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Macron convoca a los partidos al Elíseo para encontrar una solución a la crisis en Francia

El jefe de Estado, que ha excluido a La Francia Insumisa y al Reagrupamiento Nacional de la reunión, se comprometió a nombrar hoy a un nuevo primer ministro

Crisis en Francia
Daniel Verdú

El presidente de la República, Emmanuel Macron, ha convocado a los jefes de los partidos en el Elíseo a las 14.30 para darles cuenta de la decisión que se comprometió a tomar antes de esta noche en el nombramiento de un nuevo primer ministro. El jefe del Estado, sin embargo, ha dejado fuera de la reunión a los dos extremos del Parlamento: la izquierdista La Francia Insumisa y la ultraderecha del Reagrupamiento Nacional. Macron debía nombrar este viernes a un nuevo jefe de Gobierno que permita sacar a Francia del bloqueo y aprobar un Presupuesto antes de Navidad para hacer frente a la reducción de la deuda y las necesidades contables del país. Pero todo sigue abierto.

La excepcional convocatoria, que reunirá a los jefes de los partidos simultáneamente, es un reflejo de la gravedad del momento y de la delicada situación que atraviesa el país. También de la improvisación, del caos y de la decadencia política que reina en las decisiones que toma Macron, que decidió esta reunión en plena madrugada. A las dos de la mañana, concretamente, fue cuando los partidos recibieron un correo electrónico de la secretaría de la Presidencia. “La reunión debe ser un momento de responsabilidad colectiva”, indicó el Elíseo dos horas antes de un encuentro que estaba ya levantando inquietud entre los invitados, sublevados contra los primeros nombres que circulaban.

Uno a uno, los jefes de partido fueron entrando al despacho de Macron en el Elíseo. Los teléfonos les fueron confiscados par evitar filtraciones en una reunión que se prevé tensa.

El jefe del Estado, después de las negociaciones llevadas a cabo por el primer ministro dimisionario, Sébastien Lecornu, cree que hay un espacio común entre todos los partidos que permitiría llegar a una acuerdo. Sin embargo, está convencido también Macron, y eso no necesariamente tiene que coincidir con la realidad ahora mismo, ese espacio no incluye al RN y LFI, que ya han manifestado su voluntad de que se convoquen elecciones legislativas o de que el presidente dimita. A la misma hora, Marine Le Pen, con un 33% de apoyos en las encuestas, se paseaba tranquilamente en un congreso de bomberos. “Es un honor que no nos haya convocado. Nosotros la reunión la tenemos con la gente”, colgaba en sus redes. La ultraderechista, visto el espectáculo de las últimas horas, solo tiene que esperar a que, de una manera u otra, todo vuelva a descarrilar.

La reunión es la última oportunidad de Macron para proteger su mandato sin pasar por elecciones legislativas, algo que el jefe del estado está convencido de que querrían evitar sus invitados al Palacio del Elíseo. De ahí su empeño todavía por recurrir a nombres impopulares para el cargo de primer ministro.

Dos opciones han cogido fuerza en las últimas horas: la que invita a la continuidad de Lecornu, que debería ser renombrado en otro salto mortal de la política de Macron, o la opción de Jean-Louis Borloo, cuyo nombre siempre aparece en tiempos de crisis. Lecornu, por ahora el primer ministro más efímero de la V República, aseguró en la entrevista televisada del pasado miércoles que no está “corriendo tras el puesto” y que ha “terminado” su “misión”. Pero también dijo que es “un soldado”, y que haría lo que le fuera encomendado. En cambio, varios actores apoyan pública o discretamente la opción de Jean-Louis Borloo, ministro durante los mandatos de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy.

La idea de un Lecornu bis no entusiasma a nadie y generaría una rebelión difícil de sofocar. Incluso figuras del Gobierno como Agnès Pannier-Runacher, ministra dimisionaria de Transición Ecológica y de Biodiversidad, lo han rechazado esta mañana. “Hace falta una ruptura tendiendo la mano a la izquierda. Las matemáticas son tercas: para evitar una moción de censura, deben tender la mano a los diputados del Nuevo Frente Popular. Mientras se mantengan alejados de La Francia Insumisa, podemos entendernos, porque son republicanos…“.

Otro de los nombres que suena en las últimas horas es el del ex primer ministro socialista, Bernard Cazeneuve, que ya formó parte de un gobierno bajo la presidencia de François Hollande. Otra figura de la izquierda que planea en las últimas horas sobre el cargo -el peor empleo del mundo, según lo definió The Wall Street Journal- es el presidente del Tribunal de Cuentas, Pierre Moscovici. El socialista, excomisario europeo, precisamente, alertó en la mañana de este viernes de la grave situación que atraviesa el país. “Vivimos una crisis política y democrática sin precedentes”, ha dicho. “No hemos conocido algo así bajo la V República”, ha asegurado en BFMTV/RMC. “Tenemos una gran inestabilidad gubernamental, unas instituciones que están realmente bajo presión, una efervescencia social innegable, unas cuentas públicas verdaderamente desordenadas”, así como “la incertidumbre económica”, ha resumido.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes
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