Ucrania inflige su mayor ataque a la aviación rusa en vísperas del encuentro con Moscú en Estambul
Las fuerzas ucranias destruyen con drones decenas de aviones estratégicos rusos y golpean por primera vez en Siberia
No queda rincón en Rusia que se mantenga al margen de la guerra. Las fuerzas armadas ucranias han mostrado la destrucción a plena luz del día de numerosos bombarderos estratégicos rusos en una incursión de drones contra cuatro aeródromos situados a lo largo y ancho de todo el país, incluida, por primera vez, en Siberia. Este ataque masivo ha tenido lugar en vísperas de la reunión prevista en Estambul de las dos partes, un encuentro al que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha confirmado este domingo la asistencia de su delegación.
Uno de los objetivos ha sido la base de Belaya, en la región siberiana de Irkutsk, situada a unos 5.000 kilómetros de la frontera que Moscú violó en 2022 al invadir el país vecino. Al mismo tiempo, otros aparatos no tripulados han alcanzado la base aérea ártica de Olenya, en la provincia de Murmansk, a unos 1.800 kilómetros al norte de Ucrania.
La operación ha sido realizada supuestamente mediante camiones de carga que transportaron decenas de drones a las cercanías de las instalaciones militares. Fuentes del ejército ucranio han asegurado a EL PAÍS que para el ataque en Siberia, los drones fueron transportados hasta el interior de Rusia mediante camiones comerciales.
“El SSU [Servicio de Seguridad de Ucrania] está llevando a cabo una operación especial a gran escala para destruir bombarderos en la retaguardia de la Federación de Rusia”, han informado las autoridades de Kiev. El SSU, junto a los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa (GUR), son los dos departamentos armados de Ucrania responsables de los bombardeos de largo alcance contra territorio ruso.
Los medios de comunicación ucranios aseguran que más de 40 aviones rusos han sido alcanzados, incluida una aeronave de reconocimiento A-50 y bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-22, capaces de lanzar armamento nuclear. Esta cifra no ha podido ser contrastada hasta ahora. El daño supondría unos 2.000 millones de euros y un duro golpe a la capacidad nuclear rusa, según las estimaciones ucranias.
El Ministerio de Defensa ruso, horas después de la ofensiva, ha citado una quinta base aérea atacada en la región siberiana de Amur. Según su comunicado, solo los aeródromos de Murmansk e Irkurtsk fueron alcanzados “y varias unidades aéreas ardieron”. El ministerio encabezado por Andréi Beloúsov afirma que “varios participantes del ataque” han sido detenidos.
Drones escondidos en tejados
El diario ucranio Pravda, la agencia estatal Ukrinform y la televisión pública Suspilne, citando fuentes anónimas del SSU, han detallado que el operativo fue preparado durante año y medio. Los drones fueron transportados primero dentro de Rusia. Se escondieron debajo de los tejados de unos bungalows de madera que eran transportados por estos vehículos. Llegado el momento, los tejados se abrieron remotamente y los drones fueron activados para llevar a cabo el ataque, según los medios ucranios.
Las autoridades aseguran que Zelenski siguió cada fase del plan y que los responsables de esta acción en suelo ruso “hace tiempo” que salieron del país. Zelenski ha afirmado que 117 drones fueron utilizados en un ataque que, según sus estimaciones, ha destruido un tercio de los aviones bombarderos estratégicos rusos.
El medio estadounidense Axios ha publicado que Kiev había informado previamente al Gobierno de Estados Unidos de la operación. La información de inteligencia estadounidense ha sido determinante durante los más de tres años de guerra para que el ejército ucranio golpeara bases rusas, para detectar el movimiento de sus bombarderos o el lanzamiento de sus misiles contra territorio ucranio.
La noticia del bombardeo contra bases tan estratégicas para el enemigo ha sido recibida con júbilo por gran parte de la sociedad ucrania, compartiéndose en redes sociales imágenes del ataque y cientos de mensajes celebrándolo. Una de las ideas más repetidas entre estos mensajes es que lo sucedido se asemeja al sabotaje que en 2022, mediante un camión bomba, destruyó parcialmente el puente de Kerch, la infraestructura que conecta Rusia con Crimea, la península anexionada ilegalmente por el Kremlin en 2014.
