La edición de Le Monde que sale esta tarde a la calle en París explica que el presidente francés se mostrará dispuesto a ceder soberanía a cambio de que Alemania apoye la inyección de efectivo para superar la crisis de la deuda.
"La idea es conseguir que se acepta una pérdida de soberanía a favor de Europa", explica una fuente del Elíseo a Le Monde. Sarkozy asegura que, de esta forma, se ganará soberanía frente a los mercados.
El problema para Sarkozy es que, tanto desde la derecha como desde la izquierda, recibe críticas por las concesiones ante Alemania. Teniendo en cuenta que en primavera parte como claro perdedor en las encuestas, su posición es especialmente delicada. Pero la pérdida de la triple AAA para su deuda sería un duro golpe político.
Sarkozy comienza a hablar.
"Haces tres años, en el peor momento de la tormenta financiera, durante la peor crisis desde la II Guerra Mundial, en esta misma sala me dirige a los franceses. No escuché a aquellos que me dijeron que guardase silencio. Creo que para evitar el miedo había que decir la verdad a los franceses", arranca el presidente.
"Era una crisis grave, que tendría consecuencias. Decir la verdad era decir que todo el sistema bancario estaba amenazado, pero que no dejaríamos que ninguna banco fuese a la quiebra", prosigue el presidente.
"No socorrimos a los banqueros, sino las economías de los franceses. La quiebra de un banco hubiese arrastrado a los demás. Y esto no costó un céntimo a los contribuyentes".
El presidente reconoce que la vida de los franceses "es peor que al principio de la crisis" y pide a los ciudadanos que miren a los otros países europeos que no realizaron a tiempo la magnitud de la crisis. "España, Italia, Portugal, Grecia, Irlanda se han visto obligados a bajar salarios y subir los impuestos", señala.
Sarkozy hace referencias al discurso que pronunció en Toulon hace tres años, en el que hizo un llamamiento a refundar el capitalismo. También, hay que recordar, el presidente francés aseguró que no iba a llevar a cabo una política de austeridad.
"Hoy el miedo ha vuelto y tiene un nombre: es el miedo para Francia de perder el control de su destino. La única manera de acabar con este miedo es decir la verdad, que la crisis no ha terminado".
"La crisis de la deuda soberana sacude a Europa y es la misma crisis que hace tres años. La crisis de la deuda privada que ahora sacude a los estados. Una crisis que sacude a todos los países independientemente de su políticas e ideologías".
Como hizo en su discurso de 2008, Sarkozy ataca el poder de los mercados, que se instauró a finales de los años setenta, "cuando volvió la ideología del 'dejar hacer', olvidando las consecuencias de la crisis de 1929".
El Elíseo también está transmitiendo en directo el discurso a través de twitter.
"Ha comenzado un nuevo ciclo económico, bien diferente del anterior, un ciclo en el que la balanza de la economía caerá del lado del trabajo y la producción porque se ha acabado el ciclo de la deuda", prosigue Sarkozy, quien dice que los franceses no pueden ser imputados por la época que vivimos.
"Decir la verdad a los franceses es decir que esta situación se ha visto agravada tan brutalmente por la crisis que no podemos seguir así y por esta razón no podíamos retrasar la reforma de las pensiones. Negar esta realidad es mentir a los franceses".
"Permitir la jubilación a los 60 años es una decisión socialmente injusta".
"Hay que devolver a Francia el control sobre su destino y por eso Francia debe prepararse. Hay tres formas de responder a la crisis. La primera es negarlo. Eso es mentir a los franceses. La segunda es elegir entre la austiridad, el rigor, la deflación, bajada de los salarios, llevar todo el peso de la crisis sobre el poder adquisitivo de los franceses, pero eso nos puede llevar a la depresión".