Alemania condena a cadena perpetua a un médico sirio por torturas a opositores durante el régimen de El Asad
La justicia concluye que Alaa M., de 40 años, que llegó al país como refugiado, es culpable de crímenes contra la humanidad


La justicia alemana ha condenado este lunes al médico Alaa M. a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad tras juzgarlo por torturar y matar a detenidos en hospitales militares bajo el régimen del ya depuesto presidente Bachar el Asad en su país natal, Siria. Alaa M. llegó a Alemania como refugiado en 2015 y fue detenido cinco años después al reconocerle varias víctimas también acogidas en el país.
En 2011 y 2012, este médico de 40 años trabajó en un hospital militar y en una prisión del servicio secreto militar en Homs, donde maltrató a presos considerados opositores al régimen, según la acusación. En el juicio se le imputaron dos muertes y nueve casos de tortura grave.
La pena máxima dictada por el Tribunal Superior Regional de Fráncfort pone fin así a casi tres años y medio de juicio en el que las víctimas relataron las graves agresiones sufridas, como golpes, patadas y también quemaduras que el médico provocaba vertiendo líquidos inflamables sobre partes del cuerpo y prendiéndoles fuego. En un caso, quemó la zona genital a un niño de 14 años y en otro, trató una fractura de pierna sin suministrar anestesia y después se jactó de ello ante sus compañeros, según los denunciantes.
El tribunal establece que se trata de una condena de especial gravedad, lo que prácticamente excluye la posibilidad de que Alaa M. salga de la cárcel tras 15 años, cuando en otros casos se revisa la situación de un sentenciado a cadena perpetua.
Eliminación de civiles
“Los hechos juzgados causaron lesiones graves en el cuerpo y el alma a nueve personas y la muerte de dos”, declaró el presidente del tribunal, Christoph Koller, al dictar la sentencia en la que se describen los actos del procesado en el hospital militar de Homs. “Allí formaba parte de un grupo de médicos conocido como el ‘grupo de eliminación”, indicó. “Las víctimas eran civiles detenidos que se consideraban opositores al entonces gobernante Bachar el Asad”.
El juez indicó también que el médico tenía “tendencias sádicas y las satisfacía mediante la tortura”. “El acusado disfrutaba especialmente infligiendo dolor físico a personas que consideraba inferiores y menospreciables”, afirmó Koller, que destacó que el veredicto es una forma de mostrar “que el sufrimiento de las víctimas no se olvida”.
Asimismo, el presidente del tribunal subrayó que sin “la disposición y el valor de los testigos” no se habría podido esclarecer los hechos y denunció que el régimen de El Asad intentó influir en el proceso hasta su caída, pero a pesar de las amenazas, los testigos relataron los hechos en la vista pública.
Alaa M. llegó a Alemania en 2015, como cientos de miles de refugiados sirios. A diferencia de muchos de sus compatriotas, el acusado desembarcó en Europa procedente de Beirut, gracias a un visado de trabajo concedido a profesionales extranjeros. Hasta el momento de su detención, había trabajado como ortopedista en varias clínicas, la última en Bad Wildungen, en el norte de Hesse. En el verano de 2020, este padre de familia fue detenido después de que varias víctimas lo reconocieran en un documental televisivo sobre la ciudad siria de Homs. Desde entonces, se encontraba en prisión preventiva.
Al comienzo del juicio, Alaa M. había minimizado su entusiasmo por el régimen de El Asad. Sin embargo, después aparecieron chats de 2011 y 2012 que revelaban su admiración por el dictador. Además, antiguos compañeros de trabajo lo describieron ante el tribunal como un ferviente admirador del régimen, e incluso afirmaron que tenía una foto del dictador pegada en la ventanilla de su coche. Mantuvo su inocencia hasta el final y el último día de juicio dijo que había sido ingenuo y había caído en las redes de la propaganda de El Asad.
Este juicio se enmarca en un esfuerzo de la justicia alemana por depurar responsabilidades por crímenes cometidos más allá de sus fronteras. El hecho de que el médico tuviera que responder ante un tribunal alemán por delitos cometidos en Siria se debe al llamado principio de jurisdicción universal en el derecho penal internacional. Este principio permite perseguir posibles crímenes de guerra cometidos por extranjeros en otros Estados.
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