Voces desde Gaza tras el anuncio de la expansión militar israelí: “Será más difícil que la guerra que ya hemos vivido”
Residentes en la capital de la franja palestina denuncian que una nueva ocupación supondrá más desplazamientos y nuevas “humillaciones” para una población que ya acumula casi dos años de durísimas condiciones


Nadosha Jawad, de 31 años, no termina de entender el anuncio del Gobierno israelí de extender su ofensiva en la Franja y ocupar Ciudad de Gaza, capital del enclave y su hogar. “La decisión de [Benjamín] Netanyahu es terrorífica”, cuenta a través de WhatsApp —como todos los consultados para este artículo— desde el barrio Mashrou Amer, en el norte de la ciudad. “Si se lleva a cabo, será más difícil que los dos años de guerra que ya hemos vivido”, asegura.
En la madrugada de este viernes, tras una reunión de más de 10 horas, el Gabinete de Seguridad israelí aprobó un plan para tomar el control de Gaza, según anuncia en la cuenta de X la oficina del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. La publicación detalla “cinco principios para terminar la guerra”: El desarme de Hamás; la liberación de los rehenes; la desmilitarización de la Franja; que Israel controle la seguridad en Gaza y el establecimiento de un Gobierno civil que no incluya a Hamás ni a la Autoridad Nacional Palestina (que gobierna en Cisjordania).
Jawad, que era productora cinematográfica antes de la guerra y estaba a punto de comenzar un doctorado en Ciencias Audiovisuales y Cine, dice que no se puede imaginar “cómo será una nueva ocupación: nuevos desplazamientos y nueva humillación. No sabemos a dónde podríamos ir”. Y, en efecto, no hay lugar a donde escapar: el 88% de la Franja ha sido declarada por Israel como zona militarizada o evacuada, según la ONU, y casi la totalidad de los dos millones de personas que viven en Gaza se encuentran acorraladas en el 12% restante.
El mandatario israelí, sin embargo, se enfrenta a una fuerte oposición interna. El jefe del ejército, Eyal Zamir, ha criticado el plan argumentando que pondría en peligro la vida de los rehenes y supondría riesgos adicionales para unas tropas desgastadas tras casi dos años de guerra. Además, las familias de los rehenes que permanecen en Gaza —se estima que alrededor de 50, de los cuales 20 estarían con vida— han emitido un comunicado en el que aseguran que Netanyahu los “está llevando a una catástrofe colosal para los rehenes y nuestros soldados”. Yair Lapid, el líder de la oposición israelí, por su parte, ha calificado la decisión como “un desastre que traerá más desastres”.
“El nivel de violencia y terror que utilizan las tropas israelíes para obligarnos a irnos, con ataques y bombardeos, es inmenso”, enfatiza Jawad, quien confiesa que tenía alguna esperanza de que la guerra pudiera terminar con una negociación, “y de repente Netanyahu anuncia que va a ocupar la Franja”. “No hemos tenido la oportunidad de regresar a nuestras casas, ni de asentarnos un poco, y ahora esto”.
“No me quiero imaginar cómo será”, asegura, recordando que también han estado sufriendo por el hambre, que ha matado a casi 200 personas, incluidos 96 niños, desde octubre de 2023, según datos del Ministerio de Sanidad gazatí, en manos de Hamás.
“Desplazar a un millón de familias”
Maysoun Awad (44 años), asegura desde el campo de refugiados de Nuseirat, en el norte de la Franja, que “ocupar Ciudad de Gaza y desalojar a su gente significa desplazar a más de un millón de familias sin refugio y carentes de las necesidades humanas más básicas”. Madre de cinco hijas, Awad cuenta que Israel destruyó su casa en un bombardeo contra Ciudad de Gaza; su esposo está inmóvil por una enfermedad y sus hijas se enfrentan a la desnutrición por la escasez de alimento. “No tengo cómo proveer para ellas y su salud se está deteriorando rápidamente”, expresa.
“La decisión de Netanyahu significa pérdida de tierra y de gente; desplazamiento; la propagación de enfermedades; falta de vivienda. Una vida inhumana que nos priva de nuestro derecho a nuestra tierra y destruyendo la causa palestina”, enfatiza Awad, que pide que al mundo reaccionar “antes de perder más de lo que ya hemos perdido”.

La comunidad internacional también ha hecho explícito su rechazo a la expansión de las operaciones militares en Gaza. Alemania, que ha sido el principal defensor de Israel en Europa y que hasta este momento había sido renuente a tomar acciones concretas para presionar a Israel, ha anunciado que prohíbe la exportación a Israel de armas que puedan usarse en Gaza. Otros países, incluidos España, el Reino Unido, Turquía y Australia, así como la UE y varias naciones árabes como Egipto, Jordania y Arabia Saudí, han manifestado su condena y han instado a Israel “reconsiderarla”.
La ONU, que alertaba desde hace días de las “consecuencias catastróficas” que tendría la ocupación total de la Franja, ha reiterado, a través de su alto comisionado de Derechos Humanos, Volker Turk, que el plan israelí “resultará en más desplazamiento forzado, más muerte, más sufrimiento, destrucción sin sentido y crímenes atroces”.
Para Ahmed al Danaf (25 años), el anuncio de ocupar Gaza no dista mucho de lo que ya sucede sobre el terreno. “Netanyahu ya controla la Franja”, asegura desde Ciudad de Gaza, “la mayoría ya está ocupada y queda muy poco”. Aunque advierte: “la operación que planean sin duda provocará la muerte de inocentes y la destrucción de lo que queda de las casas que alguna vez albergaron un rastro de vida”.
Reema Mahmoud (34 años), por su parte, se resigna: “Netanyahu puede ocupar Gaza o no, tal vez sea solo presión política para cerrar un acuerdo de liberación de los rehenes, pero en Gaza ya lo perdimos todo y la vida no tiene sentido”.
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