Omar Ayuso se sincera sobre los problemas de su temprana fama: “Tocar fondo me vino muy bien”

El actor Omar Ayuso (Madrid, 27 años) logró su primer papel a los 18 años en Élite, serie sobre la turbulenta vida de unos adolescentes de un colegio privado que se convirtió en un éxito de Netflix. Gracias a su personaje de Omar Shanaa descubrió, recién cumplida la mayoría de edad, qué era ser famoso a nivel mundial: sus seguidores en redes sociales se dispararon, todo el mundo conocía su cara y obtuvo estabilidad económica. Sin embargo, estos primeros años de fama no fueron del todo fáciles para él, tal y como ha reconocido el intérprete en una entrevista en La Ventana de la Cadena Ser con Carles Francino y Mariola Cubells. “Tuve una depresión muy pronto. Me imagino que hay algo de hipersensibilidad, entiendo que cuando das tanta importancia a lo emocional al final tomas un grado de conciencia de lo que te pasa que hace que no puedas ver las cosas”, ha declarado Ayuso sobre su temprana fama.

A pesar de esa parte mala de la fama, Ayuso reconoce que hacerse conocido tan pronto le ayudó a conocerse mejor, a saber qué quería en su vida y que no: “Tocar fondo me vino muy bien porque me ayudó a empezar a hacerme cargo de mí mismo y cuidarme. No solo de cosas que me habían pasado en Élite, sino también de pequeño", ha reflexionado el actor en la entrevista radiofónica. “Es muy personal y cada uno habrá tenido su experiencia y manera de gestionarlo. Si yo me comparo de aquí a hace seis años, indudablemente a día de hoy estoy de puta madre”, ha indicado.

Ayuso, que actualmente está promocionando la serie Mariliendre de Los Javis, ha continuado explicando qué es para él estar “de puta madre”: “Estar disponible emocionalmente para sentir emociones de todo tipo, tanto agradables como desagradables. Por entonces [cuando grababa Élite], también por la edad, todo se me quedaba muy grande y no tenía otra manera de manejar todo eso que con la evasión, que es la fiesta e intentar no conectar con lo que te pasa“. El intérprete ha aprovechado también para contar que ha comenzado a ir a terapia y que con su psicóloga ha trabajado cómo detectar y aceptar sus problemas y sus “neuras”: “Soy consciente de ellas, lo que me ayuda a que no dominen mi conducta. Neuras tenemos todos”, ha sentenciado.

En la conversación radiofónica, Ayuso también ha desvelado la realidad de labrarse una carrera como intérprete en la industria actual. Primero, desmiente el mito de que su teléfono no para de sonar y de que tiene una pila de personajes esperando que él les dé forma: “De momento no tengo ningún proyecto audiovisual a la vista”. No se ha quedado aquí, y ha añadido cómo lidia y gestiona el rechazo después de sus audiciones: “Lo paso muy mal con el después, con el esperar a la llamada. No con prepararme antes. Se gestiona aceptando que es algo que vas a poder gestionar”. Luego ha afirmado: “Si no estás muy fino puede ser que te cuestiones un poco tu autoestima y valor”. A pesar de estas declaraciones, Ayuso se considera “un privilegiado” en su profesión: “Tengo la sensación de que la gente piensa que estás en tu casa como el Tío Gilito rodeado de oro y tirando guiones. Y no. Tengo la suerte de vivir muy bien, pero no tengo nada a la vista más allá de la obra de teatro”, ha comentado haciendo referencia a El sonido oculto, junto a la actriz Toni Acosta, que se estrenará en mayo de 2026.

Cubells le ha planteado la duda de cuánta influencia tiene la cantidad de seguidores en redes sociales en los castings para seleccionar a un intérprete. Ayuso, que en Instagram cuenta con 3,7 millones de seguidores, ha dicho que no es el único factor que influye: “Pasa y no pasa”. Aunque ha recordado que él, cuando le cogieron en Élite, “tenía 15 seguidores”. “Lo ideal sería que no pasara, pero el cine está supeditado al sistema capitalista en el que lo que cuenta es esto. [Sin embargo], hay fracasos enormes de visualizaciones y taquilla, con actores con muchos seguidores y cosas que lo petan con gente desconocida”, ha afirmado el actor. “Es una mierda porque al final quién eres y lo que le puedes dar a un proyecto no lo determina que tengas seguidores o no”, ha aseverado en La Ventana.

Esta no es la primera vez que Ayuso se sincera sobre cómo es ser un intérprete hoy en día y los problemas que le ha acarreado la fama. El 11 de noviembre de 2024, en una entrevista con Icon, fue transparente sobre sus problemas para abordar y procesar lo que supuso el fenómeno de Élite: la hiperexposición, el escrutinio constante y la toxicidad en redes sociales. “Entre los 17 y los 20 creo que es cuando uno construye su identidad adulta. Para mí, la fama en esos años lo fagocitó todo. Construí una identidad adulta desde la fama. Ahora estoy empezando a separar mi identidad real del famoso. Es difícil, porque de manera inconsciente creo que solo soy ese, y no. Soy todo lo demás”, confesó entonces a la revista de EL PAÍS sobre un estrellato que le llegó casi de la noche a la mañana. Luego, razonaba sus declaraciones así: “Si ya es difícil saber cómo te ves a ti mismo, saberlo a través de la mirada ajena, condicionado por la mirada ajena, aunque lo que entiendas por la mirada ajena, luego sea la visión distorsionada que tienes tú de ti mismo, es un caos”.