Ir al contenido
_
_
_
_

Trump sugiere antes de la reunión comercial con China que una rebaja de los aranceles hasta el 80% “suena bien”

La guerra comercial iniciada por Estados Unidos ha provocado una escalada hasta el 145% en los gravámenes a las importaciones del país asiático

Scott Bessent, secretario del Tesoro, este viernes en Suiza, donde mañana se verá con los negociadores chinos para hablar de aranceles.Foto: MARTIAL TREZZINI (AP) | Vídeo: EPV
Iker Seisdedos

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este viernes —como acostumbra, de buena mañana y en un escueto mensaje en su red social, Truth— que un arancel del 80% a las importaciones chinas le “suena bien”. Ese post marca la primera oportunidad en la que Trump ofrece una alternativa al actual gravamen impuesto a los productos procedentes del país asiático: un 145%, cifra que fue creciendo entre órdagos lanzados por las dos potencias a medida que escalaba la guerra comercial iniciada por Washington.

El mensaje en Truth no se queda en esa sugerencia. Trump también descarga la responsabilidad en otro. “Scott B. decide”, escribe el presidente estadounidense. Scott B. es el secretario del Tesoro Scott Bessent, y está previsto que este se vea en Suiza este sábado para la primera toma de contacto con He Lifeng, zar económico chino, para iniciar conversaciones que tal vez deriven en un nuevo acuerdo comercial. Pekín carga ahora recíprocamente un 125% a las importaciones estadounidenses.

La diferencia entre una y otra cifra se debe a que Washington añade a ese 125% un 20% del “arancel del fentanilo”, gravamen que impuso Trump al principio de su segunda presidencia a tres países, además de China, México y Canadá, a los que culpa por la grave crisis de salud pública que el tráfico del potente opiáceo ha provocado en Estados Unidos. Las importaciones de Estados Unidos desde China cayeron en marzo hasta los 29.400 millones de dólares, su nivel más bajo desde marzo de 2020, en plena pandemia.

En mitad de ese escenario, China, de momento, parece afrontar las conversaciones con aplomo y un tono un punto desafiante. “No tenemos miedo”, declaró Hua Chunying, viceministra de Asuntos Exteriores, a la prensa este viernes. “No queremos ningún tipo de guerra con ningún país. Pero tenemos que afrontar la realidad”, añadió, según informa Reuters.

Junto a Bessent, se sentará este sábado a la mesa de negociación en Ginebra Jamieson Greer, representante de Comercio Internacional estadounidense. Después de conocerse el pasado martes la noticia de ese encuentro, que confirmaron después las autoridades chinas, Bessent declaró en Fox News que la primera toma de contacto se centraría en “rebajar las tensiones”. “Tenemos que hacerlo antes de que podamos avanzar”, agregó el responsable del Tesoro, que voló a Suiza el jueves, después de acompañar a Trump en el Despacho Oval durante el anuncio de un pacto comercial con el Reino Unido.

Ese acuerdo es el primero de los que llega desde que el presidente estadounidense anunció aranceles mal llamados “recíprocos” a decenas de sus socios comerciales. Después, se echó atrás, y los levantó para todos los países, menos para China. También dio 90 días a sus negociadores para que alcancen nuevos pactos comerciales. Esa tarea se está demostrando más ardua de lo que Trump auguraba.

Los detalles del pacto con el Reino Unido se concretarán en “las próximas semanas”, dijo Trump, pese a lo cual tanto él como el primer ministro laborista británico, Keir Starmer, lo calificaron de “histórico” y de “muy beneficioso para las dos partes”. Se sabe que queda en vigor el arancel universal del 10% a las importaciones británicas impuesto el pasado 2 de abril, aunque las tasas a los coches bajan del 25% al 10% hasta una cuota de 10.000 unidades anuales, y las del acero y aluminio (del 25% también) desaparecen. Los dos países han firmado también un acceso “recíproco” al mercado del vacuno. Y los aranceles al etanol también se esfuman.

Abrir los mercados

En otro mensaje en Truth, el presidente estadounidense escribió este viernes que “China debería abrir su mercado a Estados Unidos”. “¡¡¡Sería muy beneficioso para ellos!!! ¡¡¡Los mercados cerrados ya no funcionan!!!”, añadió. Tampoco está del todo claro si su errática y agresiva política comercial tiene el efecto deseado. Durante sus primeros 100 días en la Casa Blanca, los mercados cayeron como no se recordaba desde los tiempos de Gerald Ford (1974-1977).

Sus ataques arancelarios han provocado un resurgimiento del nacionalismo canadiense, y la victoria en las pasadas elecciones de Marc Carney y del Partido Liberal, que estaba enterrado en las encuestas antes de que Trump lanzara sus ataques al vecino del norte. Entre tanto, la actitud aislacionista de Washington está alentando la forja de nuevas alianzas entre capitales que buscan un plan B en vista de que ya no se puede confiar como se solía poder en la primera potencia mundial: esta semana, sin ir más lejos, la India y el Reino Unido firmaron un nuevo acuerdo de libre comercio.

En casa, la economía sigue comportándose de un modo admirablemente resistente. La creación de empleo se mantiene y la inflación está de momento sujeta, aunque el temor a que los aranceles eleven el costo de los productos de consumo de los estadounidenses sigue muy presente, también en la mente de Trump, que esta semana se ha enredado en la sugerencia a las niñas estadounidenses de que deberían conformarse con tener “dos muñecas en lugar de 30″.

Los indicadores de precios y del paro propiciaron que el miércoles pasado la Reserva Federal anunciara que mantiene de nuevo los tipos de interés, pese a las presiones de Trump para obtener una rebaja. Este viernes, el presidente estadounidense volvió a arremeter contra el presidente del organismo monetario, Jerome Powell. Lo hizo, una vez más, en Truth y a mitad de una mañana en la que concentró sus esfuerzos en comentar el estado de la economía y a opinar sobre quién debería dirigir “el muy cinocéntrico [diario] The Wall Street Journal”: “Los costes bajan, NO HAY INFLACIÓN. ¡[Un escenario] Muy distinto de lo que la Fed y los Medios de Noticias Falsas se esperaban!”, escribió.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_