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Israel envía una mínima representación al funeral de Francisco por sus críticas a la invasión de Gaza

Solo manda al sepelio en Roma a su embajador en el Vaticano. Netanyahu guarda silencio desde el lunes. Una cuenta oficial del Gobierno en redes sociales borró un mensaje de pésame

Papa Francisco
Antonio Pita

Casi todos los países despacharán simbólicamente a sus jefes de Estado o de Gobierno al funeral de Francisco, el último entierro de un papa en activo en dos décadas, que tendrá lugar el sábado en Roma. Israel, en cambio, ha optado por una representación al más bajo nivel (únicamente su embajador ante el Vaticano, Yaron Sideman), en un último gesto que subraya sus cuentas pendientes con Francisco, quien expresó frecuentemente su apoyo a la población de Gaza, donde acusó a Israel de exhibir “crueldad”, en vez de librar una guerra, y pidió que se investigue si está cometiendo un genocidio, como determinará el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, muy activo en redes sociales y nada parco en condolencias (la última, este mismo jueves, al presidente de India, Narendra Modi, por las víctimas del atentado en Cachemira), guarda silencio desde el fallecimiento, el lunes, cuando una cuenta oficial del Gobierno en redes sociales borró un mensaje de pésame horas después de publicarlo.

A última hora de este miércoles, el embajador Sideman publicó un mensaje en la red social X con el texto: “He venido esta tarde en representación del Estado de Israel para asistir al velatorio del Papa Francisco y presentarle nuestros últimos respetos”, acompañado de una fotografía con la cabeza gacha en señal de respeto dentro de la basílica de San Pedro. En el anterior funeral papal, el de Juan Pablo II, en 2005, Israel despachó tanto a su entonces presidente, Moshe Katsav, como al ministro de Exteriores, Silvan Shalom.

@Israel, una cuenta oficial y verificada del Gobierno en X, la red social antes llamada Twitter, publicó un breve mensaje el mismo lunes que falleció el máximo representante de la Iglesia católica. “Descanse en paz, papa Francisco, que su memoria sea bendecida”. Lo acompañaba de una imagen de su visita al Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, durante la gira que efectuó a la región en 2014. Horas más tarde, fue borrada sin explicación, pero algunos usuarios guardaban la captura. Las Embajadas de Israel en el extranjero recibieron además la orden no solo de no firmar, sino también de quitar la rúbrica si ya lo habían hecho, en el libro de condolencias de las legaciones de El Vaticano, según el diario Yediot Aharonot.

El único representante político israelí en dar públicamente el pésame ha sido el presidente, Isaac Herzog, que tiene un importante papel protocolario y proviene del laborismo. En su comunicado, describió a Francisco como “un hombre de profunda fe y compasión infinita”. El martes, en una reunión con un pequeño grupo de periodistas en Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, máxima autoridad católica en Tierra Santa en tanto que patriarca de Jerusalén, aseguró que no solo Herzog le había expresado sus condolencias, sino también el ministro del Interior, Moshe Arbel, que cuenta entre sus atribuciones la relación con la comunidad cristiana. Arbel, sin embargo, no lo ha hecho público. Pertenece a uno de los dos partidos de la coalición que representan a la población judía ultraortodoxa.

Desde el fallecimiento de Francisco, Netanyahu ha emitido comunicados con un discurso de agradecimiento a los bomberos que contribuyeron a apagar un incendio en el país o para dar cuenta de su reunión con un senador republicano de Estados Unidos, Bernie Moreno, y el embajador del país en Israel, Mike Huckabee. Ninguno versa sobre el Papa.

“Avergonzado” por la postura del Ejecutivo nacional, Gilad Kariv, un diputado israelí del nuevo partido opositor Los demócratas (que fusiona el laborismo y el partido pacifista Meretz), asistió a la misa en el Santo Sepulcro de Jerusalén en honor a Francisco para “expresar sus condolencias en nombre de la inmensa mayoría de los ciudadanos israelíes tanto a los creyentes cristianos que viven en Israel como a los cientos de millones de católicos en el mundo”, según explicó al diario The Times of Israel.

Las relaciones entre El Vaticano e Israel —empañadas por asuntos como la polémica postura del papa Pío XII durante el Holocausto, el histórico antijudaísmo de raíz católica, o, más recientemente, los ataques y escupitajos en el suelo al pasar cristianos en Jerusalén— se han deteriorado notablemente desde el 7 de octubre de 2023. Aunque el Papa siempre condenó con claridad el ataque de Hamás, se reunió con familiares de los rehenes israelíes y los incluyó en sus oraciones, fue crecientemente contundente sobre la invasión de Gaza. Algunos errores de traducción o informaciones de segunda mano contribuyeron a añadir leña al fuego. En su último discurso público, el mensaje de Pascua del Domingo de Resurrección, Francisco puso de nuevo el foco en el enclave palestino y denunció la “dramática situación humanitaria” que atraviesa tras 52 días consecutivos de castigo colectivo. Israel impide la entrada de cualquier tipo de alimentos, agua, medicamentos, y mantiene cortada toda la electricidad.

El asunto va más allá de lo diplomático, y afecta a lo político e incluso turístico. El Estado judío se esfuerza por presentar una imagen de respeto a las minorías religiosas, con un quinto de población musulmana o cristiana. Son, en su inmensa mayoría, descendientes de los palestinos que se quedaron en el actual territorio de Israel durante la Nakba (1947-1949), en la que cientos de miles huyeron o fueron expulsados por las milicias sionistas y el ejército de Israel para acabar en campamentos de refugiados de Gaza y Cisjordania o de países vecinos.

Hoy los cristianos suponen apenas el 2% de la población israelí, y en su mayoría son greco-ortodoxos, no católicos, pero comparten religión con muchos de los apoyos más férreos que recibe Israel en Estados Unidos y Europa. A esto se suma la importancia en el imaginario colectivo occidental de ciudades bíblicas como Nazaret, en Israel; de Jerusalén (episodios clave del Evangelio transcurren en la parte palestina de la ciudad ocupada por Israel desde hace medio siglo); o de Belén, en Cisjordania. Los franciscanos, como Pizzaballa, llevan ocho siglos en la zona con el título papal de custodios de Tierra Santa, desde que el sultán Saladino expulsara finalmente a los cruzados.

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Sobre la firma

Antonio Pita
Corresponsal para Oriente Próximo, tras cubrir la información de los Balcanes en la sección de Internacional en Madrid. De vuelta a Jerusalén, donde ya trabajó durante siete años (2007-2013) para la Agencia Efe. Licenciado en Periodismo y Máster de Relaciones Internacionales y Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid.
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