El Supremo de Estados Unidos permite a Trump cancelar fondos para la investigación centrada en minorías
La Corte mantiene en vigor la sentencia de otro juez que considera ilegales las órdenes contra esos programas científicos


El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dado este jueves un espaldarazo y una manotada a Donald Trump. La Administración republicana podrá seguir adelante, de momento, con los recortes de 783 millones de dólares (unos 710 millones de euros) que pretendía para los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) y sus programas de investigación centrados en las minorías, como parte de su guerra contra todo lo relacionado con la inclusión, la igualdad y la diversidad. Pero la Corte también ha considerado probablemente ilegales las instrucciones del Gobierno sobre esos recortes.
Un tribunal de distrito en Boston, encabezado por el magistrado William Young, había ordenado en junio medidas cautelares en tanto se dirimía en otra corte una demanda interpuesta por 16 Estados demócratas contra los recortes. El impacto científico de esa cancelación sería considerable, dado que los NIH son el principal órgano de fondos para la investigación en el mundo.
Ahora, en una decisión respaldada por cinco jueces contra cuatro, el Supremo, de mayoría conservadora y que suele dar la razón al Gobierno de Trump, ha autorizado la petición del Departamento de Justicia de levantar esas medidas cautelares, al considerar que la demanda no debía haberse presentado ante un tribunal ordinario, sino ante otro organismo, el Tribunal de Reclamaciones Federales. Esa corte está especializada en casos de demandas económicas contra el Gobierno estadounidense. Por tanto, la Administración podrá recortar esos fondos, de momento. En esta decisión, el presidente del tribunal supremo, John Roberts, se desmarcó de la mayoría conservadora de la Corte para alinearse con las tres juezas progresistas: Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson.
Pero en otra decisión de cinco jueces contra cuatro, el Supremo sí ha rechazado la solicitud del Departamento de Justicia de paralizar la sentencia del juez Young, que encontraba ilegales las instrucciones de la Administración de denegar la aprobación de fondos para la investigación sobre la identidad de género, sobre la diversidad y la inclusión y sobre las razones del rechazo a las vacunas entre parte de la población. Esas instrucciones declaraban los estudios en estas áreas de “poco valor y lejos de la misión” de los NIH.
En la demanda, los abogados representantes de los Estados alegaron que los temas vetados a la investigación no estaban bien definidos y la política de cancelación de los fondos de estudio se aplicaba de manera poco consistente. La desaparición de esas bolsas de investigación, además, tenía un impacto enorme entre los centros de investigación, que se han visto obligados a despedir a personal y cancelar proyectos en marcha en áreas desde la depresión y la enfermedad de Alzheimer al cáncer de mama -problemas que afectan de modo desproporcionado a las minorías-.
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