La cruz de este domingo para los intereses ucranios ha sido un nuevo ataque ruso contra un centro de entrenamiento militar ucranio en la provincia de Dnipró y que ha provocado por lo menos 12 muertos y 60 heridos. El jefe del Ejército de Tierra ucranio, Mijaílo Drapati, ha presentado su dimisión responsabilizándose en última instancia de lo ocurrido: “Intenté corregir los errores, pero si estas tragedias se han ido repitiendo, quiere decir que no hice lo suficiente”.
El Ministerio de Defensa ruso no ha ofrecido ninguna estimación de los daños. Rusia cuenta con alrededor de seis decenas de bombarderos Tu-95 cuyo coste unitario es secreto, aunque se estima que asciende a decenas de millones de euros. Un dron pequeño, por el contrario, vale de centenares a unos pocos miles de euros.
Un canal próximo a las fuerzas aéreas rusas, FighterBomber, ha señalado el punto débil de las defensas rusas. “Dado que los drones se usaron desde la distancia más corta, fue imposible interceptarlos con [cañones] Pantsir o [misiles] S-300. Así que es poco probable que las noticias sean buenas”.
La expansión de la guerra hacia el interior de Rusia es un motivo de inquietud para el Kremlin. “El punto desde el que se lanzaron los drones ya ha sido localizado. Era un camión. Lo importante es no entrar en pánico”, ha rogado a sus ciudadanos el gobernador de la provincia de Irkutsk, Ígor Kóbzev, en su cuenta oficial de Telegram.
“Los drones enemigos han volado por primera vez a territorio siberiano”, ha lamentado a su vez uno de los principales canales proguerra rusos de esta misma red social, WarGonzo, con más de 900.000 seguidores.
Otro gobernador, el jefe de la provincia de Murmansk, Andréi Chibis, ha pedido también calma a la población y no compartir fotos ni vídeos de los sistemas de defensa aérea.
Un medio vinculado a las fuerzas de seguridad, Mash, ha calificado de “masiva” la incursión. Según algunos testigos, los drones han caído sobre unas instalaciones militares tras ser avistados cerca de dos aldeas, Sredni y Novomaltinsk (en la región de Irkutsk). Las imágenes difundidas por algunos vecinos mostraban unas intensas columnas de humo negro en la zona.
El ejército ucranio asegura haber bombardeado también instalaciones militares de Diaguilevo e Ivánovo, situadas en provincias próximas a Moscú.
El gobernador de la región de Riazán, Pável Malkov, ha declarado que los restos de un dron derribado cayeron sobre un edificio residencial. Según los datos preliminares, su objetivo era la base de Diaguilevo, donde las fuerzas aéreas rusas tienen desplegados bombarderos estratégicos Tu-22.
Represalia rusa
Un portavoz del alto mando operativo del ejército ucranio para el sur del país indicó a este diario que las fuerzas militares están preparadas para recibir “una represalia rusa” desde esta misma tarde “que afecte a toda Ucrania”. Moscú llevó a cabo durante el mes de mayo varios de los mayores bombardeos a gran escala en ciudades alejadas del frente.
El ataque ucranio ocurre menos de un día antes de un nuevo encuentro con Rusia en Estambul para intentar negociar un alto el fuego. “Estamos haciendo todo lo posible para proteger nuestra independencia, nuestro Estado y nuestro pueblo. He definido las tareas para el futuro próximo y nuestra postura antes de la reunión en Estambul del lunes”, ha anunciado Volodímir Zelenski a un día de celebrarse la cita.
Zelenski ha reiterado la poca confianza que Ucrania tiene de que Rusia esté dispuesta a aceptar un alto el fuego. Su Estado Mayor da por hecho que Moscú ya ha puesto en marcha los preparativos para una gran ofensiva de verano en el frente de guerra.
Kiev exigía a Moscú, previo a la reunión en Turquía, la entrega del memorando con sus demandas para firmar una tregua. Esta segunda ronda de conversaciones estará encabezada por los mismos representantes que se vieron las caras el pasado 16 de mayo: el escritor Vladímir Medinski por la parte rusa, y el ministro de Defensa ucranio, Rustem Umerov, en nombre de Kiev.
La delegación rusa ya ha llegado a Estambul, según han publicado los medios controlados por el Kremlin. La respuesta de Moscú al ataque masivo de este domingo se conocerá en los próximos días. Además del posible impacto del bombardeo en las conversaciones de este lunes, Putin ha convocado “esta semana” a su Consejo de Seguridad.
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