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La Fiscalía pedirá la pena de muerte para el presunto asesino de Charlie Kirk

Tyler Robinson dejó una nota a su pareja bajo un teclado en la que le decía que planeaba matar al líder juvenil MAGA. También le confesó su crimen antes de entregarse

Sospechoso de matar a Charlie Kirk
Iker Seisdedos

Empiezan a despejarse las sombras en torno a las motivaciones de Tyler Robinson, el presunto asesino del activista trumpista Charlie Kirk. Las autoridades encargadas de la investigación del crimen que ha partido a Estados Unidos en dos y que ha resucitado los peores fantasmas de la violencia política en en el país comparecieron este martes para dar a conocer de qué acusan a Robinson. Son media docena los delitos, el más grave de los cuales es el de asesinato agravado, que acarrea la posibilidad de la pena de muerte, legal en el Estado de Utah.

Jeff Gray, el fiscal del distrito del condado de Utah, definió lo sucedido como “una tragedia estadounidense” y confirmó que el sospechoso actuó por una “motivación política”. También, que este confesó a su pareja tras el asesinato que se había “hartado del odio” de Kirk. La comparecencia fue en Provo, ciudad cercana a la universidad de Utah Valley, en cuyo campus un balazo disparado por un rifle de caza a una distancia de unos 180 metros acabó el miércoles pasado con la vida del activista y aliado de Donald Trump, mientras ejercía su derecho a la libertad de expresión y debatía ante unas 3.000 personas.

Además del cargo por asesinato —“agravado”, porque, según la ley estadounidense, “pudo matar a otros”— Robinson se enfrenta a dos delitos por sus intentos de manipular a un testigo. Ese testigo es su pareja, una persona trans que vivía con él, a la que pidió que destruyera pruebas de su confesión y también que no hablara con las autoridades ni con la prensa. El resto de sus cuentas pendientes con la ley son dos cargos de obstrucción de la justicia y uno por cometer un crimen en presencia de un menor.

Lo más destacable de la comparecencia llegó cuando Gray leyó con voz átona un intercambio de mensajes entre el sospechoso y su pareja, que tuvo lugar el 10 de septiembre, día del asesinato. Empezó con un mensaje de Robinson que decía: “Deja lo que estés haciendo, mira debajo de mi teclado”. Allí aguardaba la siguiente nota: “Tengo la oportunidad de eliminar a Charlie Kirk y la voy a aprovechar”.

A eso, su pareja, que Gray definió como “un hombre biológico que estaba cambiando de género”, responde: “¿Qué? ¿Estás bromeando, verdad?”. “Para ser sincero, esperaba guardar este secreto hasta mi muerte. Lamento involucrarte”, contesta Robinson, siempre según los documentos judiciales. A la pregunta de por qué lo hizo, el sospechoso argumenta: “Me he hartado de su odio [de Kirk]. Hay odios que no se pueden negociar”.

Tras esas confesiones, y después de contarle que había planeado el asesinato durante “poco más de una semana”, fue cuando el sospechoso pidió a su pareja que borrara los mensajes, cosa que no hizo, y que se mantuviera en silencio.

Gray también dijo que el ADN de Robinson estaba en el arma, un rifle de caza de alta potencia hallado por los investigadores en las inmediaciones del lugar del crimen. El joven lo tomó prestado del abuelo y lo abandonó envuelto en una toalla en una zona boscosa junto a unos cartuchos −algunos usados; otros, sin usar− con inscripciones antifascistas inspiradas en la cultura de los videojuegos, gran pasión del sospechoso.

El fiscal describió entonces minuciosamente lo que sucedió antes e inmediatamente después de las 12.23 de aquel día soleado, minuto en el que la bala impactó en el cuello de Kirk, que se desplomó sobre sí mismo y la sangre le empezó a manar a borbotones. El balazo desató una estampida de los asistentes al acto, organizado por la organización sin ánimo de lucro Turning Point USA, que el activista y líder juvenil MAGA, muerto a los 31 años, fundó cuando solo tenía 18. Con ella, emprendía giras por campus de todo el país para desafiar en nombre de la libertad de expresión las convicciones pogresistas de sus estudiantes.

Kirk también tenía un pódcast en el que compartía sus convicciones con sus centenares de miles de seguidores. Muchos de ellos eran jóvenes convertidos a la causa MAGA por él mismo, lo que hizo que se convirtiera en un estrecho aliado de Donald Trump.

Entre esas convicciones estaba la militancia acérrima en un nacionalismo cristiano que confunde los asuntos de la fe con los del Gobierno, la defensa de los valores de la familia tradicional y del papel abnegado de la mujer ante el hombre, la burla de las iniciativas de diversidad e igualdad racial, los ataques a los derechos LGTBI+ y la convicción absolutista en el derecho a portar armas que reconoce la Segunda Enmienda.

El papel de la madre

En su jugosa y a ratos escalofriante comparecencia, Gray desgranó con parsimonia mucho de lo que ya se sabía de las 33 horas que duró la búsqueda del culpable y unas cuantas cosas que no habían trascendido. Por ejemplo, el papel de la madre, hasta ahora ausente del relato.

Ella fue la que declaró a los agentes que su hijo se había “politizado” en “más o menos el último año” y que se había escorado a la izquierda, con ideas “en defensa de los derechos gais y de los colectivos trans”. También fue ella la que reconoció a su hijo en las imágenes difundidas por las autoridades. Avisó al padre, que estuvo de acuerdo con ese mal presentimiento. Alarmada, llamó al joven y este le dijo que había estado “enfermo en casa”. La familia de la que provenía Robinson es mormona, republicana, amante de las armas y la caza.

Cuando fue el turno de las preguntas de los periodistas, Gray repitió una y otra vez la frase: “No comentaré nada sobre ese asunto”.

Tras darse a conocer esas acusaciones, estaba previsto que Robinson compareciera virtualmente ante el juez este martes por primera vez. Está detenido en la cárcel del condado de Utah, en la localidad Spanish Fork, y el tribunal se encuentra en Provo, una ciudad que acaparó más atención internacional de a la que sus habitantes están acostumbrados. No solo por el presunto asesino de Kirk; también porque Robert Redford, su vecino más famoso, murió en la madrugada de este martes mientras dormía en su casa, y rodeado de su familia.

Antes de que hablara Gray, algunas de las últimas revelaciones sobre la investigación las habían publicado los medios estadounidenses, como The Washington Post, que desveló el contenido de un foro en el que Robinson reconoció su crimen. “He sido yo”, escribió en un chat de la plataforma Discord.

Otras novedades las compartió el director del FBI, Kash Patel en sendas entrevistas en Fox News y durante una incendiaria audiencia de control en el Senado de Estados Unidos, celebrada este martes, en la que Patel, un novato en los asuntos de inteligencia, se defendió de las críticas a su gestión de la crisis y dijo que estaban investigado si hay más personas implicadas en el crimen, o si los compañeros de foros de internet de Robinson sabían algo. También, si alguna organización “izquierdista” de Utah estaba al tanto de sus planes o si colaboró en ellos.

Los mensajes de Discord desvelados por el Post corresponden a las horas previas al momento en el que Robinson se entregó en la comisaría de su pueblo, St. George, en el extremo suroeste de Utah, después de que sus padres lo convencieran de hacerlo.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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