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La ola de violencia en Siria lleva a Israel a aceptar un despliegue limitado de las tropas de Damasco en Sueida

EE UU afirma que hay un alto el fuego mientras el Estado judío da marcha atrás y trata de recuperar la calma con ayuda del ejército de Damasco, al que ha bombardeado esta semana

Siria
Luis de Vega

La ola de violencia que ha dejado casi 600 muertos desde el pasado domingo en la región siria de Sueida ha forzado a Israel a permitir la entrada de las tropas de Damasco en la zona de conflicto unos días después de exigir su retirada. En la mañana de este sábado está ya comenzando ese despliegue, según fuentes del Ministerio del Interior sirio citadas por la agencia Reuters. Mientras, Estados Unidos asegura que ambas partes han acordado un alto el fuego, aunque las treguas anunciadas esta semana se han ido rompiendo.

En una muestra más de que pretende ser quien lleve las riendas de los acontecimientos dentro del país árabe, Israel ha informado de que ha llegado a un acuerdo con el ejército sirio para que se despliegue de manera limitada durante dos días en la convulsa Sueida. El alto el fuego anunciado el miércoles sigue sin cumplirse y los muertos se cuentan por decenas cada día por los enfrentamientos entre población drusa, a la que defiende Israel, e integrantes de tribus beduinas, aliadas del ejército sirio. Ese pacto supone un cambio frente a la manera de actuar hasta ahora de las autoridades israelíes, que habían optado a lo largo de esta semana por los ataques sobre los militares que habían avanzado hacia Sueida, los bombardeos a instalaciones militares en Damasco y las amenazas al Gobierno que lidera de manera interina el exyihadista Ahmed al Shara.

Estados Unidos afirmó a última hora del viernes que Israel y Siria han acordado un alto el fuego con la ayuda de Washington, según ha publicado el enviado especial estadounidense a Siria, Tom Barrack, en su perfil de X (antes Twitter).

“Ante la actual inestabilidad en el suroeste de Siria, Israel acordó permitir el ingreso limitado de las fuerzas de seguridad interna [sirias] a la región de Sueida durante las próximas 48 horas”, señaló este viernes un funcionario israelí que ha pedido no ser identificado, según publican varios medios. Ese anuncio tuvo lugar un día después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu prohibiera al ejército sirio desplazarse hacia el sur de Damasco y asegurara que esta zona debía ser desmilitarizada. El jueves, Al Shara había acusado a Israel de atacar la “unidad del pueblo” sirio y afirmó que la defensa de la minoría drusa es una “prioridad” para Damasco.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó este viernes de “feroces enfrentamientos” en los suburbios occidentales de la ciudad de Sueida, cerca de la aldea de Walgha, después de que miembros de tribus beduinas incendiaran propiedades pertenecientes a personas de la comunidad drusa en la citada aldea y en la de Al Mazraa entre la noche del jueves y la mañana del viernes. Citando a sus colaboradores sobre el terreno, apuntan a un incremento de la violencia en zonas rurales frente a la calma tensa que se vive en el casco urbano de Sueida, y cifran los muertos desde el domingo por la violencia sectaria en al menos 596.

Medios como la BBC o Reuters dan cuenta del alto grado de violencia en la zona, mientras la ausencia de combates en las últimas horas en algunas zonas es aprovechada para recoger cadáveres de calles y viviendas. Rima (pseudónimo), una mujer drusa de 45 años y vecina de Sueida, ha contado al canal británico por teléfono que ha sido testigo de escenas “bárbaras”. “Había cadáveres por todas partes fuera de nuestro edificio”, describe, mientras hombres armados —fuerzas gubernamentales y combatientes extranjeros— recorrían su barrio yendo de puerta en puerta en busca de víctimas.

Ejecuciones sumarias y arbitrarias

Naciones Unidas ve indicios, según la información disponible, de “violaciones y abusos generalizados, incluyendo ejecuciones sumarias y arbitrarias, secuestros, destrucción de propiedad privada y saqueo de viviendas” en Sueida. Así lo ha manifestado desde Ginebra la portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, que agrega que “entre los presuntos autores se encontraban miembros de las fuerzas de seguridad y personas afiliadas a las autoridades provisionales, así como otros elementos armados de la zona, incluidos drusos y beduinos”. Empujadas por la violencia, ya hay unas 2.000 familias desplazadas, según la portavoz. Muchos hospitales tienen dificultades para atender la afluencia de heridos, señaló también la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR).

El repunte de la violencia hace temer un empeoramiento en la situación en Oriente Próximo. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, llamó este viernes a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para intercambiar opiniones sobre el conflicto sirio y un posible agravamiento de la tensión en la zona. El presidente turco, que se muestra favorable a la presencia del ejército de Damasco en Sueida, ha pedido que Israel deje de atacar la soberanía siria.

En cuanto a los disturbios vividos especialmente el miércoles en los Altos del Golán sirios ocupados por Israel, la vuelta a la calma se apreciaba el jueves en la principal localidad de la zona. Cientos de personas pasaron de uno a otro lado de la valla que separa territorio controlado por el Estado judío del que administra Damasco. Poco a poco han ido regresando cada uno a su lado mientras las autoridades israelíes levantan un muro de hormigón delante del doble obstáculo de alambrada escenario de esos altercados en la ciudad de Majdal Shams.

Los últimos movimientos del Gobierno de Netanyahu reflejan su deseo de controlar manu militari los asuntos internos de países vecinos como Siria, Líbano o Irán. El miércoles, el propio primer ministro se vanaglorió de haber impuesto un alto el fuego que, finalmente, no ha cuajado. “Este alto el fuego se logró con fuerza. No con peticiones ni súplicas, sino con fuerza. Estamos alcanzando la paz con fuerza, la tranquilidad con fuerza, la seguridad con fuerza”, señaló el primer ministro, que lidera un Gabinete en el que varios ministros han pedido abiertamente la eliminación del presidente Al Shara.

El presidente sirio es un antiguo miembro de la red terrorista Al Qaeda reconvertido en político después de liderar el derrocamiento del régimen de Bachar al Asad el pasado diciembre. Más de medio año después, Al Shara sigue buscando su sitio. A nivel interno, las luchas sectarias y rendición de cuentas frente a minorías siguen presentes en el país. A nivel externo, hay serias dudas de que haya olvidado del todo su deseo por imponer la sharía (ley islámica), aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo defiende y, además de reunirse con él, ha levantado las sanciones a Siria.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear en la sección de Madrid. Antes trabajó en el diario Abc, donde entre otras cosas fue corresponsal en el norte de África. En 2024 ganó el Premio Cirilo Rodríguez para corresponsales y enviados especiales.
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