Israel replica al Vaticano que sus críticas por la ofensiva en Gaza pueden “minar los esfuerzos” por la paz
El embajador del país ante la Santa Sede reprocha al ‘número dos’ del Papa una “equivalencia moral” al usar el término “masacre” para definir tanto el ataque de Hamás como su ofensiva en Gaza

Israel ha reaccionado este martes con malestar a las críticas contra el Gobierno de Benjamín Netanyahu que hizo el lunes el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, en una entrevista, en la que calificó de “carnicería” la ofensiva en Gaza. La Embajada israelí ante la Santa Sede ha emitido un comunicado de prensa en redes sociales en el que reprocha al número dos del Vaticano “centrarse en la crítica a Israel, pasando por alto la continua negativa de Hamás a liberar a los rehenes y detener la violencia”. También le advierte de que, con su entrevista “sin duda bien intencionada, corre el riesgo de minar los esfuerzos para poner fin a la guerra en Gaza y contrarrestar el creciente antisemitismo”.
No obstante, la crítica más dura hacia Parolin, mano derecha del Papa y máximo responsable de la diplomacia vaticana, ha sido por el lenguaje utilizado en sus reflexiones y sus implicaciones en el plano moral. “Lo más preocupante es el uso problemático de la equivalencia moral cuando no es pertinente. Por ejemplo, la aplicación del término ‘masacre’ tanto al ataque genocida de Hamás del 7 de octubre como al legítimo derecho de Israel a la legítima defensa. No existe equivalencia moral entre un Estado democrático que protege a sus ciudadanos y una organización terrorista que intenta matarlos”, ha señalado la representación diplomática.
En todo caso, León XIV ha respaldado a Parolin de forma explícita. Al preguntarle en la tarde de este martes los periodistas, cuando salía de su residencia de Castel Gandolfo, donde ha pasado un día, ha respondido: “Prefiero no comentar, pero el cardenal ha expresado muy bien la opinión de la Santa Sede”. El Pontífice también ha dicho que “la existencia, no sé si están aumentando, de actos de antisemitismo es verdaderamente preocupante. Debemos proclamar la paz y el respeto a la dignidad de todas las personas”.
Tensiones latentes
La respuesta de Israel está dentro de la cortesía diplomática, pero denota una tensión latente que se arrastra desde el pontificado de Francisco. Tras la muerte del Papa en abril pasado, el Gobierno de Netanyahu no hizo ninguna declaración oficial ni tampoco envió a nadie a su funeral. Solo asistió el embajador ante la Santa Sede, Yaron Zeidman. Con la llegada de León XIV, en mayo, pronto surgieron obstáculos, como el ataque israelí a la parroquia católica de Gaza del pasado mes de julio, que causó tres muertos y nueve heridos. Parolin dijo entonces que se podía “legítimamente dudar” de que hubiera sido “verdaderamente un error”. En septiembre, el presidente de Israel, Isaac Herzog, visitó el Vaticano y tuvo un encuentro con el Papa, en un intento de reconducir sus relaciones.
En la entrevista de este lunes, publicada en el Osservatore Romano, el diario vaticano, Parolin condenó el ataque del 7 de octubre de 2023 —que marcó el inicio de la ofensiva que lanzó Israel contra Hamás— como una “masacre indigna e inhumana” y pidió la liberación de los rehenes. Pero el resto de la conversación se centró en una crítica severa a Israel y también a la comunidad internacional por su pasividad, a la que instó a plantearse seriamente un embargo de armas contra el Gobierno de Netanyahu.
Parolin consideró “inaceptable e injustificable reducir a los seres humanos a meras ‘víctimas colaterales” y acusó a Israel de no tener en cuenta “que se enfrenta a una población inerme y que ha llegado al límite de sus fuerzas”. “Quien ha sido atacado tiene derecho a defenderse, pero incluso la legítima defensa debe respetar el principio de proporcionalidad. Desafortunadamente, la guerra resultante ha tenido consecuencias desastrosas e inhumanas”, señaló.
Además, Parolín se declaró “conmocionado y angustiado” ante la muerte a diario de “innumerables niños cuyo único delito parece ser haber nacido allí”, así como de personas “asesinadas mientras intentan alcanzar un trozo de pan, sepultadas bajo los escombros de sus casas, bombardeadas en hospitales, en ciudades de tiendas de campaña, personas desplazadas obligadas a trasladarse de una parte a otra de ese estrecho y superpoblado territorio”.
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