El magnate populista y euroescéptico Andrej Babis, nombrado de nuevo primer ministro de Chequia

El magnate populista Andrej Babis, de 71 años y líder del partido liberal ANO, vuelve a ser primer ministro de la República Checa. El conocido como Trump checo ganó las legislativas de octubre y cuenta con el apoyo de dos formaciones euroescépticas y extremistas para formar Gobierno. El presidente checo, el exgeneral europeísta y proatlantista Petr Pavel, exigió al millonario que se desligase de sus empresas agrícolas para nombrarlo jefe de Gobierno sin incurrir en conflictos de intereses. Finalmente, Babis ha sido nombrado este martes primer ministro en un acto celebrado en el castillo de Praga, sede de presidencia checa, y televisado en directo.

“Prometo a todos los ciudadanos que lucharé por sus intereses, no solo en casa, sino en todo el mundo”, dijo Babis tras recibir el nombramiento del jefe del Estado. Pavel espera que, en un plazo de 30 días, Babis lleve a cabo su plan para desligarse completamente del holding agroindustrial Agrofert, con una transferencia a un fondo independiente. El modelo es similar al que aplicaron en el pasado con sus inversiones los primeros ministros británicos Tony Blair, David Cameron y Theresa May.

El jefe de Estado pidió a Babis que se apoye en los vínculos con la Unión Europea y la OTAN para “de manera constructiva” enfrentar los desafíos que tiene el país “en medio de un contexto económico y de seguridad complejo”. Pavel ha anunciado que nombrará a los miembros del Consejo de Ministros propuestos por el nuevo jefe de Gobierno el próximo 15 de diciembre. A partir de ese día, el Ejecutivo asumirá sus funciones y relevará a la coalición de centroderecha saliente, que encabezó durante los pasados cuatro años el conservador Petr Fiala.

El ingeniero industrial Babis también anunció que pedirá el voto de confianza de la Cámara baja el próximo 13 de enero, donde tiene asegurados 108 votos de un total de 200, para ratificar el programa de gobierno. El millonario trumpista pretende emprender un giro en política exterior, con un acercamiento a las posturas euroescépticas del húngaro Viktor Orbán y el eslovaco Robert Fico.

Analistas checos opinan que Babis, al que consideran pragmático —y cuyas empresas reciben cuantiosas subvenciones europeas—, no será en última instancia tan problemático en Bruselas como Orbán. Creen que si bien en casa agita las críticas a la UE y en su programa electoral proponía revisar el Pacto Verde Europeo y el acuerdo migratorio, en la mesa del Consejo Europeo será más comedido que el húngaro.

Orbán le espera en todo caso con los brazos abiertos. El primer ministro ultraconservador ha escrito en X poco después del nombramiento: “Un patriota checo comprometido vuelve a tomar las riendas. ¡Estoy deseando verlo la semana que viene en una reunión muy importante del Consejo Europeo!“.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también le ha dado la bienvenida en esa red social: “Su país tiene un papel importante que desempeñar en el avance de nuestra agenda europea de prosperidad y seguridad. Esperamos con interés trabajar con usted, empezando por el próximo Consejo Europeo”, ha dicho. Lo último que necesita Bruselas es otro dirigente ultra que intente minar la UE desde dentro.

En esa reunión, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete abordarán, entre otras cuestiones, el apoyo a Ucrania y la seguridad en Europa. El encuentro se producirá pocos días después de que Estados Unidos publicase su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, en la que arremete abiertamente contra Europa. Babis es un trumpista declarado y ha prometido acabar con la ayuda militar de su país a Ucrania, hasta ahora, uno de los más comprometidos con Kiev.

Está por ver si se impondrá su lado pragmático o se alineará con sus vecinos populistas, que están deseando reanudar el grupo de Visegrado —formado por Chequia, Hungría, Eslovaquia y Polonia—, aunque con la ausencia previsible de Varsovia. El primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, es profundamente crítico con Orbán y el presidente ultraconservador, Karol Nawrocki —cercano ideológicamente al dirigente húngaro—, no tolera su cercanía a Moscú.

El nuevo primer ministro checo deberá contentar, además de a sus votantes más extremistas, a sus dos socios de Gobierno, partidos de ultraderecha y antiecologistas que se oponen a muchas de las políticas europeas. El programa electoral de ANO ya incluía la revisión del Pacto Verde Europeo, revocando muchas de sus medidas, así como el cuestionamiento de algunos enunciados del pacto migratorio.

En estos asuntos y en otros como el rechazo a la ayuda militar a Ucrania va al unísono con sus socios de coalición, el ultra Libertad y Democracia Directa (SPD) y Motoristé sobe (Motoristas Unidos), que está en contra de cualquier medida que reduzca las emisiones contaminantes o limite el uso del coche. Babis espera su apoyo al afrontar una investigación por abusos con fondos comunitarios si el Parlamento le levanta la inmunidad, como pide la justicia checa.

En Bruselas, el jefe del Gobierno —que ya fue primer ministro entre 2017 y 2021 y fue desalojado por sus problemas con la justicia—, se integra en el grupo de Patriotas para Europa (PfE, por sus siglas en inglés), una de las tres agrupaciones ultras del Parlamento Europeo. Impulsado por Fidesz, el partido de Orbán, en Patriotas se sientan también el Reagrupamiento Nacional, de Marine Le Pen; la Liga de Matteo Salvini; o el español Vox.