El exlíder laborista Corbyn lanza un nuevo partido para recoger el descontento de la izquierda con Starmer
La formación, aún sin nombre, se presenta como el ariete “contra ricos y poderosos” y la plataforma “para redistribuir la riqueza”


En política, los muertos mal enterrados regresan con afán de venganza y peligro redoblado. Jeremy Corbyn, el líder del Partido Laborista que el actual primer ministro británico, Keir Starmer, defenestró, humilló y expulsó del partido, ha anunciado este jueves la creación de una nueva formación destinada a arremeter contra “los ricos y los poderosos” y a capitalizar un voto de izquierdas profundamente decepcionado con el actual Gobierno. No podía elegir mejor momento, cuando Starmer ha tenido que redoblar esfuerzos para frenar una rebelión de más de 100 diputados contra sus recortes sociales.
“Ha llegado la hora de un nuevo tipo de partido político. Uno que esté enraizado en nuestras comunidades, sindicatos y movimientos sociales. Uno que construya poder en todas las regiones y naciones [el Reino Unido lo componen cuatro ‘naciones’: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte]. Uno que te pertenezca a ti”, ha escrito Corbyn en un comunicado destinado a construir base y recabar apoyos entre los votantes y afiliados laboristas desencantados.
El veterano político, con 76 años, militaba en el laborismo desde su adolescencia. Adscrito a la corriente izquierdista del histórico Tony Benn, fue marginado durante la etapa de Tony Blair. Su ocasión llegó en 2015, cuando los años de austeridad de los gobiernos conservadores impulsaron un descontento popular que comenzó a ver con buenos ojos las recetas tradicionales del progresismo británico. Respaldado por un nuevo movimiento, Momentum, muy cercano a lo que en España pudo ser el 15-M, pero más organizado e inmerso en el Partido Laborista como una de sus corrientes, Corbyn logró hacerse con el liderazgo de la izquierda.
Ni en 2017 ni en 2019, las dos ocasiones en que fue candidato en las elecciones generales, obtuvo la victoria. Pero quedó muy cerca. En el 17, con 12,8 millones de votos. En el 19, con 10,3 millones de votos. Cinco años después, en 2024, Starmer llevó al laborismo al poder con una abrumadora mayoría parlamentaria que tenía algo de espejismo. Fue el hundimiento de los conservadores y el auge de la derecha populista de Nigel Farage lo que aupó a la izquierda. En realidad, el número total de votos logrado apenas llegó a los 9,6 millones de votos, muy por debajo del respaldo obtenido por Corbyn.
El descenso popular del líder izquierdista no fue tanto resultado de sus propuestas, no tan radicales como las pintaba la derecha mediática, como de su tibieza a la hora de combatir el Brexit. Corbyn procedía de una era en la que el laborismo veía con recelo al “monstruo capitalista” engendrado en Bruselas, y aunque oficialmente siempre defendió la permanencia en la UE, aceptó demasiado rápido el resultado del referéndum de 2016 y rehuía constantemente ese debate.
Starmer, que había formado parte del equipo del veterano izquierdista y se encargaba de la cartera del Brexit, comenzó a demoler a su antecesor apenas le sucedió en el liderazgo. Abrió contra él un expediente por antisemitismo, se distanció de sus políticas más a la izquierda y le arrinconó hasta expulsarlo del partido. Corbyn se presentó en 2024 como candidato independiente por su circunscripción de Islington, en Londres, y obtuvo un escaño.
Junto a otros cuatro diputados independientes ha sido la voz más crítica contra Starmer por su excesiva condescendencia con Israel y su tenue voz, al menos hasta ahora, en defensa de la población palestina en Gaza. Corbyn ha lanzado su nueva formación en colaboración con Zarah Sultana, otra feroz crítica del actual primer ministro que decidió abandonar el grupo parlamentario y convertirse en una voz independiente en la Cámara de los Comunes.
La página web de la nueva formación se llama YourParty.UK (Tu Partido UK), pero Corbyn y Sultana han dejado claro que no será ese el nombre de un partido. Quedan meses de consultas con los simpatizantes para elegir nombre y programa electoral. El comunicado que anuncia su creación, sin embargo, ya deja claro que los objetivos centrales serán “la redistribución de la riqueza y el poder, más impuestos para los ricos, nacionalización de la energía, el agua, los ferrocarriles y el servicio postal, la construcción de miles de viviendas de protección social y la lucha contra las grandes petroleras.
Y una posición contraria a Israel mucho menos ambigua que la de Starmer: “Millones de personas están horrorizadas ante la complicidad del Gobierno en crímenes contra la humanidad. Debemos defender más que nunca el derecho a protestar contra el genocidio. Creemos en la idea radical de que toda vida humana tiene el mismo valor”, asegura el manifiesto de Corbyn, que coincide en el tiempo con la decisión del Gobierno de Starmer de criminalizar como terrorista a la organización Palestine Action, responsable de boicoteos y sabotajes en bases militares y propiedad pública.
El nuevo partido tiene una larga andadura por delante, y mucho que demostrar, pero llega en un momento de debilidad extrema de Starmer y marca una clara línea roja entre sus propuestas políticas y las del primer ministro. Frente a un endurecimiento del discurso contra la inmigración irregular por parte del Gobierno, Corbyn señala que “los grandes problemas de nuestra sociedad no son provocados por los migrantes o los refugiados, como pretenden convencernos. Son fruto de un sistema económico que protege los intereses de multimillonarios y grandes corporaciones”, añade.
La respuesta oficial del Partido Laborista al movimiento de Corbyn ha sido fría y breve, como queriendo quitarle importancia: “El electorado ya emitió en dos ocasiones su veredicto ante un partido liderado por Corbyn”, ha dicho una fuente de la formación a la BBC, ignorando que, en esas dos ocasiones, el veredicto fue notablemente superior al logrado por Starmer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
