Claves del ataque de Estados Unidos contra el corazón del programa nuclear de Irán
El ejército estadounidense utilizó bombarderos B-2 y submarinos para golpear con bombas antibúnker y misiles de crucero las plantas de Fordow, Isfahán y Natanz

Unos minutos antes de las ocho de la tarde en Washington, a las dos de la mañana en la España peninsular, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envió un mensaje a través de su red, Truth Social, en el que informaba de que su ejército había llevado a cabo un “exitoso ataque” en tres instalaciones nucleares de Irán. Las plantas alcanzadas por la ofensiva estadounidense, según la información facilitada por Trump, son Natanz, Isfahán y Fordow, tres iconos del programa nuclear iraní.
“Todos los aviones regresan sanos y salvos a casa”, señaló el mandatario norteamericano. “¡Felicitaciones a nuestros grandes guerreros estadounidenses! Ningún otro ejército en el mundo podría haber hecho esto. ¡AHORA ES EL MOMENTO DE LA PAZ!“. Había comenzado la Operación Martillo de Medianoche.
Comparecencia. Unos minutos después, Trump comparecía flanqueado por el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el vicepresidente, J.D Vance. “Irán, el matón de Oriente Próximo, debe ahora aceptar la paz. Si no, futuros ataques serán mucho mayores - y mucho más fáciles”, manifestó el presidente estadounidense en una comparecencia de unos cuatro minutos.
Ataque. Según los detalles de la operación facilitados por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe de Estado Mayor, el general Dan Caine, el ejército estadounidense utilizó siete bombarderos B-2 de la base aérea Whiteman, en Misuri, así como submarinos. Estados Unidos cuenta con una veintena de B-2, algunos de ellos estacionados en la base de la isla de Diego García, en el Índico, a unos 3.500 kilómetros de territorio iraní.
En total, el ejército estadounidense utilizó en la ofensiva 125 aviones, incluidos los bombarderos, aviones de combate, aviones de reabastecimiento y de vigilancia, y se lanzaron 75 proyectiles, incluidas las bombas GBU-57.
Pese a que este sábado hubo informaciones sobre el despegue de varios de estos aparatos furtivos desde territorio norteamericano hacia el oeste, fue otro grupo de B-2 en dirección este el que atacó Natanz, Isfahán y Fordow.
Según fuentes oficiales citadas por The New York Times, los B-2 lanzaron bombas antibúnker GBU-57 de más de 13.000 kilogramos sobre Fordow y, al menos una contra la planta de Natanz. Isfahán, según estas mismas informaciones fue bombardeada a través de misiles de crucero lanzados desde los submarinos desplegado en la región.
Los objetivos. Uno de los objetivos más codiciados para Israel y, por tanto, para su aliado estadounidense, es la planta de enriquecimiento de combustible (uranio) de Fordow, situada bajo tierra a unos 80 metros de profundidad, junto a la ciudad sagrada de Qom y a unos 90 kilómetros al suroeste de Teherán. El OIEA constató en marzo de 2023 que las centrifugadoras de Fordow, capaces de enriquecer el uranio a niveles del 60%, por encima de lo requerido para el uso civil, han llegado a hacerlo al 83,7%, cerca ya del 90% necesario para montar un arma nuclear.
A 225 kilómetros al sur de la capital iraní se sitúan las instalaciones de enriquecimiento de Natanz (provincia de Isfahán), seguramente uno de los lugares más custodiados del país. La planta de Natanz se extiende en la superficie por más de tres kilómetros cuadrados, según la organización NTI (siglas en inglés de Iniciativa contra la Amenaza Nuclear). Bajo tierra, a unos 50 metros de profundidad, se despliega un extenso entramado de túneles y salas que albergan el blanco fundamental de las bombas israelíes: las centrifugadoras de uranio y un taller en el que se fabrican.
Los misiles de crucero estadounidenses se han dirigido hacia otros puntos de la provincia de Isfahán, que no solo alberga la base militar aérea de Shekari, el principal complejo de ensamblaje de misiles del país, la fábrica de los drones Shahed-136 y una empresa que produce armamento antiaéreo para el Ministerio de Defensa. En ella se alzan también el complejo de investigación nuclear más importante de Irán.
Reacción. El ministro de Exteriores iraní, Abás Aragchi, ha dicho que Irán sólo regresará a la mesa de negociaciones cuando haya dado una “respuesta” al ataque perpetrado por Estados Unidos contra sus instalaciones nucleares y cuando la “agresión estadounidense e israelí” sobre su territorio se detenga. Araghchi ha afirmado además que Teherán se reserva “todas las opciones” para responder al ataque de EE UU.
Irán ha solicitado también al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la convocatoria de una reunión extraordinaria para condenar los ataques “ilegales” e “imprudentes” lanzados. Al menos diez personas resultaron heridas leves en Israel tras la andanada de misiles iraníes lanzada de madrugada contra Israel como primera represalia al bombardeo contra las instalaciones nucleares iraníes.
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