respecto a los países líderes en el desarrollo tecnológico. Esto debe abordarse de inmediato”, advierten.

Una lección equivocada

Rusia planea duplicar su producción de carros de combate T-90M en los próximos cuatro años y prevé fabricar y modernizar 1.118 tanques de todo tipo entre 2027 y 2029, según unos documentos filtrados. Por su parte, Estados Unidos ha presentado una nueva variante del M1 Abrams para un escenario saturado de drones, el M1E3. Y Europa ha anunciado el proyecto MARTE, su nuevo carro de combate principal.

En el cielo la carrera es muy diferente. Además de sus satélites militares, Washington cuenta con más de 7.800 aparatos comerciales de Starlink. La segunda mayor red internacional es la europea, Eutelsat, con más de 650 aparatos. Rusia, por su parte, espera tener desplegadas 292 unidades Rassvet en 2030.

“Fabricar tanques es tirar el dinero. Es peor que un crimen, es un error”, opina Pujov. Para el experto, “la transparencia del campo de batalla y la designación de objetivos en tiempo real [por los drones y la artillería guiada] están eliminando el fuego directo, sustituyéndolo por el fuego indirecto”.

El almirante español Juan Rodríguez Garat difiere de las conclusiones de Pujov y del exjefe del Estado Mayor ruso. “La guerra de Ucrania, vista desde Occidente, es una anomalía: dos ejércitos poderosos combaten en tierra sin que ninguno pueda sacar partido de sus fuerzas aéreas”, expone a este periódico el militar, ya retirado.

“Ausente el poder aéreo —algo impensable en la Alianza Atlántica— y neutralizada por los drones el arma mecanizada, lo que vemos ahora en Ucrania es un forcejeo que no lleva a ningún sitio”, agrega Garat.

Según el almirante, “si algo demuestra la guerra de Ucrania es que sin carros de combate no hay movilidad posible en el frente terrestre”, y añade que la OTAN no se plantea abandonar los blindados, “sino protegerlos de la artillería y, sobre todo, de los drones de bajo coste”.

Pujov admite que una fuerza aérea poderosa podría influir significativamente en el curso de esta hipotética guerra, “pero hoy en día solo un país posee una fuerza aérea así: Estados Unidos”.

Según el experto ruso, Europa no lograría imponer esa superioridad si Washington se hace a un lado: “Es improbable que una guerra con la superioridad aérea estadounidense preserve las columnas blindadas, pero aumentará la profundidad y aislamiento de la zona de combate [...] Esto generará una superioridad de fuego general que neutralizará parcialmente el efecto de los drones y permitirá el avance del frente”.

Sistemas antiaéreos superados

Rusia no logró la superioridad aérea sobre Ucrania al lanzar su ofensiva, pero el bombardeo israelí y estadounidense de Irán ha demostrado que los sistemas antiaéreos todavía pueden ser superados.

Más allá de la supuesta superioridad del caza furtivo estadounidense F-35 sobre el ruso Su-57, algunos expertos occidentales inciden en una diferencia estratégica clave: la doctrina israelí prioriza lograr la superioridad aérea para seguir bombardeando luego, mientras que Rusia supedita su fuerza aérea a apoyar los planes del ejército de tierra.

Kendall Ward y Alexander Palmer, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), y Jeremy Shapiro, del European Council on Foreign Relations (ECFR), han analizado ambos conflictos y han llegado a la conclusión de que la inteligencia israelí fue clave al mantener localizados los sistemas antiaéreos rivales móviles y descabezar al alto mando israelí en los primeros ataques.

“La OTAN, que se enfrenta a la (remota) posibilidad de una futura campaña militar rusa contra su flanco oriental, necesita aprender del éxito de Israel y del fracaso de Rusia”, advierte Shapiro en su informe.

La pesadilla de los drones

Oleshki, tomada por los rusos, está en la ribera contraria a Jersón, controlada por los ucranios. Entre ambas ciudades hay cinco kilómetros de distancia. “Esos pájaros [los drones] machacan todo lo que se cruce, hermano”, dice a este periódico un militar ruso.

“Ucrania tiene mucho que enseñar a sus aliados”, añade por correo William Courtney, investigador asociado del centro Rand. “Existen varias opciones de contramedidas de bajo coste por disparo contra drones. El desarrollo de drones interceptores es un campo incipiente y es probable que se produzcan más avances”, añade el experto.

Garat recalca por su parte que lo más importante ahora es tener las líneas de producción listas en Europa. “No tiene sentido acumular aparatos comerciales, lo que hace falta es desarrollar la capacidad industrial para diseñarlos y construirlos rápidamente cuando hagan falta”, señala.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_

Últimas noticias

Lo más visto

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_