Rusia y Ucrania acuerdan intercambiar buena parte de sus prisioneros y Kiev reclama a los niños deportados a territorio ruso
La delegación rusa en las negociaciones de Estambul exige que Kiev se retire de los territorios ocupados por Moscú y que deje de recibir ayuda de terceros países

La segunda ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania bajo mediación turca, tras la celebrada a mediados de mayo, concluyó este lunes con avances modestos. La parte ucrania observa un “buen progreso en el aspecto humanitario”, según la valoración ofrecida al término del encuentro celebrado en Estambul, que duró poco más de una hora. Sin embargo, no se hicieron avances respecto a la petición ucrania de un alto el fuego incondicional, pues, si bien Kiev envió su propuesta a Moscú la semana pasada, los rusos no presentaron su documento hasta llegar a Estambul, por lo que las partes se han dado una semana para estudiarlo.
“Los resultados no son negativos”, resumió una fuente diplomática turca presente en las negociaciones. Mucho más complejo será el entendimiento en cuanto a una posible tregua. Para contemplarla, Moscú exige a Kiev que retire sus tropas de suelo ruso y también de los territorios ocupados por las tropas rusas, así como renunciar a recibir ayuda de terceros países, entre otras condiciones.
Lo acordado es un amplio intercambio de prisioneros de guerra. “Hemos acordado centrarnos en categorías específicas, en lugar de en números, intercambiando todos por todos”, explicó el ministro de Defensa ucranio, Rustem Umerov, que lidera el equipo negociador de este país. Este “todos por todos” implica que, en lugar de como hasta ahora —cuando se liberaba a un mismo número de prisioneros por cada parte—, se devolvería a todos los prisioneros de cada categoría sin importar el número que haya capturado cada uno de los bandos.
Las categorías pactadas son, por un lado, “prisioneros heridos o enfermos de gravedad” y, por otro, “soldados jóvenes de entre 18 y 25 años”, aunque en este segundo caso se hará por tandas de 1.000 por 1.000, puntualizó el líder de la delegación rusa, Vladímir Medinski. Además, se ha pactado intercambiar 6.000 cuerpos de soldados caídos por el mismo número del otro bando.
Igualmente, Kiev presentó una lista de “varios cientos de niños ucranios deportados a Rusia”, según explicó Umerov. “Este tema es una prioridad fundamental para nosotros. Si Rusia está comprometida de manera genuina con el proceso de paz, la devolución de al menos la mitad de los niños de esta lista sería un indicio positivo”, subrayó el ministro ucranio.
El responsable de la delegación rusa ha negado que su país haya desplazado a miles de niños de sus hogares, un crimen de guerra por el que el Tribunal Penal Internacional tiene en busca y captura a su presidente, Vladímir Putin, y a la Defensora del Menor rusa, María Lvova-Belova. “Siempre que intentamos documentar qué tipo de niños han sido robados por la Federación de Rusia no había listas”, ha declarado Medinski, que ha justificado el traslado de menores por la guerra —“Los niños que se encontraban bajo fuego fueron evacuados, pero si tenían una familia, fueron devueltos”— y ha puesto como ejemplo que Moscú ha entregado ya 101 menores a Kiev y Ucrania otros 20 a Rusia. Posteriormente, explicó que, en Estambul, “Ucrania ha transmitido una lista con los nombres de 339 familias de menores ucranios que reclaman su vuelta a casa”, informa Javier G. Cuesta desde Moscú.
Negociación de la tregua
El punto de desacuerdo es el alto el fuego, que Rusia rechaza que sea incondicional. “Los esfuerzos diplomáticos deberían ser acompañados por un alto el fuego, porque solamente si las armas callan podremos hablar nosotros. Es muy difícil que, mientras los civiles ucranios son asesinados diariamente, podamos debatir sobre territorio o garantías de seguridad”, criticó el asesor presidencial ucranio, Oleksandr Bevz, en la rueda de prensa posterior al encuentro con Rusia.
Las condiciones rusas para la tregua fueron presentadas al inicio de la reunión en Estambul, dentro de un memorándum que, según explicó Medinski, consta de dos partes, una enfocada en el alto el fuego y la otra una hoja ruta sobre cómo “lograr una paz real y duradera” (Kiev envió su propuesta ya la pasada semana para que los rusos pudieran evaluarla antes de la reunión del lunes).
En la oferta rusa de tregua se incluyen dos opciones. La primera exige que las fuerzas ucranias se retiren completamente tanto del territorio ruso como de cuatro regiones ucranias ocupadas parcialmente por las tropas rusas (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia), y se sitúen “a una distancia a determinar por las partes de la frontera rusa”. La segunda es un compendio de demandas que, aunque no pide la retirada total de estas provincias (sino la congelación de las líneas del frente y la retirada de las cercanías de la frontera rusa), incluye provisiones muy difíciles de aceptar por Kiev, como el inicio de la desmovilización de sus fuerzas, el fin de la ley marcial y que se detenga el flujo de la ayuda que reciben de terceros países. Ese requisito se refiere no solo al armamento, sino también al material de comunicaciones, la inteligencia y los asesores militares.
Para negociar la paz completa, las exigencias rusas son aún más duras e incluyen la renuncia de Kiev a acceder a instituciones occidentales como la OTAN o la UE, lo que desde el punto de vista ucranio le deja a merced de futuros ataques rusos.
Otro punto de desavenencia es la negativa rusa a que Estados Unidos o los países europeos participen en las negociaciones. “No podemos hablar de seguridad a largo plazo en Europa, a la que pertenece Ucrania, sin la implicación de Estados Unidos y nuestros socios europeos. Cuando alcancemos el punto de un alto el fuego o de un acuerdo de paz, necesitamos a alguien capaz de monitorizarlo. Y nos parece que EE UU es el que tiene la capacidad de hacerlo”, afirmó el viceministro ucranio de Exteriores, Seryi Kislitsya, que también participa en las conversaciones. De hecho, la delegación ucrania se entrevistó con representantes de Alemania, Italia y el Reino Unido antes y después de la reunión con Rusia para “coordinar posiciones”.
Un aspecto sobrevoló la reunión: el audaz ataque ucranio a cinco bases militares en territorio ruso, donde sus drones destruyeron o dañaron un número significativo de aeronaves. Ninguna de las partes quiso confirmar o desmentir si se habló directamente de ello en los contactos cara a cara, pero el portavoz de Exteriores ucranio, Georgi Tiji, avisó: “Ucrania ofreció un alto el fuego a principios de mayo; si Rusia hubiera aceptado, esos aviones aún estarían en su lugar”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
